«Menudo año», ha opinado Alberto Núñez Feijóo al comenzar este lunes su discurso en el último Comité Ejecutivo del Partido Popular del 2024. En un hotel ubicado en el Paseo de la Castellana, el líder de la oposición ha contado con la presencia de tan solo dos presidentes autonómicos (de Murcia y Castilla y León).

Es posible que la ausencia de tantos barones se debiera a que hace tan solo tres días ha sido la conferencia de presidentes autonómicos en Santander. Isabel Díaz Ayuso ha dado como excusa que tenía otro acto de gestión pero lo más probable es que quiera haberse dejado el protagonismo para la noche: hará en Rivas la cena de fin de año del PP madrileño y allí también hablará Feijóo.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha hecho declaraciones antes de entrar al comité en las que muestra la tónica actual del PP: darle validez a todo: «Tiene toda la pinta que el cuponazo de Aldama a Santos Cerdán también le tocó», ha dicho en referencia al dirigente navarro del PSOE.

Ante las repreguntas de los periodistas, por los documentos de Transporte que relativizan las declaraciones del testigo, no ha querido matizar nada: «Por ahora el único que ha dicho la verdad y lo ha respaldado es Víctor Aldama. Todos mienten [en el PSOE] para tapar una trama».

La respuesta del Partido Socialista ha sido inmediata: Ferraz ha enviado un mensaje a los medios anunciando que iniciará «de inmediato acciones judiciales contra el alcalde de Madrid» por sus declaraciones públicas, en las que «da por ciertas las manifestaciones absolutamente falsas realizadas por Víctor de Aldama, convirtiéndose en el portavoz de sus injurias y calumnias».

Preguntada al salir del hotel, la número 2 del PP y portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, se ha enterado por NAIZ de esta novedad y ha respondido irónica: «A nosotros no nos atemoriza nadie».

El PP insistirá en elecciones generales cuanto antes y dice tener encuestas privadas que otorgan 191 escaños a su suma con Vox

Una de las preguntas más hechas a todos los dirigentes era sobre la relación con Junts per Catalunya. Almeida ha dicho que se «niega» a «renunciar a votar a favor de algo que sea bueno porque lo apoya Junts» aunque matizando que «tampoco» puede decir que haya una «relación estrecha». Lo cierto es que Génova ha filtrado que está negociando en el Senado con Junts y con el PNV el apoyo en el pleno del jueves el voto a enmiendas a la reforma fiscal aprobada en el Congreso de los Diputados hace casi un mes y con el apoyo de la mayoría transversal de la Cámara, incluyendo a los de Carles Puigdemont.

Fuentes de la cúpula de comunicación de Génova han asegurado a NAIZ que la táctica a seguir en el nuevo año insistirá en machacar sobre las causas de corrupción, en un Gobierno que «tiene un ojo puesto en Waterloo y otro en el Supremo». También insistirán en elecciones generales cuanto antes. Dicen tener encuestas privadas que otorgan 191 escaños a la suma de PP con Vox. Y creen que el «desgaste» por los apoyos «encarecidos» de los socios de Sánchez solo ayuda a acelerar su salida de Moncloa.

Un panorama apocalíptico

El momento del Estado español que percibe Feijóo es sombrío y tenebroso y un extranjero no acostumbrado al marco discursivo madrileño acabaría asustado. «De la ingobernabilidad hemos pasado al completo desgobierno. De comprar la investidura con la indignidad y el dinero de todos, a que se le ponga un nuevo precio al poder. Se ha pasado a señalar jueces y del pánico a perder el poder a la necesidad de tenerlo para protegerse de las causas de corrupción», ha aseverado.

Según el líder del PP, «la decadencia es evidente» y la intentarán «estirar pero seguirá siendo decadencia igual». Ha dicho que era momento de hacer «un balance del año» y ha recordado que las elecciones europeas de junio pasado «fueron el mejor resultado del PP en 15 años» y que ahora hay «en Galicia, en Catalunya y en Euskadi más PP que antes».

«Hay una España que espera ser consultada sobre todos estos desmanes y que se revolverá contra un presidente cuyo entorno recibe imputaciones a diario. Estoy seguro que una mayoría de los españoles coincidimos en que este Gobierno no va a ninguna parte y no sirve ya para casi nada», ha sentenciado.

Feijóo: «Ellos... a la España con Franco, con la amargura de los años 40, los 50... ¡Qué pereza dan! Tenemos derecho a ser felices»

Sorpresivamente, el expresidente de la Xunta ha hecho tres menciones al dictador Francisco Franco, algo no habitual en su narrativa. Ha empezado diciendo que si al Gobierno «no le sirve el mantra de la ultraderecha, el comodín es Franco». Al rato ha añadido: «Pueden desenterrar a Franco cien veces pero eso no va a evitar que el resto queramos construir un futuro, con la esperanza en una España sin Sánchez, sin egoísmos, sin narcisismos, con principios, con solidaridad».

Y ha vuelto a la carga a los pocos segundos: «Ellos... a la España con Franco, con la amargura de los años 40, los 50... ¡Qué pereza dan! Tenemos derecho a ser felices». También ha dado por sentado que en el Gobierno «seguirán con la misma matraca» y que si no es el pasado, «son los bulos» y «si no, contra los jueces».

Se ha referido también como «carrusel judicial» al «desfile de imputados» de esta semana, en alusión a las declaraciones en sede judicial que tocan a De Aldama, Koldo García y Begoña Gómez. «Es un gobierno que deambula a la espera de lo que manden Puigdemont y Junqueras y de lo que cante Aldama», ha ironizado.

Tras tachar a Sánchez de no tener «ni la más mínima integridad», ha diagnosticado el momento político del Estado como de «desesperación y sobresalto permanente» por lo que ha llamado a «reforzar la alternativa política en 2025» y ha prometido, sin anuncios concretos ni decir cómo, que el año que viene el PP exhibirá «una nueva manera de hacer política».

«El 2025 no tiene nada para pensar que será un mejor año para Sánchez y el 2024 nos ha enseñado mucho de lo que sobra», ha señalado, antes de concluir con un «Feliz navidad, feliz futuro y feliz España».

El de este lunes ha sido el último Comité Ejecutivo Nacional del PP de este año, que es una reunión básicamente política que el partido hace cada uno o dos meses y que incluye a las autoridades parlamentarias y a los alcaldes de capitales, entre otros dirigentes, diferente a las reuniones del comité de dirección (solo con los vicesecretarios y autoridades del partido), que son semanales.