Xabier Rodríguez
Entrevista
Víctor de la Parte
Exciclista

«Sky hizo evolucionar el ciclismo, pero llegan portentos como Pogacar y te descolocan todo»

Víctor de la Parte (Gasteiz, 1986) no ha tenido una carrera profesional al uso. Se inició más tarde de lo habitual, pasó el Caja Rural y por equipos de Grecia, Portugal, Austria y Polonia hasta llegar al World Tour con Movistar. Ahora, ha anunciado su retirada cuando estaba empezando la temporada.

Víctor de la parte.
Víctor de la parte. (Raúl BOGAJO | FOKU)

El ya ex ciclista gasteiztarra ha llegado a competir en países y carreras de las que no llegan noticias por aquí. Así ha sido toda su carrera en el ciclismo; una constante adaptación a las circunstancias buscando disfrutar de la bicicleta. Después de 14 temporadas, se baja de la bici siendo el profesional que ha competido en mayor número de países, 37 en total.

Ha sorprendido su anuncio a estas alturas de la temporada.

Sí. Ya tenía decidido que este iba a ser mi último año, pero empecé a correr, no estaba motivado y no quería pasar el año así. Cuando eres ciclista, si no te gusta lo que haces, se hace muy complicado. No es un oficio normal, es algo muy sacrificado que te tiene que gustar. Tengo otra vida, otras muchas otras cosas que hacer y me pesaba tener que entrenar. Iba a correr y estaba pensando en mil cosas.

Porque lo que le llevó al ciclismo fue la afición por este deporte.

Cuando empecé en el ciclismo yo ya estaba trabajando. Andaba en bici por pasión, porque es un deporte que me gusta, pero lo practicaba sin ningún objetivo. Hasta los 20-21 años no sabía nada de ciclismo, ni tenía costumbre de verlo por la tele. Igual lo que ponía el aita en casa, nada más.

«Ya tenía decidido que este iba a ser mi último año, pero empecé a correr, no estaba motivado y no quería pasar el año así. Cuando eres ciclista, si no te gusta lo que haces, se hace muy complicado. No es un oficio normal, es algo muy sacrificado que te tiene que gustar»

¿En qué momento se planteó el ciclismo como una opción profesional?

Cuando tienes que dejar el trabajo y te dedicas casi exclusivamente al ciclismo ya tienes ese objetivo. Hasta llegar al Caja Rural amateur no me lo había planteado, pero surgió el equipo profesional ese año, yo era de los que más andaba en el amateur y sabía que era una posibilidad. Pero hasta entonces nunca me lo había planteado.

En el Caja Rural se vio involucrado en un caso de dopaje.

Sí, era mi primer año profesional y vas como un pardillo. Yo aprendí la lección y ya está.

¿En qué medida influyó para fichar por un equipo griego y que haya hecho esa carrera tan poco convencional en el ciclismo?

La verdad es que influyó totalmente, porque era de los corredores más destacados del Caja Rural y me tocó buscarme una alternativa. Fue algo que me educó, que me hizo ver lo que era la supervivencia y eso es lo que me ha hecho llegar donde he llegado.

¿Cómo entró en contacto con el equipo griego?

Un compañero de Caja Rural se había ido a principio de temporada allí y me llamó para que fuera con él. Al principio me chocaba un poco la idea, pero creo que lo bueno que he tenido es que siempre  he ido sobre la marcha, queriendo disfrutar.

Al principio te sorprende todo. Vienes de un equipo de casa, que todo lo tienes a mano y de repente, estás obligado a aprender un idioma, a viajar por todo el mundo... Corríamos mucho por Asia y por Europa del Este, que es un ciclismo totalmente diferente. Vas a Rumanía, a Croacia y todo era nuevo para mí.

De allí pasó a un equipo portugués. ¿En ese momento veía posible llegar al World Tour?

Ese año fue cuando Euskaltel se tuvo que reinventar y fichar extranjeros y cuando yo estaba en Grecia, el equipo desapareció. Eso para mí fue un palo. Ahí me quedé un poco que no sabía qué hacer. Me surgió la oportunidad de Portugal y pensé ‘si ya estoy metido en la aventura, vamos a tope’.

En esos años ganó carreras en Portugal, Rumanía, Austria o Argelia. ¿Qué importancia le da a la victoria?

La verdad es que le daba mucha más importancia de la que le doy ahora. Cuando estaba en esos países te tienes que dar a conocer y lo haces con una victoria. Me acuerdo de que, cuando gané en Argelia, venía de romperme la mano en China. Había pasado todo el invierno entrenando como un animal en el rodillo. Entonces, ganar se convirtió en el objetivo del día a día.

La última vez que hablamos me comentaba que en ocasiones ha sido usted quien ha pedido ir a Ruanda o a otros países a los que otros ciclistas no querían ir.

Eso ha sido constante en mi carrera y era lo que me motivaba de este último año. Poder volver a Asia, volver a correr en China, que tengo muy buen recuerdo. Esos viajes son una oportunidad de conocer una cultura nueva. Es un ciclismo más relajado, que te da tiempo para visitar un poco, hacer un poco de turismo. Y es un ciclismo que no ha llegado al nivel de exigencia que tiene el ciclismo de aquí.

¿Cómo se daba a conocer a los equipos para hacer cada uno de esos cambios?

En Grecia y Portugal tuve muy buenos resultados todo el año. Todas las carreras a las que iba estaba entre los 10 mejores. Cuando fui a Austria, más o menos era el mismo pelotón que en Grecia. Corríamos los mismos y ya nos conocíamos las caras. Ya sabía quiénes eran los buenos de cada equipo. Yo también he sido un ciclista que me he dado a conocer porque me he llevado bien con todo el mundo.

Más tarde fichó por el CCC, que todavía no era el equipo grande que luego fue. ¿Se veía esa ambición de crecer?

Cuando gané la Vuelta a Austria el equipo se fijó en mí, porque gané la general y dos etapas. Luego, cuando entré en el equipo, me sorprendió. Era un equipo Continental-Pro que llevaba más de veinte años de patrocinio. Cuando vi las instalaciones, las infraestructuras, pensé 'esto es un equipo en condiciones'. He tenido la suerte de que cada año he ido dando pasitos adelante y fichar por CCC fue el punto de inflexión, de estar en un equipo grande de verdad. Eso es lo que más me ha motivado siempre.

Y ahí le ven en el equipo Movistar.

Sí. En CCC el objetivo era el Tour de Polonia y creo que hice décimo en la general. Fui el primero de un equipo Continental. Ahí ya vi que tenía el nivel para estar en el World Tour y que, Movistar u otro equipo World Tour, no se fijaran en mi hubiera sido una decepción. Ese momento Movistar necesitaba un corredor de mis características, un escalador que pudiera trabajar y fue cuando cuadró fichar por ellos. Tenía varias ofertas del World Tour, pero fue Unzue el que me llamó personalmente. Nos juntamos para tomar un café y fue como una entrevista de trabajo.

¿Cómo vivió ese salto?

Cuando entras en un equipo de esos te tienes que reinventar, porque sabes que ya no vas a ganar. Vas a trabajar con Valverde, con Quintana y lógicamente son líderes y tienes que trabajar para ellos. Lo vives con ambición, porque, si fueran líderes pequeños, aún, pero trabajar con Valverde, que sabes que va a ganar... O con Nairo, que pasa igual. Es un cambio total, pero entrenas con la misma ambición y las mismas ganas. Además Valverde es muy de mi estilo. Salía con la bici y era como un juego. Era una manera de pasárselo bien. Le veías que iba tan fácil, que dabas el 200%, porque sabías que iba a ganar.

Esos fueron los años de dominio del equipo Sky, que trajeron un ciclismo más controlado, en el que se medía todo. ¿En qué medida influyó en el ciclismo?

Cuando entró Sky fue una revolución, porque su presupuesto duplicaba al de los demás. Invirtieron en conocer a los corredores, conocer el cuerpo humano, sacar el máximo rendimiento de cada uno. Hacían cosas que para los demás eran impensables. Yo hablaba con algunos corredores y me decían cuál era el plan de la etapa. ‘Hay tantos puertos y se van a subir los primeros a tantos vatios, el cuarto a tanto…’ Lo tenían todo planificado y sabían que con ese trabajo iban a ganar.

Son cosas que ahora hacen hasta los juveniles. Todos los equipos llevan todo medido, saben cada corredor cuánto tiempo puede aguantar a determinada potencia. Casi desde el autobús saben el puesto que vas a hacer. Eso hizo evolucionar el ciclismo y ha influido en que se vaya tan rápido ahora. Pero claro, llegan portentos como Pogacar y te descolocan todo.

¿Cómo se ha llevado con ese tipo de ciclismo?

Cuando eres ciclista siempre te interesas por ver qué puedes mejorar en nutrición, en entrenamiento... Yo siempre he tenido muy en cuenta la salud y las consecuencias del nivel tan extremo al que se está llegando ahora. Nunca he sido partidario de llevar el cuerpo tan al límite.

¿Eso se lo admitían los equipos?

Siempre que des la talla, nadie te dice nada. Pero es verdad que, cuando estás en carrera, bajas al comedor y te encuentras la báscula para pesar la comida. Eso es algo que nunca ha ido acorde conmigo, pero siempre he tenido mi filosofía y no la he cambiado.

Después de Movistar volvió al CCC y tuvo como líder a Van Avermaet.

Sí, pero no coincidí mucho con él porque era un corredor más de clásicas. Normalmente los belgas son más suyos, más de estar con su grupo, pero él era súper abierto, muy buena persona. Era un equipo nuevo, el más grande en el que he estado, porque se había quedado con toda la estructura del BMC. El objetivo era ganar las clásicas con Van Avermaet, pero luego no había demasiados objetivos. Yo fui como líder a la Vuelta a España, pero sin el objetivo de ganarla. Si terminaba entre los 15 primeros ya era un lujo.

«El mío es un caso de los que no hay muchos. Un escalador puro que puede hacer buena contrarreloj. Entonces era un perfil casi perfecto para poder hacer una general»

Porque sus características son más para carreras por etapas. Anda muy bien en contrarreloj y en montaña también se defiende.

Sí, el mío es un caso de los que no hay muchos. Un escalador puro que puede hacer buena contrarreloj. Entonces era un perfil casi perfecto para poder hacer una general.

Luego se marchó a TotalEnergies y coincidió con Peter Sagan. Tiene pinta de ser un tipo bastante majo.

Sí. Como no hablaba francés solía venir conmigo, que me defendía en italiano. Otro que se tomaba el ciclismo como un juego y en el momento que vio que no era así, cogió y colgó la bici. Es un corredor que no vale para el ciclismo moderno. No entrenaba como se entrena ahora. No le gustaban los métodos, le gustaba ir a su aire. Echarse sus cervezas, disfrutar fuera de la bici, porque para él era un hobby. Él era un portento, que podía salir de fiesta, llegar y ganar. Pero creo que los demás subieron el nivel y ya no estaba a la altura.

Y termina su carrera en Euskaltel.

Sí, antes de ir al Total ya había hablado con ellos y estuvimos a punto de cerrar el fichaje. Más tarde ya pensé que mi último contrato podía ser con ellos. Un equipo de casa, más pequeño y con el objetivo de aportar la experiencia que yo tenía y disfrutar.

Ha ganado en muchos países y en muchas circunstancias, ¿cuál cree que ha sido su victoria más importante?

Yo creo que la Vuelta a Austria. Porque era con un equipo austriaco y en ese momento, nunca me había enfrentado a un equipo World Tour. Había preparado la carrera con mucho mimo y llegar allí y ver que tenía esa capacidad, que me podía enfrentar al World Tour e incluso les ganaba, para mí fue un punto de inflexión.