
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha defendido este martes el proyecto de una ley que considera «pionera» y que armoniza la gran diversidad de normativas autonómicas e incluso municipales que existían hasta ahora con el objeto de frenar el consumo de esta sustancia entre niños y adolescentes, que repuntó en 2020 tras décadas de retroceso.
En el nuevo paquete de medidas, la más llamativa es que la nueva ley habilitará a agentes policiales a realizar pruebas no invasivas, como el etilómetro, en colegios e institutos que podrán ser repetidas a petición de la persona afectada.
En una primera consulta con el Departamento de Salud del Gobierno de Nafarroa, la respuesta es que, a la espera de la redacción final, lo fundamental del texto sí que sería de aplicación en este territorio a pesar de las competencias propias. Y la CAV goza, en este asunto, de un nivel de autonomía similar al navarro.
En cuanto a las sanciones, el proyecto plantea que la multa impuesta a los menores por la comisión de la infracción leve relacionada con el consumo de alcohol podrá ser suspendida a cambio de la participación en programas preventivos de sensibilización y concienciación o rehabilitadores, en función de cada caso.
El texto, que ahora seguirá su trámite parlamentario, surge de las recomendaciones de la Ponencia Menores sin alcohol de la Comisión Mixta Congreso-Senado para el Estudio del Problema de las Drogas, que tiene como objetivo prevenir el consumo de alcohol, retrasar la edad de inicio y reducir los episodios de consumo intensivo en este grupo vulnerable.
Asimismo, el proyecto de ley prohíbe el consumo de alcohol para todas las personas en centros de educación infantil, primaria, secundaria, bachillerato, formación profesional y enseñanzas elementales artísticas, aunque sí que estará permitido el alcohol en universidades.
Si en una residencia de estudiantes hay menores, tampoco se podrá vender alcohol.
Tampoco se podrá beber en centros de protección de menores y residencias de estudiantes que admitan a personas menores de edad.
El alcohol también estará prohibido en centros deportivos, de ocio o espacios dedicados a espectáculos públicos cuando haya sesiones que se hayan concebido específicamente para menores.
«No existe una cantidad segura de alcohol de cualquier tipo que no implique un impacto negativo en la salud. Tenemos que desterrar de nuestro imaginario esa idea arraigada y anticientífica que dice que puede haber algunos beneficios en la salud con el consumo moderado», ha afirmado García.
Prohibición de publicidad para crear espacios seguros
El texto recoge la prohibición para emplazamiento de publicidad de bebidas alcohólicas en la vía pública en un radio de 150 metros de centros educativos, centros sanitarios, de servicios sociales y sociosanitarios y de parques y lugares de ocio infantil.
Esta medida entrará en vigor un año después de la publicación de la ley, sin afectar a aquellas situaciones ya existentes antes de ese momento. «Cabe decir que las bebidas fermentadas que tengan menos de un 0,5% de alcohol estarán permitidas», ha indicado García.
Las bebidas con un 0,5% de alcohol quedarán libres de las restricciones.
Además, se prohíbe cualquier forma directa, indirecta o encubierta de publicidad de bebidas alcohólicas o productos que simulen ser una bebida alcohólica incluyendo el nombre comercial, la denominación social, símbolos o marcas comerciales de las personas o empresas productoras de dichas bebidas, dirigida a personas menores de edad.
Tampoco se podrá usar en la publicidad la imagen o la voz de personas con menos de 21 años; personas mayores de edad cuando se presenten caracterizadas o disfrazadas de personas menores de edad; personas o personajes, reales o de ficción, cuya relevancia pública o su popularidad estén vinculadas con la población menor de edad.
Al ser preguntada por si Sanidad se ha reunido con representantes del sector para consensuar la ley, García ha asegurado que han mantenido encuentros «con todo el mundo», aunque ha señalado que la ley se ha hecho «con un eje fundamental», que es «la protección de los entornos de los menores y de los adolescentes».
Limitaciones de puntos de venta
Por otro lado, el proyecto de ley permite que las Administraciones públicas en materia de planificación urbanística puedan valorar, con el objetivo de prevenir el consumo de alcohol en personas menores de edad, la limitación de apertura de nuevos establecimientos.
«Teniendo en cuenta la concentración de puntos de venta minorista de bebidas en las inmediaciones de centros educativos, de protección social de personas menores de edad o establecimientos en los que se desarrollen espectáculos o actividades recreativas públicas destinadas a menores de edad», señala el proyecto.
Además, el suministro automático de bebidas alcohólicas requerirá que las máquinas de dispensación incorporen mecanismos técnicos «eficaces, con vigilancia y custodia directa», que permitan impedir su adquisición por personas menores de edad. Estas máquinas no podrán instalarse en la vía pública, ni en lugares donde esté prohibida la venta o consumo de bebidas alcohólicas.
Las máquinas que dispensen bebidas alcohólicas deberán presentar medidas de control «eficaces, con vigilancia y custodia directa».
Por su parte, los establecimientos de autoservicio deberán limitar un espacio concreto dentro del local para exponer las bebidas alcohólicas, que esté separado de los espacios con productos específicamente destinados a las personas menores de edad.
Al hilo, los establecimientos dedicados mayoritariamente a la venta de productos para personas menores de edad, no podrán venderse bebidas alcohólicas ni otros productos que los imiten, ni exhibirse en los escaparates o en el interior.
Historia clínica
El texto permite desarrollar protocolos para detectar el consumo de alcohol en menores y fomenta la inclusión de registros de consumo en la historia clínica. En caso de que un menor de 16 años sea atendido en los servicios de urgencias por intoxicación etílica, será objeto de una evaluación integral que implicará a sus padres.
El proyecto también promoverá la inclusión de nuevos contenidos sobre prevención del consumo de alcohol en primaria, secundaria, formación profesional, bachillerato y planes de estudios universitarios y de formación del profesorado.
También se implementarán programas para concienciar a las familias sobre los riesgos del alcohol y dotarlas de herramientas para prevenir su consumo en menores.

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