
La intersindical de salud laboral compuesta por los sindicatos LAB, ESK, Steilas, EHNE-Etxalde e HIRU ha presentado este martes en Bilbo el informe sobre siniestralidad laboral en Euskal Herria del último año, en el que se constata un aumento de los accidentes laborales así como de las muertes, que han subido de las 59 de 2023 a las 64 en 2024.
El informe consta de dos grandes apartados. El primero recoge los datos conseguidos por los sindicatos, sobre todo los referidos a las muertes en el trabajo, y se adjunta el listado completo de accidentes mortales ocurridos en 2024. Y el segundo recoge una reflexión sobre los datos oficiales.
En lo que respecta a las muertes laborales, se indica que en los últimos 10 años al menos 612 trabajadores y trabajadoras han muerto en accidente laboral en Euskal Herria, 64 de estas y estos en 2024.
Entre estas últimas, 19 muertes han sido en accidentes no traumáticos, originados por problemas cardiovasculares que los sindicatos achacan «al estrés, los ritmos y los ratios» que imponen las empresas.
18 muertes han sido debidas a golpes y atropellos (7 de las cuales están relacionadas con máquinas), 15 en carretera (accidentes in itinere o in mision) y 11 por caídas de altura.
Por sectores
Los datos confirman que en determinados sectores hay más probabilidades de morir en accidente, como el forestal, la industria, el transporte, la construcción, la agricultura o la pesca. Además, para los sindicatos no ha pasado inadvertido que a pesar de que cada vez más personas trabajan en el sector servicios (73%), es decir, fuera de los sectores que más accidentes traumáticos provocan, las muertes hayan aumentado.
En el sector de la industria ha habido 19 muertes en 2024, igualando la cifra del año anterior. «Como venimos denunciando en los últimos años, muchos de estos accidentes se deben al incumplimiento de la normativa de máquina-herramienta, que en lo que va de año se ha cobrado 7 víctimas mortales», remarcan los sindicatos.
La situación del transporte, donde hubo un total de 14 muertes en 2024, requiere una mención especial. «Las condiciones de las y los trabajadores del sector se están endureciendo año tras año y esto repercute directamente en su salud», han denunciado.
La construcción ha dejado 11 muertes en Euskal Herria en 2024, el doble que en 2023. Así, los datos de 2024 frenan la tendencia a la baja que mostraban los datos de 2023. Entre estas, las caídas de altura tienen una alta presencia.
La agricultura y la pesca han dejado 5 muertes. «En estos sectores, se suman la precariedad y la escasa viabilidad económica».
Teniendo en cuenta el número de trabajadores y trabajadoras que emplea cada sector, el sector forestal intensivo, con alrededor de 1.000 empleados, es el que ha vuelto a dejar este año los datos más graves, con tres muertes.
También han puesto el acento en el elevado número de muertes (10) en la subcontratación, «ya que en las subcontratas se cumple la normativa de salud en menor medida, a causa de la precariedad».
Intensificarán las acciones contra la siniestralidad
LAB, ESK, Steilas, EHNE-Etxalde e HIRU han denunciado que la normativa de salud laboral «no se cumple, con total impunidad por parte de la patronal», a la que ven «protegida por las instituciones».
Ante esta situación, las centrales citadas han anunciado que van a llevar a cabo «nuevas y espectaculares» iniciativas, así como «especiales» movilizaciones en momentos «críticos» en relación a la siniestralidad laboral para interpelar a la patronal y al Gobierno.
Mientras, seguirán haciendo concentraciones tras los accidentes mortales y cuando se den las condiciones para ello, paralizarán la actividad de las empresas. También se van a movilizar en favor de que las mutuas sean entidades públicas.
Por otra parte, y con el fin de que la patronal cumpla la normativa, LAB, ESK, Steilas, EHNE-Etxalde e HIRU han reclamado a los gobiernos más inspectores y capacidad de sanción para los técnicos de los organismos públicos, entre otras medidas como multiplicar el número de inspectores e inspectoras o vigilar de oficio a las empresas, «sin dejar toda la responsabilidad sobre los y las delegadas».
También exigen que «se catalogue toda enfermedad laboral como tal, especialmente las psicosociales, habida cuenta de su impacto en sectores feminizados».

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