Una de las caras más reconocibles del cine estadounidense del siglo XX fue sin duda la de Jack Lemmon, actor nacido el 8 de febrero de 1925, es decir hace ahora 100 años, y fallecido en 2001.

Comedias ligeras sobre todo, dramas burgueses y algunos hasta con una mirada internacional, personajes inolvidables y una calidad actoral reconocida por la gran cantidad de premios que recibió: dos Oscar, tres Globos de Oro, dos Grand Prix en Cannes, una Coppa Volpi en Venecia, un Oso de Plata en Berlín y una Concha de Plata en Zinemaldia de Donostia. Muy pocos intérpretes han acaparado tanto éxito a lo largo de una carrera.

El toque más distintivo de Jack Lemmon fue quizás la capacidad de actuar al lado de otras grandes actrices, además de su dupla artística histórica con Walter Matthau, la ‘ddd couple’, la ‘extraña pareja’ del cine americano.

Para celebrar el centenario de su nacimiento vamos a repasar las cinco mejores películas en que Lemmon estuvo fantástico... siempre al lado de una gran actriz.

‘Con faldas y a lo loco’ (1959)

Poco hay que añadir sobre una de las mejores comedias americanas de todos los tiempos, obra cumbre de un maestro como Billy Wilder. Jack Lemmon y Tony Curtis son dos músicos testigos involuntarios de la Matanza de San Valentín en Chicago y tienen que huir de los mafiosos. Lo hacen disfrazados de mujeres, cambiándose hasta de nombre (Daphne y Josephine). Durante el viaje en un tren rumbo a Miami conocen a un grupito de músicas, todas chicas empezando por la cantante Sugar, interpretada por Marilyn Monroe.

Una vez allí es Curtis/Josephine quien liga con Sugar/Marilyn, mientras que a Lemmon/Daphne le toca el cortejo de un viejo ricachón, Osgood. El juego de malentendidos que se crea en la peli es sinceramente de leyenda. Todavía sigue siendo divertido después de medio siglo. La escena en que Marilyn canta ‘I wanna be loved by you’ acompañada por Daphne y Josephine resulta celestial.

Y el final, cómo no, uno de los más icónicos en la historia del cine: Daphne/Lemmon intenta por todos los modos posibles explicarle a Osgood que no, que no puede ser su mujer por varias razones («No soy rubia natural», «Fumo y bebo muchísimo», «No puedo tener hijos»), hasta que se quita la peluca de mujer para hacerle ver que es un hombre. La respuesta inmortal del viejo ricachón, mientras conduce su lancha motora, es inesperada: «Bueno, nadie es perfecto».

‘El apartamento’ (1960)

Comedia ligera americana, un estilo de película muy exitoso gracias a grandes intérpretes siempre dirigidos por Billy Wilder. Un año después de ‘Con faldas y a lo loco’ Jack Lemmon es el coprotagonista de un filme donde destaca por su casi total ingenuidad, la sensación de ser una pieza minúscula en un juego mucho más grande que él.

Bud Baxter es un joven trabajador de una gran empresa que, como instrumento de ascenso laboral y social, cede de vez en cuando su piso, su apartamento, a jefes que lo utilizan para citas clandestinas.

No es que le guste demasiado pero para subir de nivel en la empresa cada uno tiene que jugar sus cartas. Cuando un día conoce a Fran (interpretada por Shirley MacLaine), una chica que trabaja como ascensorista en la empresa, empieza con ella una especie de amistad sin saber que la misma Fran es la amante de uno de sus jefes, que ya le había dicho (mintiendo) que se iba a divorciar de su mujer.  

Sin caer en spoiler, el gran dilema para Baxter es seguir con la escalada en la empresa o rendirse al sentimiento que está naciendo hacia Fran. Todo protagonizado por una pareja de actores brillantísima, Jack Lemmon y Shirley MacLaine, ganadora ella del Globo de Oro y de la Coppa Volpi en Venecia como mejor actriz. En 1963 estos dos grandes artistas se reunirían también en ‘Irma la dulce’.

‘Días de vino y rosas’ (1963)

El alucinado –que no alucinante– viaje de una joven pareja al abismo del alcoholismo. La película llevó a Jack Lemmon a la Concha de Plata en Donostia. Un Zinemaldia que entre los relatos más peculiares que ha generado tiene el libro de anécdotas escrito por su exdirector Diego Galán: ‘Jack Lemmon nunca cenó aquí’.

Se trata de una película sinceramente brutal y casi ajena a la carrera del actor, que se junta en este filme con Lee Remick, ella también galardonada en Zinemaldia por su interpretación. El director de ‘Días de vino y rosas’ también fue un cineasta normalmente no conectado con este tipo de dramas interiores burgueses: Blake Edwards, sí, el de ‘La Pantera Rosa’.

Quizás sea por este contraste, pero la película produce una sensación de angustia y agobio siguiendo la tragedia de esta joven pareja que trabaja en la misma empresa pero no se siente bien, un poco incómoda con el mundo entero, probablemente por el efecto de la frustración con las grandes expectativas. Joe/Lemmon empieza a beber, Kirsten/Remick le sigue pensando que va a ser algo pasajero... pero no es así. Pierden el trabajo, pierden la salud, lo pierden todo.

Como queda dicho, un viaje al abismo, con un final conmovedor y unas imágenes, unos colores, que dan la idea de estas dos almas alienadas que lo tenían todo y terminan sin nada.

‘El síndrome de China‘ (1979)

Cuando empezó la pandemia de covid-19 esta película volvió a ser «de moda». En realidad, no hablaba de un problema sanitario sino de contaminación termonuclear, pero el caso es que, siendo su apellido China, enseguida surgieron los paralelismos. Aunque no hay ninguna acusación directa al gigante asiático, simplemente una manera de referirse a la fusión de un reactor nuclear que provocaría daños hasta en China.

Jack Lemmon ganó el Grand Prix d'Interpretation Masculine en el Festival de Cannes por su papel como director de control de esta central nuclear donde ocurre un accidente repentino justo durante la visita de un equipo de periodistas.

Un equipo formado entre otros por Jane Fonda, que interpreta a Kimberly Wells, presentadora muy comprometida con los problemas del medio ambiente. Un poco como la propia Jane Fonda, que ha hecho de su carrera en la gran pantalla un instrumento para sensibilizar contra distintos asuntos, empezando por la guerra en el Vietnam.

Aquí Lemmon por un lado es el director de esta enorme central que está provocando problemas y por el otro un hombre a quien nadie escucha cuando quiere denunciar la gravísima situación de contaminación. La peli acaba convirtiéndose en un turbio filme policiaco y de espionaje.

‘Desaparecido’ (1982)

La música de Vangelis inolvidable, una película inspirada en una (tremenda) historia real, el drama humano y político de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile: todo esto es ‘Missing’, del director griego Costa Gavras. Jack Lemmon es Ed Horman, el padre de Charlie, un joven periodista estadounidense que de repente desaparece. Mejor dicho, ha sido secuestrado y encarcelado por los militares.

La mujer de Charlie, Beth (interpretada por Sissy Spacek), pide ayuda de cualquier manera sin recibir respuestas aceptables. Es evidente que ha sido un acto en contra de las ideas políticas de izquierdas de Charlie pero también la escasa colaboración por parte de las autoridades estadounidenses resulta muy sospechosa.

Es aquí donde aparece la figura de Lemmon/Ed Horman, un hombre de negocios que llega con su mentalidad racional y conservadora, habiéndose construido una figura de su hijo totalmente distinta a la realidad. No hay que tomarse nada a la ligera, aquí ha ocurrido algo grave y que desafortunadamente no tiene solución. Cuando los intentos chocan con la realidad ya es demasiado tarde, a pesar de la lucha conjunta de Ed y Beth.

En la cinta emerge el personaje de Lemmon, con su cambio de actitud hacia la política y las instituciones.