
Responder a una pregunta que se planteó Julio Caro Baroja sobre cómo se pasó en Euskal Herria de un sugerente siglo XVIII, con la Ilustración, al convulso XIX y todas su guerras ha sido el principio que ha guiado a Eugenio Ibarzabal a la hora de escribir su nueva novela, titulada ‘Muñagorri, el conde y las condesas’, publicada por Erein.
En su presentación ante los medios este martes, en nombre de la editorial, Inazio Mujika ha detallado que el título de la obra «ofrece menos de lo que da el libro», que abarca el período entre 1745 y 1842, y en el que aparece la Real Sociedad Bascongada, la guerra de la Convención, la guerra napoleónica, la creación francesa del gobierno de Bizcaya, la quema de Donostia, la Primera Guerra Carlista y la sublevación de octubre de 1841.
Un periodo que Mujika ha calificado de «clave en el País Vasco, cuando la Ilustración y el carlismo redefinieron la sociedad vasca» y en el que «este hábil contador de historias» se adentra «en la vertiente humana de los protagonistas de aquella época» gracias a que «ha tenido acceso al archivo de la familia Zavala, donde están las cartas del conde de Villafuertes».
A partir de todos estos elementos, la nueva novela de Ibarzabal es «un libro que combina rigor histórico, la política, la intriga y la reflexión sobre la identidad del pueblo vasco», ha concluido.
Un reportaje periodístico que dura cien años
Aunque se trata de una obra con un evidente corte histórico, su autor ha asegurado que «he hecho periodismo. Es como un reportaje largo que dura casi cien años. No es un libro de historia, he contado una historia a través de algunos protagonistas».
El germen de esta novela se gestó hace años, cuando Ibarzabal conoció a Julio Caro Baroja «e iba a Itzea a escucharle. Una vez dijo que se preguntaba cómo, con el siglo XVIII tan sugerente que habíamos tenido, habíamos terminado en el siglo XIX que tuvimos. Esa pregunta me ha venido a la memoria durante estos años y este libro es la respuesta».
Redactar esa repuesta le ha llevado «dos años y medio. El primero fue complicado y fui detrás de Muñagorri, que para mí era un completo desconocido». Y entonces «tuve la suerte de dar con el conde de Villafuertes y su archivo». En este último, encontró 12.000 cartas que dieron a su relato «una solidez absolutamente diferente y otro contenido, porque estaba hablando de una historia, de contar una historia a través de los testigos, de cómo lo vieron».
¿Y quiénes son esos personajes reales a través de los cuales cuenta esta historia? Ahí están José Antonio Muñagorri, que «es increíble que sea tan desconocido. Es un empresario, escribano (notario), pero sobre todo un pacifista que se mete en un lío entre dos ejércitos tratando de pararlos y conseguir la paz». En ese empeño, terminará arruinado.
Totalmente diferente es Manuel José Zavala, III conde de Villafuertes, «un jauntxo de aquí. Es fundamentalmente un político con un montón de relaciones, amante del país, fuerista a tope y partidario del mal menor, aunque gracias a gente así, hemos llegado a la actualidad», ha asegurado Ibarzabal.
Las condesas a que hace referencia el título son Escolástica Salazar, condesa de Villafuertes, y Pilar Acedo, condesa de Echauz. La primera de ellas «es un personaje fundamental» y que a pesar de «sus estudios escasos, está llevando el tema de la familia, de los hijos, de la administración. Es un baluarte clave».
Por su parte, la condesa de Echauz fue amante de José Bonaparte y su relación con el conde de Villafuertes «va a ser muy estrecha».
La foralidad y el autogobierno
Recurriendo a esas cartas y a las relaciones entre los personajes y los acontecimientos históricos de esos casi cien años, Ibarzabal ha ensamblado un relato que «da perspectiva» en relación a cuestiones como «la foralidad y el autogobierno del país».
Ha asegurado que, con esta obra, «se entiende mejor lo que va a pasar después, porque es una repetición de lo mismo». Y aunque el nacionalismo vasco se suele entender a partir de Sabino Arana, «las ideologías ya están anteriormente. Los problemas, los debates ya empiezan antes y en circunstancias trágicas, porque estamos hablando de cuatro guerras».
Por esos motivos, considera que «es un libro de actualidad en este sentido. Es un libro de historia, pero tienes la sensación de vivir lo de ahora». Y como conclusión, ha asegurado que «la paz, la democracia y el autogobierno son piezas de porcelana fina y hay que tener mucho cuidado con ellas», y ha animado a ser «radicalmente moderado, porque se trata de evitar grandes atrocidades».

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