
No ha sido el partido soñado para la Real. En Europa no se puede mostrar semejante fragilidad defensiva y esa rémora la ha pagado muy cara ante el ya líder final de la Europa League, una Lazio que ha dejado ventilado el envite pasada la primera media hora de juego. La derrota obliga al conjunto guipuzcoano a vencer al PAOK en la última jornada si quiere pasar el corte a la siguiente ronda.
No han hecho falta muchos minutos para que quedasen patentes los problemas atrás de los de Imanol, especialmente en las jugadas de estrategia, y tampoco para encajar la primera diana. Con solo cinco minutos transcurridos e incapaz de despejar de su propia área un centro originado de una falta lateral, el cuadro txuri urdin se ha visto por detrás en el marcador al anotar Gila un balón suelto.
El 1-0 no ha bajado las pulsaciones de los anfitriones, todo lo contrario. Remiro ha salvado el segundo gol en un mano a mano con Dia (m.14) y apenas un minuto después, Brais ha sacado bajo palos un cabezazo de Castellanos –el esférico no ha entrado del todo por poco– y un posterior despeje ha ido al poste en una jugada rocambolesca que ha acabado en saque de esquina.
Superado ese agobio, la Real ha vivido sus mejores momentos, que han podido cambiar la dinámica del choque. Un zurdazo de Sucic ha estrellado el cuero en el poste (m.22) y Becker ha protagonizado una cabalgada a la contra superando a sus rivales en velocidad, pero rematando raso y con poca potencia (m.29).
Todo se ha ido al traste a la media hora. Un demasiado impetuoso Aihen Muñoz para haber recibido ya una amarilla ha visto la segunda de manos de un Visser riguroso, pero también coherente por cómo ha dirigido el choque. El cuadro vasco se ha quedado en inferioridad y la cuesta arriba se ha hecho inmensa.
Dos puñaladas definitivas
Porque en los dos siguientes lances la Lazio ha matado el partido. Zaccagni ha finalizado un lance en el que los locales han tocado demasiado en área txuri urdin (m.32) y Castellanos ha terminado de dilapidar las opciones visitantes con un testarazo adelantándose a la zaga guipuzcoana (m.34).
Imanol ha decidido minimizar daños al descanso, con triple cambio y disposición táctica de cinco futbolistas atrás para unos segundos cuarenta y cinco minutos en los que había mucho más que perder que ganar. El duelo se ha convertido en un enfrentamiento de balonmano, con la Real recogida en propio campo y la Lazio merodeando su área, aunque tampoco con excesiva intensidad, pues su técnico, Marco Baroni, también ha incluido un buen número de cambios, reservando a sus titulares.
Con un encuentro para olvidar, la idea ha sido que el tiempo fuera transcurriendo, procurando mantener la posición y no dejar huecos para impedir una goleada que hubiese podido ser sonrojante. El bloque italiano, de hecho, tuvo el cuarto con un trallazo del veteranísimo Pedro al travesaño.
Pero la Real no solo ha defendido, también ha sacado el orgullo que le quedaba para recortar diferencias en inferioridad numérica. Aramburu ha creído en una de las pocas llegadas visitantes para poner un centro que ha tocado con los dedos el guardameta local dejando la pelota en la cabeza de Barrenetxea para tocarla a las redes (m.82).
Un tanto que, al menos, maquilla en parte un resultado duro por cómo se ha producido, si bien los txuri urdines ya solo pueden pensar en hacer borrón y cuenta nueva para acometer el próximo partido contra el PAOK en Anoeta como si de una final se tratase.
Ficha técnica:
Lazio: Mandas; Marusic, Gila, Romagnoli, Tavares (Dele-Bashiru, m.43); Guendouzi, Rovella; Isaksen (Noslin, m.55), Zaccagni (Tchaouna, m.56), Boulaye Dia (Balde, m.76) y 'Taty' Castellanos (Pedro, m.46).
Real: Álex Remiro; Aramburu, Zubeldia, Aguerd (Pacheco, m.71), Aihen; Zubimendi (Elustondo, m.46), Sucic, Brais Méndez (Javi López, m.36); Becker, Kubo (Barrenetxea, m.46) y Oyarzábal (Pablo Marín, m.46).
Goles: 1-0, m.5: Mario Gila; 2-0, m.32: Zaccagni; 3-0, m.34: 'Taty' Castellanos; 3-1, m.82: Barrenetxea.
Árbitro: Lawrnce Visser (flamenco). Ha expulsado por doble amarilla a Aihen Muñoz (m.12 y 30). Ha amonestado a Rovella (m.7), Zubimendi (m.39) y Zaccagni (m.53).

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