El método Kern Pharma: pasión, trabajo y paciencia
Pasión, trabajo y paciencia. Son los tres ingredientes esenciales que explican el éxito de Kern Pharma, un equipo UCI ProTeam que la pasada campaña en la Vuelta superó en rendimiento a escuadras UCI WorldTeam, lo que no le ha servido para repetir participación. Itzulia es su inmediato reto.

Kern Pharma fue la grata sorpresa de la pasada campaña ciclista. Su sobresaliente protagonismo en la Vuelta, con tres victorias parciales a cargo de Pablo Castrillo –doblete– y Urko Berrade, puso de manifiesto que no es necesario un presupuesto multimillonario para brillar entre el pelotón. En lugar del talonario, la escuadra navarra le pone pasión, trabajo y paciencia a todo lo que hace, tal y como explica su director deportivo, Juanjo Oroz.
«Apostamos por la base y a los chavales les damos más tiempo de lo que es habitual, porque creemos en ellos. Está claro que no es realista competir toda una temporada con un equipo WorldTeam, que tienen muchísimo más dinero que tú, pero sí que estamos convencidos de que podemos hacerlo en momentos puntuales o preparando con mimo las grandes citas. Nuestros ciclistas han visto que es posible y esa ola es muy difícil de pararla ya», indica el preparador de Berriobeiti.
En esa selección de frentes en los que luchar contra los gigantes del ciclismo mundial, Euskal Herriko Itzulia –que se inicia este lunes– ocupa un lugar preferente. «Corremos en casa y es una gran oportunidad para estar muy cerca de los aficionados y pasar por las carreteras que nos han visto crecer. Hay una participación de mucho nivel, pero llevamos un gran equipo y en cada edición hemos ido mejorando. El año pasado hicimos un cuarto puesto con Pau Miquel y este nos gustaría optar a una victoria», señala.
El otro gran reto del curso era volver a participar en la Vuelta, pero este pasado viernes el equipo radicado en Orkoien sufrió un serio revés, no contando para los organizadores de dicha carrera al dejarle fuera de las tres invitaciones –la UCI ha aumentado el número a una más–, pese a ser el equipo revelación de la pasada edición y uno de sus principales animadores, optando antes por el Q36.5, liderado por Tom Pidcock, que por Kern Pharma.
Oroz reincide en la «decepción» que ha supuesto esta decisión por parte de los promotores de la Vuelta, poco entendible después de haber ganado tres etapas en la edición pasada y ser una formación ciclista «que trabaja desde la base». «Este proyecto empezó porque queremos aportar valor al ciclismo y a la sociedad. Te cuesta comprender estas decisiones, pero no queda otra que reenfocar y reestructurar, y a seguir con más fuerza si cabe trabajando», explica.
Señala que el deporte del pedal no solo es «negocio» y que hay otros cuestiones como las «emociones» que se vivieron por los aficionados con los triunfos, a priori, inesperados de Kern Pharma. De hecho, la resolución de los organizadores de la prueba ha sido muy criticada en redes sociales por los seguidores del ciclismo, quienes han transmitido su apoyo a la escuadra navarra, algo que valora mucho Oroz. «Cuando ganamos etapas el año pasado, lo que más nos alegró fue el cariño de la gente y ahora les estamos muy agradecidos por su apoyo, que nos da energía para continuar con nuestro proyecto», resalta.
Ni que decir tiene que para Kern Pharma participar en una gran cita resultaba «de vital importancia». «Es un gran escenario, que ha moldeado nuestra historia y nos ha visto crecer. Vamos a seguir peleando sin esconder nuestra decepción. La edición pasada lo hicimos muy bien y tuvimos mucha suerte de poder disfrutarlo», añade.
La preparación de la plantilla se va a tener que amoldar ahora a esta nueva situación, un punto de flexibilidad que Oroz considera una «pequeña ventaja» respecto a las grandes estructuras de otros equipos, que «tienen todo súper medido». «Nosotros estamos preparados para tener diversos roles en diferentes partes de la temporada», asume, aunque resulta complicado meterse entre los 30 primeros equipos mundiales si no dispones de la posibilidad de participar en grandes citas, «pero no nos queda otro remedio que adaptarnos y tirar hacia adelante», expone.
Reivindica además la presencia en el pelotón no solo del equipo que dirige, sino de otros conjuntos UCI ProTeam como Euskaltel, Caja Rural y Burgos. «Creo que es importante que existamos y que se nos cuide, porque eso también será cuidar el ciclismo, que no es solo las grandes figuras o el Tour, una carrera en la que en un mismo año llegaron a correr nueve navarros. ¿Ahora?», se pregunta.
Club referencial
Y es que Kern Pharma se ha convertido en un club referencial para aquellos ciclistas que quieren progresar. «Nuestra formación permite que los corredores crezcan y es todo un orgullo que quienes lo hacen más rápido vayan a otros sitios, les vamos a seguir aplaudiendo igual. Son un buen número los deportistas que han pasado por aquí y ahora les ves disfrutar y brillar en grandes pruebas», remarca.
También aspira a serlo a nivel social. «La sociedad cada vez aboga más por ir en bicicleta y, para mí, los equipos debemos ser un buen ejemplo, debemos aportar algo más, ser un modelo de superación para la gente de la calle», desglosa. Por eso, no es muy partidario de lo que denomina como «numerología». «Si solo vamos al resultado, creo que se van perder muchos equipos y carreras, y consecuentemente muchos futuros talentos de niños que quieren andar en bicicleta», describe.
El problema es que el deporte del pedal, al menos en su vertiente más profesional, parece ir en otra dirección totalmente opuesta. «Se nos está llevando a una competitividad máxima y el factor humano está perdiendo fuerza. Entiendo que haya globalización y que todo el mundo deba tener oportunidades, pero hay que cuidar al corredor de casa y a la cantera. No se puede medir al ciclismo solo por la punta de la pirámide, sino que hay que darle valor a la base. En Kern Pharma queremos llegar lo más alto posible, pero con nuestro entorno», matiza.
Llegados a este punto, surge la cuestión sobre si debería haber limitaciones en los presupuestos de los equipos. El del equipo navarro ronda los cuatro millones, muy lejos de los entre 55-60 que maneja UAE y los entre 50-55 de Visma e Ineos. «Ese debate está ahí, entre los equipos y la UCI. Entiendo que las normas deben ir variando porque la sociedad así lo está demandando», esgrime Oroz.
Contrarrestar semejante diferencia económica pasa por retener el talento que se genere. Al exciclista de Berriobeiti no le gusta esa expresión, pero admite que el reto es «seguir siendo un equipo atractivo para que los corredores se queden aquí más años. Nuestra mayor labor ahora mismo es darles herramientas para seguir creciendo y que vean que somos su mejor opción».
De hecho, realiza un ejercicio de recopilación histórica para sostener que, «si todavía estuvieran los ciclistas que han pasado por aquí en los últimos cinco años, seríamos favoritos para pelear por la Vuelta. ¿Por qué no podemos pensar que en los siguientes cinco peleemos por ello? El reto es muy grande, pero nos lo ponemos, aunque valoremos el día a día y que mantenerte también es un éxito», comenta.
Puestos a ponerse desafíos importantes, aparece la palabra mágica: Tour. «Tanto la Vuelta como el Tour son pruebas en las que llegas a millones de personas y mostrar tu ejemplo a tanta gente es algo que nos mueve cada mañana. En todo caso, siempre digo que la carrera más importante es la próxima carrera. Hay que intentar abstraerse un tanto de semejantes objetivos, pero la élite es lo que tiene», sentencia.
Controlar el gasto
Los fríos números, además, no dejan mucho margen de maniobra. Ana Martínez, del departamento administrativo de Kern Pharma, tiene que cuadrarlos a diario para que los desembolsos de un equipo modesto no se disparen y se descuadren las cuentas. «Hay gastos fijos, como los contratos de los corredores y los vehículos, por poner dos ejemplos, en los que no se puede maniobrar, pero sí miramos mucho el tema de los viajes, que es donde más se va el presupuesto», desglosa.
Sobre la mesa de una oficina en la que cuelga el galardón del Torneo GARA de 2008 con que se premió a Andrey Amador en el Euskaldun de aquel año, describe que «se trata de encajar el puzzle e hilar muy fino porque hay que mirar por la comodidad de ciclistas y auxiliares, pero también por la estabilidad de la empresa. Recalcamos mucho que los gastos sean sostenibles y que se tenga especial cuidado con algunas variables, como las multas, por decir algo».
Así, este será el primer ejercicio económico en el que para calcular las previsiones de gasto futuras se están teniendo en cuenta las cifras de años anteriores, lo que se espera pueda llevar a un mayor control. «Conforme el equipo crece, también lo hace el gasto, de ahí que sea necesario emplear nuevas herramientas para supervisarlo», explica.
El problema al que deben enfrentarse es que un porcentaje bastante elevado de las pruebas en las que participan son deficitarias, pero en las que prevalece competir por la necesidad de acumular puntos UCI o foguear a los corredores. «Ahí se valoran otros criterios, como los deportivos, y la decisión final la toman los técnicos», refleja Martínez.
«Los organizadores de las carreras abonan los premios a través de lo que se denomina un boletín, pero la previsión de cobros en este deporte es un tanto peculiar y eso dificulta todavía más llevar un control más exhaustivo», concluye.

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