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Netanyahu se reúne con un Trump escéptico sobre el alto el fuego

Donald Trump, dijo no tener «ninguna garantía» de que el alto el fuego en Gaza vaya a mantenerse la víspera de reunirse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien ha suspendido el cumplimiento del acuerdo de tregua a la espera de la reunión en la Casa Blanca.

Vehículos militares israelíes, en la operación contra el campo de refugiados de Jenin, en Cisjordania.
Vehículos militares israelíes, en la operación contra el campo de refugiados de Jenin, en Cisjordania. ( Jaafar ASHTIYEH | AFP)

El simbolismo de ser el primer líder extranjero en ser recibido en la Casa Blanca por Donald Trump en su segundo mandato dio al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, otra muestra del apoyo inquebrantable del aliado histórico del Estado israelí, con la incógnita de qué plan lleva en su agenda; si planteará la ruptura de la tregua en Gaza para evitar una salida definitiva de la Franja o si recabará apoyos a la progresiva «gazatización» de Cisjordania como preludio para la anexión.

Netanyahu se reunió ayer con Steve Witkoff, enviado especial de Donald Trump para Oriente Medio, y hoy será recibido por el presidente estadounidense en la Casa Blanca.

La visita tiene lugar cuando Netanyahu ha suspendido unilateralmente el comienzo de la segunda fase del acuerdo de alto el fuego, rompiendo el texto pactado, a la espera precisamente de su reunión con Trump, que puede definir su postura definitiva.

Tras las últimas liberaciones de prisioneros, ayer, decimosexto día de la tregua, debía comenzar la fase más decisiva, que incluye el intercambio de los prisioneros israelíes restantes en Gaza por más palestinos encarcelados en prisiones israelíes, la retirada completa de la Franja de las tropas israelíes y el comienzo de las discusiones para establecer un alto el fuego permanente.

Pero prácticamente desde el inicio se ha puesto en duda la voluntad de Israel de llegar a esta fase y la semana pasada confirmó que no enviaría su delegación a Doha. Antes de llegar a Washington, Netanyahu dijo que hablará con el presidente estadounidense sobre «la victoria contra Hamas, el regreso de todos nuestros rehenes y la lucha contra el eje iraní».

También se reunirá mañana con líderes militares en el Pentágono y el jueves, con congresistas.

Por su parte, el presidente estadounidense aseguró que las discusiones con Israel y otros países «avanzan», pero a la vez reconoció que, aunque hasta ahora el acuerdo «ha aguantado, no tengo ninguna garantía de que la paz vaya a sostenerse. He visto a personas maltratadas como nunca antes. Nadie ha visto algo así. No, no tengo garantías de que la paz vaya a mantenerse».

Parte de la coalición gubernamental israelí quiere reanudar ya los bombardeos y la destrucción de Gaza y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, amenaza con abandonar el Gobierno, lo que privaría a Netanyahu de la mayoría. El propio primer ministro ha tenido en la continuación de la guerra su tabla de salvación política ante las críticas por la corrupción y por los fallos de seguridad del 7-O. 

Sobre la mesa también se plantean las concesiones que deberá aceptar Netanyahu para relanzar la normalización entre Israel y Arabia Saudí –el colofón que le falta a los Acuerdos de Abraham que Trump impulsó en su primer mandato–, que parecía encaminada hasta la operación de las milicias palestinas del 7 de octubre de 2023. Desde entonces, Riad ha insistido en que esta relación no será posible sin una solución viable para los palestinos.

Por su parte, Hamas insistió ayer en que está dispuesto a entablar las negociaciones de la segunda fase del acuerdo, que se centrarán en «la prevención de la vuelta a la guerra, la retirada militar israelí» de Gaza y los criterios para los intercambios entre los últimos prisioneros.

Al final de las liberaciones de la primera fase, las milicias palestinas aún tendrán unos cincuenta prisioneros vivos o muertos, mientras las cárceles israelíes siguen abarrotadas con miles de palestinos.

Hamas en Moscú

A la vez que Netanyahu se encuentra en Washington, una delegación de Hamas llegó a Moscú, donde anunció la pronta liberación de un prisionero con ciudadanía rusa e israelí, Alexandr Trufanov, atendiendo a la demanda del presidente ruso, Vladimir Putin. «Con seguridad será liberado en breve, pese a que se trata de un soldado», comentó Musa Abu Marzuk, uno de los miembros del buró político de Hamas, que señaló que se trata de un gesto de «respuesta a la postura de Rusia sobre el asunto palestino». Añadió que la suerte de Maxim Herkin, otro prisionero ruso se decidirá «en una segunda fase».

«Hemos reaccionado a la petición de Rusia sólo por respeto al presidente Vladimir Putin». Hamas informó a Moscú sobre el cumplimiento de los acuerdos con Israel y pidió asistencia para aliviar la crisis en la Franja de Gaza. Además del futuro de la población de la Franja, en la mesa del Despacho Oval puede jugarse también la anexión de Cisjordania, siempre en la agenda de Israel. Precisamente, el Ejército israelí está endureciendo las operaciones militares y los métodos de guerra en varias localidades.

Antes de reunirse con Netanyahu, Witkof habló con el ministro de Exteriores egipcio, Badr Abdelaty, mientras Qatar pidió a las partes volver «de forma inmediata» a Doha para retomar las conversaciones sobre la segunda fase.

Tras Netanyahu, Trump también se encontrará a lo largo de esta semana con el primer ministro de Qatar y altos funcionarios egipcios, que actúan como mediadores, y recibirá al rey Abdullah II de Jordania el 11 de febrero.

Hasta ahora, Trump ha propuesto una limpieza étnica para Gaza y trasladar a 1,5 millones de personas a Egipto o Jordania, que rechazan la limpieza étnica, pero a los que el presidente estadounidense espera convencer con su habitual «presión». También desbloqueó el envío a Israel de bombas de casi una tonelada que EEUU había suspendido y levantó las escasas las sanciones contra colonos israelíes.

 

 

Alerta por la limpieza étnica en Cisjordania


La Autoridad Palestina denunció que el objetivo final de la operación israelí que persiste desde hace más de dos semanas en Cisjordania es la expulsión de civiles de sus hogares y la limpieza étnica de los palestinos. Señaló que Israel ha matado a 29 personas desde el inicio de la ofensiva el pasado 21 de enero, en la que ha desplazado a miles de civiles, detenido a cientos de palestinos y demolido bloques enteros de viviendas en los campamentos de Jenin y Tulkarem, así como en Tubas y Nablús. El domingo Israel hizo saltar por los aires hasta 23 edificios del barrio de Al Damj. Desde el comienzo del año, Israel ha matado a 70 palestinos en Cisjordania (de ellos diez menores de edad) la mayoría en Jenin, donde la operación israelí sigue a otra de la Autoridad Palestina que dejó otra decena de muertos.

Desplazados
El Ejército de Israel ha desplazado en Cisjordania a 15.000 habitantes del campamento de Jenin,  que tenía más de 20.000 antes del 7 de octubre de 2023. El gobernador de Tulkarem denunció que unas 9.000 personas se han visto obligadas a huir del campo de refugiados.

Obstáculos
El Gobierno de Gaza denunció que Israel está incumpliendo los compromisos sobre la entrada de ayuda en Gaza poniendo obstáculos, dilatando la aplicación del protocolo humanitario «y evadiendo sus obligaciones, lo que agrava aún más la crisis humanitaria y aumenta el sufrimiento de la población civil. Y esto tendrá repercusiones y efectos graves».

 


Columna del ENS, milicias sirias proturcas que luchan contra los kurdos. (Ahmet YUKUS/EUROPA PRESS


 

Coche bomba contra el ENS en Minbej, localidad kurda del norte de Siria


Al menos 20 personas murieron y decenas resultaron heridas por la explosión de un coche bomba a las afueras de la ciudad de Minbej, situada en la provincia de Alepo, en el norte de Siria, y escenario de un recrudecimiento de los enfrentamientos entre las milicias del Ejército Nacional Sirio (ENS), respaldadas por Turquía, y la coalición kurdo-árabe Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).

La Defensa Civil Siria, conocida popularmente como Cascos Blancos, denunció una «masacre terrible» que «se ha cobrado la vida de 14 mujeres y un hombre». Detalló que más de una decena de personas resultaron heridas y  que la mayoría de las víctimas son «trabajadoras agrarias» que se encontrarían cerca del vehículo en el momento de la explosión, que tuvo lugar en «áreas bajo control del ENS».

Minbej, localidad kurda, cayó en manos del ENS poco después de la caída del régimen de Bashar al Assad tras la ofensiva relámpago llevada a cabo a principios de diciembre por grupos rebeldes y salafo-yihadistas.

El ENS es una coalición de obediencia islamista que surgió de las cenizas del que fue el Ejército Sirio Libre, formado mayormente por desertores del Ejército regular sirio después de que este reprimiera a sangre y fuego la revuelta de 2011. El ENS acusa de esta clase de ataques, el sexto en los últimos tiempos, a las FDS, que a su vez desmintieron estas acusaciones, achacaron a las milicias proturcas «la cultura de las bombas y las luchas internas» y responsabilizaron a los Cascos Blancos de orquestar una ola de intoxicación informativa contra las milicias kurdo-árabes.