Daniel   Galvalizi
Periodista
Entrevista
Raquel Varela
Historiadora y autora del libro “Historia Popular de la Revolución”

«El carácter obrero de la Revolución de los Claveles se quiso ocultar»

La historiadora Raquel Varela narra en ‘Historia Popular de la Revolución’ una versión poco conocida del proceso de ruptura con la dictadura de Salazar, que este viernes cumplió 51 años.

La historiadora portuguesa Raquel Varela.
La historiadora portuguesa Raquel Varela. (Vasili ANDREYE)

Nacida en Cascais, la profesora de la Universidade Nova de Lisboa y doctora en Historia, Raquel Varela, buscó dar una vuelta a la versión oficial en Historia popular de la Revolución de los Claveles (Ed Verso, 2024), haciendo foco en los procesos sociales  y sindicales y no tanto en los conflictos entre élites.

Además, el año pasado lanzó dos cómic, uno en catalán –“El poble és qui més ordena”–­ y otro en euskera –“Herriak du gehien agintzen”– en los que narra la revolución de forma didáctica.

En entrevista con NAIZ habla de aquellos años de guerra colonial y empoderamiento obrero.

En su libro pone la palabra ‘popular’ en el título. Historiográficamente hablando, ¿eso qué implica?

Porque la historia popular ha sido una inspiración, que viene de Estados Unidos y se origina en los ‘60 en Inglaterra. Es la idea de la recuperación de la historia desde los de abajo pero fue opacada por la historia político-institucional de los años 80 en adelante.

Los historiadores en su mayoría tienen una visión positivista centrada en los estudio de la diplomacia y las instituciones y no habla de las dinámicas sociales, de las grandes masas y de los conflictos sociales.

La historia popular es como una historia portuguesa desde abajo, no solo de la guerra de los pueblos africanos sino que habla de la resistencia de los trabajadores africanos, de los movimientos de liberación y del rol de los campesinos.

Otro ejemplo: la historia popular no habla solo de los decretos de nacionalizaciones sino del control obrero en la revolución portuguesa, intenta mostrar la dinámica de las clases en conflicto y una dinámica que no solo se centra en el poder sino en una resistencia que muchas veces está ocultada.

Se asocia la Revolución de los Claveles a la guerra anticolonial pero usted dice que el motor real es otro.

Esta pregunta es muy interesante. Yo si hago historia político-institucional digo que la revolución empezó el abril de 1974 y digo ‘guerra colonial’, que es un nombre que da la dictadura portuguesa.

Pero los líderes anticoloniales africanos hablaban de revolución. La guerra tiene carácter revolucionario porque es una guerra apoyada por los campesinos en África, no se trata solo de lucha armada, estaba profundamente enraizada en el pueblo, los campesinos apoyaban a los guerrilleros, los protegían, eso permite la victoria.

En mi libro quedan claro dos temas fundamentales: se decía en la historiografía tradicional que la de los Claveles era una revolución sin muertos y no es verdad,  murieron 10.000 portugueses y 100.000 africanos en esa guerra.

Y también queda claro que la guerra no había comenzado con un ataque militar sino con una huelga de los trabajadores africanos.

Un comienzo exógeno, se podría decir.

Hay una oposición a Salazar anarcosindicalista que tiene carácter ibérico porque tenían la idea de unos estados federados socialistas en la península. Salazar y Franco son dictaduras para derrotar el socialismo internacionalista ibérico.

«Los historiadores en su mayoría tienen una visión positivista centrada en los estudios de la diplomacia y las instituciones y no habla de las dinámicas sociales, de las grandes masas y de los conflictos sociales»

La primera resistencia contra Salazar es anarcosindicalista, luego hay una clandestina comunista muy prosoviética y después una muy fuerte de estudiantes contra la guerra colonial, influenciados por el maoismo y el trotskismo, y de sectores católicos progresistas. Pero sí, la verdadera resistencia vino de Africa.

Las muertes en Angola, Mozambique y Guinea fueron cien mil pero parece que se ocultan adrede.

Son muertes militares y civiles. No se sabe incluso hasta hoy, es un cálculo hecho por la historia militar porque no hay fuentes seguras, eran movimientos clandestinos.

Conocemos miles de casos de encarcelados en las prisiones coloniales, torturados y asesinados. Se oculta este dato en Portugal porque la academia no ha logrado tener una autonomía del Estado, hay una presión muy grande, incluso de académicos de izquierda, de tener una visión cercana a la del estado y eso hace que no se hable de los muertos de la guerra colonial.

Durante 13 años,  1,2 millón de portugueses hombres fueron movilizados por la guerra. Solo un país tuvo una mayor militarización de su sociedad en aquel momento: Israel.

Y esto generaba mucha oposición  sobre todo a partir de Mayo del ‘68. Todo lo que ocurría en Francia su impacto era grande en Portugal. Más de un millón de portugueses recordemos se fueron en los 70 a trabajar a Europa.

Dice que la de los Claveles fue la revolución más importante de la segunda mitad del siglo XX en Europa. ¿Por qué?

Es así porque su extensión profunda. De los 9,5 millones de personas, tres millones estuvieron involucradas en manifestaciones, huelgas, protestas y consejos democráticos de control de la producción en las fábricas y también en escuelas. Hubo más de mil empresas autogestionadas por los trabajadores y los hospitales estaban bajo gestión de médicos y enfermos.

Un día de 1975 la Asamblea Nacional fue cercada por 80.000 obreros de la construcción, toda una situación equiparable a la de 1917 en Rusia. No fue de élite, fue absolutamente masiva con cientos de asambleas de trabajadores todos los días, algo que solo tiene comparación con Barcelona en los ‘30s.

¿Cómo fue el rol de la mujer en esta revolución?

Fue muy importante porque por causa de la guerra y de la emigración las mujeres se fueron masivamente a las fábricas, a ser médicas, maestras, etc. Cuando empieza la revolución las mujeres tienen un papel muy importante no solo en los consejos de empresa y trabajo sino en los de vecindad, que hicieron una gestión democrática de los barrios.

En esto fue muy de vanguardia, por eso fue una de las revoluciones que más cambió a su sociedad, al cambiar la subjetividad de la gente y las costumbres.

La gente ocupaba viviendas para hacer teatros, no se trataba solo de comer y habitar, sino de ocuparse del ser humano integral, de una libertad al máximo.

«Cuando empieza la revolución las mujeres tienen un papel muy importante no solo en los consejos de empresa y trabajo sino en los de vecindad, que hicieron una gestión democrática de los barrios»

La revolución conquistó un servicio de salud y educación gratuito, aumentos de sueldos, disminución de la jornada laboral, derechos de las mujeres, incluso el sufragio universal.

Por encima de todo lo que se conquistó es la idea de que las clases trabajadores tienen poder para cambiar, que la idea del socialismo no era lo que se veía en la URSS o Camboya.

Usted menciona un desarrollo desigual entre las condiciones materiales y unas ‘bolsas de vanguardia’. ¿A qué se refiere?

Portugal tenía 30% de analfabetos pero tenía decenas de grupos políticos de todo tipo, guevaristas, maoistas, socialdemoócratas radicales, católicos marxistas. Había un vigor político solo equiparable al del final del siglo XIX.

Las bolsas de vanguardia eran los partidos pero también grupos académicos, estudiantiles, las asociaciones culturales, toda esa movilización.

¿Qué influencia tuvo esto en el Estado español?

Determinante. El franquismo apenas empieza la revolución admite internamente que no puede sobrevivir, que tiene que iniciar una transición pactada para impedir una revolución similar allí, eso es clave.

Franco ayudó a la extrema derecha portuguesa, que se exilió en Madrid en 1975, así como militantes vascos, catalanes y revolucionarios españoles fueron a Lisboa a apoyar la revolución, que fue esencial también para los Pactos de la Moncloa.