Tenaglia ha dado al Alavés la victoria en el derbi frente a la Real.
Tenaglia ha dado al Alavés la victoria en el derbi frente a la Real. (Jaizki FONTANEDA)
Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby

Una volea de Tenaglia da tres puntos de oxígeno al Alavés frente a una inoperante Real

Un remate del argentino a la salida de un córner permite a los babazorros cazar al Girona y colocarse dos puntos por encima de Las Palmas, que marca la línea del descenso. Los donostiarras vuelven a demostrar su incapacidad para reaccionar cuando el marcador se pone en contra (1-0).  

Era un derbi de necesidades. Alavés y Real han dibujado un encuentro en el que se trataba de no fallar, y el que pegara primero tenía casi todo el trabajo hecho. Un encuentro de esos que se suelen decantar a balón parado. Y así ha sido. Pasada la hora de juego, Tenaglia ha aprovechado la pasividad de la zaga realista para empalmar una volea a la red a la salida de un córner, y los donostiarras han sido incapaces siquiera de meter miedo, no digamos ya de empatar.

Tres puntos que llenan de moral el zurrón albiazul antes del parón, con dos puntos de renta sobre Las Palmas, a la espera del Leganés-Girona de este jueves. En el otro bando, tercer fiasco consecutivo de los txuri-urdines, que transmiten muy malas sensaciones, con groseros errores en la zaga e inoperantes en ataque. Europa parece una quimera, aunque el Mallorca está a solo dos puntos.

De salida, Eduardo Coudet ha dado continuidad a su bloque de confianza, con el retorno al once de Mouriño y Manu Sánchez una vez cumplida su sanción. La tercera novedad respecto a Sevilla ha sido la presencia de Carlos Martín.

Por su parte, en la Real Imanol ha cambiado a cuatro de sus cinco jugadores de campo más retrasados. El único que ha repetido ha sido Jon Martín, mientras que Aramburu, Pacheco, Javi López y Zubimendi han ocupado las plazas de Traoré, Aritz, Aihen y Turrientes. Además, Brais ha sentado a Sucic.

Ha costado ver en acción a los porteros, más allá de algún golpeo con los pies. Mucho ‘nadacampismo’, con una Real poniendo morfina al partido a base de posesiones largas y un Alavés que esperaba agazapado a que llegara su oportunidad. Ambos aguardando a ver quién se ponía nervioso primero, a quién le entraban las urgencias.

Primeros avisos

Los donostiarras han dado un par de avisos a los 20 minutos. Sergio Gómez casi aprovecha una pérdida de la zaga local, pero Sivera ha reaccionado a tiempo tras tocar el balón en un compañero, y en el córner subsiguiente Brais ha peinado en el primer palo pero Oyarzabal no ha llegado a remachar en el segundo.

Un oásis en el desierto. Lo que viene a ser el tópico del derbi de pico y pala, a la espera de algún chispazo que reventara el cerrojo. El Alavés lo intentaba, pero solo conseguía generar algún barullo en el área de Remiro y una caída de Carlos Vicente ante Pacheco al borde del área que el árbitro ha entendido como un piscinazo sancionable, ante las estupefacción del zaragozano.  

Con la friolera de cero disparos a puerta, los veintidós protagonistas se han retirado a los vestuarios. Han sido 45 primeros minutos de desgaste físico, de pelea, de tener como prioridad no pifiarla. Como si no perder fuera más importante que ganar. El empate permitía al Alavés igualar a Las Palmas, mientras que la Real recortaba un punto al Mallorca pero perdía dos respecto al Celta.

A Coudet no le debía gustar lo que estaba viendo, porque si en Sevilla se dejó dos cambios en la recámara, hoy ha movido doble ficha en el descanso. Guevara y Conechny –que ha tardado dos minutos en ver la amarilla–, han entrado por Jordán y Carlos Martín.

El choque se despereza

El primer remate con peligro del Alavés ha tenido que esperar hasta el 58. Ha sido a balón parado, con un testarazo de Tenaglia que se ha marchado fuera por poco en una falta botada por Carlos Vicente. Premonitorio. A los pocos segundos Kubo ha respondido con un disparo cerca del poste. ¿Se desperezaba el choque?

Sí, lo desperezaba Tenaglia al empalar con un fantástico derechazo un córner lanzado por Vicente (1-0, m 64). Se quejaba Coudet de la poca efectividad de los suyos en este tipo de jugadas, pero el defensa argentino cazaba una que podía valer oro. Visto desde el otro lado, nuevo ejercicio de blandura defensiva de los donostiarras –Javi López persigue al trote al rematador–, su condena en los partidos más recientes.

Imanol tenía ya tres cambios preparados y los ejecutaba de inmediato, dando entrada a Aritz por el amonestado Aramburu, a Sucic por Brais y a Oskarsson por Kubo. En el Alavés, Protesoni aportaba piernas frescas en lugar de Guridi.

El tanto había modificado radicalmente el guion, pero no parecía que la Real se diera por enterada. Así que su técnico ha puesto sobre el verde toda su artillería al meter a Becker y Mariezkurrena por Sergio Gómez y Pablo Marín. Ya no había nada que perder. En esa partida de ajedrez, Toni Martínez ha relevado a Kike García en la primera línea de presión. 

Mientras Sivera seguía instalado en la placidez, Antonio Blanco casi marca el segundo con un trallazo que ha lamido el larguero de Remiro. El viento soplaba de cola para los babazorros frente a un rival sin ideas y ahogado en su propia precipitación. Y en la única ocasión en la que la Real ha logrado rematar entre los tres palos, el gol de Oskarsson ha sido anulado por fuera de juego.