«Gasteiz, gudarako prest», decía el tifo gigante que engalanaba el graderío de Iraultza 1921 en la presentación de los jugadores. Y es que el Deportivo Alavés está inmerso en la batalla, en la batalla de la permanencia y el punto cosechado esta tarde contra el Atlético de Madrid, de entrada, se puede valorar de muy positivo. Cierto es que los albiazules han tenido ocasiones para batir la meta defendida por Oblak pero Sivera también ha protagonizado grandes paradas para mantener el 0-0 en el marcador.

Un 0-0 que, de momento, sirve al Alavés para escalar un puesto y alejar en tres puntos el descenso. No es una brecha demoledora pero es un paso más para librar esta batalla de supervivencia en la que están en liza el Girona, Leganés y Las Palmas. Dos puestos de descenso para cuatro equipos.

A partir de la victoria contra el Girona, el equipo de Coudet ha ido creyendo en sus posibilidades y con los ocho puntos cosechados en las últimas cinco jornadas, se sitúa fuera de los puestos de descenso. No está fuera de peligro, pero con esta moral está capacitado para librar la batalla final, tal y como advertían ayer los aficionados.

Primera mitad sosa

Una vez que se desprendieron de las camisetas de «aquí nadie se rinde», los albiazules, fieles a su lema, no han dudado en entrar en el cuerpo a cuerpo desde el inicio con el equipo colchonero, que se ha encontrado cómodo con un bloque bajo ante un rival que no ha especula y ha ido directo en busca de la portería de Jan Oblak, aunque sin peligro. Los de Diego Pablo Simeone lo han intentado con Conor Gallagher y Antoine Griezmann, pero no han estado finos en las entregas a sus compañeros.

Ninguno de los dos equipos ha logrado liderar el duelo y el balón parado ha sido la mayor amenaza de las dos escuadras, aunque los porteros apenas han tenido trabajo en el primer tiempo.

Al filo del descanso, el árbitro ha mostrado tarjeta roja directa al argentino Julián Álvarez por una entrada sobre su compatriota Facundo Garcés, pero ha cambiado la decisión tras ser reclamado por el VAR. Ha sido lo más destacado de una pobre primera mitad.

Oblak y Sivera

Después de una sosa primera mitad, han llegado todas las ocasiones en la segunda, con alternativas para ambos bandos y con los guardametas erigidos como héroes. También Guevara o Garcés, que han salvado a su equipo en sendos centros laterales que buscaban el remate de Sorloth, opción del Cholo Simeone para el segundo tiempo.

Kike García, el obrero del gol, también ha hecho trabajar a la línea defensiva del equipo madrileño y ha tenido su oportunidad en un mano a mano que salvó Jan Oblak. Sin embargo, el fondo de armario de Simeone –así como la fatiga o el miedo a perder– ha obligado al Alavés a retroceder unos metros.

Samu Lino o Correa han insuflado electricidad en el equipo colchonero y a los albiazules, replegados atrás, no les ha quedado más remedio que bajar las líneas. Han sufrido –Antonio Sivera ha sacado su manopla para desviar un remate de Lenglet– pero han demostrado que saben sufrir, sacando a relucir su seña de identidad de hace no mucho tiempo. Esa identidad les llevará a librar esta batalla.