Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

‘Woman power’, para reflexionar sobre Lemoiz, migración o memoria

En este recién estrenado año, marcado por llegadas –Miren Arzallluz al Guggenheim–, salidas –la del director de la Alhóndiga, Fernando Pérez–, conmemoraciones, como las de Tabakalera y Kutxa, y sorpresas, con Abel Azkona cocinando un gran proyecto, destaca el protagonismo de las mujeres artistas.

Las ruinas de la central de Lemoiz, fotografiadas por Ixone Sádaba.
Las ruinas de la central de Lemoiz, fotografiadas por Ixone Sádaba. (Fotografía cedida por AZKUNA ZENTROA)

A Leire Aurrekoetxea, responsable de comunicación y marketing del Itsasmuseum de Bilbo, se le escapaba ayer esta reflexión: «Es significativo que la mayoría de los museos vascos hayamos coincidido en dar esta temporada el protagonismo a las mujeres y que haya sido algo que haya decidido cada uno por su cuenta». Esto, evidentemente, significa algo. También significa algo que esa presencia mayoritaria de mujeres artistas sea un extremo a destacar en un titular, cuando debiera de ser algo natural, pero ya sabemos cómo funciona el mundo. Al menos, todavía.

Autorretrato de Tarsila do Amaral. (Jaime ACIOLI)

Con un 2025 repleto de conmemoraciones, nuevas incorporaciones –una mujer, Miren Arzalluz, se sitúa al frente del principal centro expositivo vasco, el Guggenheim, y de sus polémicos proyectos de expansión–, y mientras esperamos a que se ultimen todas las programaciones y que se desvele la sorpresa que prepara el navarro Abel Azkona, el artista que saca los colores a la sociedad con su denuncia de la violencia contra la infancia, la nueva temporada expositiva llega con propuestas muy unidas a lo que la activista y fotógrafa brasileña Angélica Dass defiende como ‘artivismo’; es decir, la defensa el papel del arte como herramienta para provocar el cambio social.

Alumnos de seis centros de Bilbo han participado en el proyecto de la brasileña Anjelica Dass sobre migración y memoria, un proyecto que se expondrá hasta marzo en Itsasmuseum

Esta reconocida fotógrafa brasileña que vive y trabaja en Madrid presenta esta misma semana en Itsasmuseum ‘Sustrairik gabeko zuhaitzak ez du aurrera egiten – Un árbol sin raíces no prospera’  (hasta el 7 de marzo), el trabajo sobre la migración que realizó el pasado año con alumnos de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato de seis centros educativos de Bilbo. A través de la investigación de la memoria, se van construyendo los álbumes de familia de las migraciones internas y las migraciones internacionales, con el objetivo de «crear una obra colectiva y multidisciplinar que nos posibilite identificar elementos comunes y señalar que la migración y la diversidad cultural son consustanciales a la naturaleza humana y la vida en comunidad», explica la artista.

Originaria de Río de Janeiro, Dass es autora de ‘Humanae’, un trabajo aclamado internacionalmente: una colección de retratos que revelan la belleza diversa de los colores humanos y que ha viajado a más de treinta países en seis continentes, desde el Foro Económico Mundial en Davos hasta las páginas del ‘National Geographic’.

En 1984, el Gobierno de Madrid decretó la moratoria nuclear que supuso la paralización oficial de las obras de la central nuclear de Lemoiz. Una mole de cemento que, tras haber sido protagonista y escenario de atentados, muertes y multitudinarias protestas populares, hoy en día –de momento– sigue en pie, casi a modo de espacio de memoria... vacío, sin contenido.  El periodista Iñaki Petxarroman ha analizado en su libro ‘Lemoiz. Herri garaipen bat nuklearizazioaren aurka’ (Txalaparta, 2024) la lucha de los movimientos populares contra la central nuclear.

Ahora, desde el arte, llega la reflexión de Ixone Sádaba con ‘Escala 1:1’, la exposición que abre el 6 de febrero la temporada de la Alhóndiga bilbaina. Una programación en la que las protagonistas son mujeres –además de Sádaba y Marisa González, está la japonesa Chiharu Shiotay– y una propuesta cocinada por el anterior director, Fernando Pérez, al que todavía no se le conoce sustituto.  

 

Por un bucle espacio-tiempo, las ruinas de la central nuclear de Lemoiz abren la temporada de la Alhóndiga, con la exposición de Ixone Sábada, y la cierran con el trabajo que realizó Marisa González entre 2004 y 2008.

Ixone Sádaba, reconocida artista bilbaina, ha dedicado tres años a este trabajo sobre la arquitectura de las ruinas de esta central nuclear, documentándola, fotografiándola y buscando acercarnos a la memoria de un lugar y de un conflicto que marca los últimos 40 años de nuestra historia reciente. «Es un ejercicio de observar el pasado, el presente y el futuro que queremos», reconocía en la cadena Ser hace unos meses. El proyecto, comisariado por Carles Guerra, imagina una nueva política de acceso con la que el objeto de la central podría entrar a formar parte de un debate público.

Lo sorprendente es que, en una especie de bucle espacio-tiempo, la temporada expositiva de la Alhóndiga se cierra con otra mujer y otro Lemoiz, el proyecto fotográfico, videográfico y objetual que Marisa González realizó a principios del milenio. González documentó el cierre de la central nuclear. Artista reconocida, premio Velázquez en 2023 y pionera en la aplicación de las nuevas tecnologías en la creación artística desde los años 70, la bilbaina Marisa González protagonizará una retrospectiva sobre su obra en el último trimestre del año. En mayo, estará el Museo Reina Sofía de Madrid; el 1 de ocubre llegará a la Alhóndiga.

También las mujeres son las protagonistas del Museo Guggenheim. Este año, las cuatro exposiciones son de mujeres artistas y arrancan con una figura histórica: la pintora modernista brasileña Tarsila do Amaral (21 de febrero). También pasarán por la pinacoteca la expresionista abstracta estadounidense Helen Frankenthaler, la norteamericana Barbara Kruger la ilusionista Maria Helena Vieira da Silva.

Maider López, ante el Bellas Artes de Bilbo en 2022. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

Este es un año de aniversarios en Gipuzkoa: mil desde la primera mención escrita de aquella Gipuzkoa que era parte del reino navarro (la exposición ‘De Ipuscua a Gipuzkoa. 1025-2025’ se inaugura este día 18 en el Museo San Telmo); diez desde que el Centro de Cultura Contemporánea Tabakalera se transformara en epicentro cultural y 25 años desde que Kutxa Fundazioa inaugurase la sala Kubo en el Kursaal.

Tabakalera y Kutxa se ha unido para programar una amplia oferta artística compuesta por diez muestras que tendrán lugar durante el año, El 7 de febrero se inaugurará en el cubo pequeño la exposición sobre Mari Paz Jiménez, y en letras grandes destaca la retrospectiva doble que ambas entidades dedicarán a Maider López bajo el título de ‘Ukitu’ (a partir del 24 de octubre). La creadora donostiarra, que en 2025 cumple 50 años, presentará un número significativo de proyectos realizados a escala internacional mediante intervenciones en entornos naturales y urbanos.

Y, de momento, un último dato: El 28 de febrero, Artium arranca temporada con una exposición de la pintora Inés Medina (Cáceres, 1950), que se detiene en sus experimentos monocromos iniciales de finales de los 70 y llega hasta sus primeras obras generadas por ordenador a mediados de los años 90.