Pello Guerra
Redactor de actualidad / Aktualitateko erredaktorea

El hijo del gobernador civil certifica que el Borbón estaba al tanto de la operación Montejurra

Una carta póstuma del hijo del gobernador civil de Nafarroa durante los sucesos de Montejurra en 1976 certifica que el rey emérito español, Juan Carlos de Borbón, estaba al tanto de la operación del Estado para reventar el encuentro.

José Luis Marín García-Verde, vestido con gabardina, empuña su pistola durante los sucesos de Montejurra en 1976.
José Luis Marín García-Verde, vestido con gabardina, empuña su pistola durante los sucesos de Montejurra en 1976. (jurramendimontejurra.wordpress.com)

El rey emérito español, Juan Carlos de Borbón, estaba al tanto de la operación del Estado para reventar la cita carlista en Montejurra del año 1976. Así lo certifica José Miguel Ruiz de Gordoa Armentia, hijo del gobernador civil de Nafarroa en ese momento y que fue testigo presencial de una conversación telefónica la víspera de esos sucesos en la que, según su testimonio, intervino el soberano.

NAIZ ha tenido acceso a la citada misiva y corresponde a la segunda parte de la documentación oficial que el Partido Carlista presentó el 9 de enero de 2023 y que confirmaba que el Estado reventó Montejurra en 1976 para defender al rey español.

Esa carta se ha podido difundir ahora porque su autor falleció de cáncer en Gasteiz el pasado 3 de abril a los 71 años. Y en la misma, explica que, precisamente porque se enfrentaba a un problema grave de salud, tiene la «intención de escribir sobre testimonios personales y también sobre la documentación y correspondencia de mi padre en dichos días de Montejurra 76».

Una documentación de la que se considera «heredero al estar fallecidos mis padres» y que ha donado al Partido Carlista, además de hablar «de mi testimonio en primera persona, ambas cosas cuando llegue mi fallecimiento». Y que una vez ocurrido este, «el Partido Carlista puede actuar como le parezca oportuno».

Aniano Jiménez, herido de muerte, es trasladado por varios compañeros. (jurramendimontejurra.wordpress.com)


¿Qué desvela el hijo del gobernador civil de Nafarroa en esa carta? Básicamente su testimonio personal sobre una conversación a la que asistió la víspera del 9 de mayo de 1976, es decir de los sucesos de Montejurra, en el Gobierno Civil de Iruñea, donde vivía con su padre José Ruiz de Gordoa Quintana, gobernador civil de Nafarroa entonces, y el resto de su familia.

Su relato comienza explicando que «mi padre subió con un amigo a comer a casa, después de haber estado reunidos en su despacho. Me acuerdo perfectamente de su cara, a pesar del tiempo transcurrido. Era rubio-pelirrojo. También me acuerdo de su presentación ante nosotros: ‘Es Ramón Merino, descendiente directo del cura Merino, guerrillero que luchó contra los franceses’. Ramón Merino dijo: ‘Joaungoikoa eta Lege Zarra’ (Dios y Leyes Viejas)”, pero no como los nacionalistas».

Ese Merino que acompañaba a su padre era «consejero del Reino y miembro de la Unión Nacional Española. Despachaba directamente con el rey Juan Carlos I, diariamente. Era de los máximos dirigentes sixtinos, partidarios de Sixto de Borbón y la persona a cuyo nombre estaban reservadas las habitaciones de todos los fascistas, pistoleros, etc. en el hotel Irache de Estella. Estas habitaciones fueron reservadas desde el propio Gobierno Civil. Para que vean que yo digo la verdad, aunque duela».

«Era Juan Carlos I, rey de España»

Tras comer, «mi padre, Ramón Merino y yo nos sentamos alrededor de una mesa baja de mármol a tomar café. De pronto, Ramón Merino se levantó, cogió el teléfono y estuvo hablando durante un minuto aproximadamente. Acabó la conversación y ofreció el teléfono a mi padre, diciéndole: ‘Te quiere saludar’. Mi padre cogió el teléfono y respondió. Era Juan Carlos I, rey de España». Es decir, dos de las personas que estaban detrás de lo que iba a suceder al día siguiente en Montejurra acababan de hablar con el jefe del Estado.

El hijo del gobernador civil señala contundente en la carta que «todo esto juro que es verdad y que no hay un ápice de mentira». Y se pregunta «¿qué papel jugó el rey en Montejurra? Con todo esto, que es rigurosamente cierto, queda claro que estaba al tanto de toda la trama, exactamente igual que Fraga (su participación queda clara y probada en los documentos) y todo el Gobierno, incluyendo Adolfo Suárez, que hizo de ministro del Interior accidental al estar Manuel Fraga de viaje en el extranjero???».

A continuación, explica las consecuencias que tuvo tanto para Merino como para el gobernador civil su participación en los sucesos de Montejurra. En el primer caso, una vez muerto su padre y «varios años después hablando con mi madre, me dijo que, días después de Montejurra 76, Ramón Merino le llamó a mi padre por teléfono y le dijo que el rey Juan Carlos, que despachaba diariamente con él, bruscamente dejó de hacerlo, dejó de recibirle y en esa situación, un día coincidieron el rey y Ramón Merino como consejero del Reino en un acto protocolario y Ramón Merino le negó la mano al rey Juan Carlos».

Después de aquello, «Merino le dijo a mi padre que, al ir un día a su casa, vio a gente extraña que le estaban esperando, seguramente de los servicios secretos y que a raíz de eso se iba a marchar a Argentina».

José Luis Marín García-Verde y junto a él, con porra, el ultra valenciano Carlos Ferrando Sales. (jurramendimontejurra.wordpress.com)


Ascenso y cese en un año

En lo que respecta al gobernador civil de Nafarroa en el momento de los sucesos, su hijo señala en la carta póstuma que «mi madre me dijo que le prometieron a mi padre ser designado senador real, dentro del grupo de senadores reales elegidos a dedo por el rey».

Sin embargo, «nada de esto se cumplió. Antes de Montejurra 76 nunca había oído a mi padre comentarios contrarios ni favorables al rey Juan Carlos, más bien un silencio sobre su figura. Después de Montejurra 76, la animadversión hacia su figura fue total. ¿Qué sabía mi padre de la participación del monarca en toda la trama para actuar de esa forma?».

Incluso se le otorgó «la Gran Cruz de Isabel la Católica. En palabras textuales de Fraga, ‘espero poder ponértela para agradecerte tus difíciles servicios’. ¿Qué difíciles servicios fueron los realizados por mi padre?»

La concesión de esa distinción «está adjunta en los documentos de mi padre, siendo publicada en el Boletín Oficial del Estado», pero «mirando las condecoraciones de mi padre, que tenía varias, esta, considerada la condecoración más importante, nunca ha estado en casa. ¿Por qué? Porque, sencillamente, mi padre nunca la recogió. Seguramente por despecho, no olvidemos que su majestad el Rey es el gran maestre de la Orden de Isabel la Católica».

Después de los sucesos de Montejurra, Martín Villa, ministro del Interior en sucesión de Manuel Fraga, nombró a Ruiz de Gordoa gobernador civil de Sevilla, algo «considerado como un ascenso», pero «al año fue cesado».

Militantes carlistas piden a la Guardia Civil que actúe tras el disparo de García-Verde. (jurramendimontejurra.wordpress.com)


Ante esta doble situación, su hijo se pregunta en su carta «¿cómo es posible que un gobernador civil que ordena a la Policía bajo su mando que se inhiba y no actúe en Montejurra sea ascendido y condecorado con la promesa verbal de ser senador a dedo, cosa que no se cumplió? Martín Villa, en sus memorias, le dedica unas palabras a mi padre diciendo que actuó noblemente, avisándole de lo que podía pasar. ¿Y entonces, si actuó tan noblemente, por qué le cesas?».

«Una vez acabada su participación en la política, mi padre volvió a su puesto de ingeniero agrónomo en excedencia en la Diputación de Álava». Su hijo recuerda en la misiva que, a los dos años, se supo que ETA, «al parecer, iba a actuar para asesinar a mi padre por ser el gobernador civil de Montejurra», pero una nevada lo impidió y al poco tiempo el comando que iba a llevar a cabo el atentado «fue desarticulado».

«Sabía demasiado»

Su hijo continúa su relato señalando que «a mi padre se le concedió la jubilación anticipada y se trasladó a Madrid, donde estuvo varios años. Posteriormente volvió a Vitoria. Tengo que decir que a su vuelta a Vitoria y hasta su muerte por infarto a la edad de 70 años, mi padre nunca tuvo escolta, pese a ser un objetivo claro y directo». Y se pregunta «¿por qué nunca tuvo escolta siendo un objetivo claro?» para, acto seguido, responderse «pues porque sabía demasiado».

Ruiz de Gordoa hijo recuerda que Fraga zanjó los sucesos de Montejurra tachándolos de «pelea entre carlistas», pero él se reafirma en que no fue algo así, que «solo un bando fue el agresor y todo lo anterior y los documentos demuestran que lo sucedido fue un crimen de Estado con una trama que afecta claramente a la monarquía de Juan Carlos I».

Y añade que «en vez de haber habido un juicio y después, quizás, aplicar la amnistía, aplicaron directamente la amnistía, sin juicio previo, eliminando toda posibilidad de estudio serio e imparcial de los hechos».

Finaliza indicando que «estos documentos y mi testimonio saldrán a la luz, respetando mi decisión y pidiendo disculpas a mis hermanas, pero recordando siempre que ‘la verdad es la verdad, lo diga Agamenón o su porquero’ y que la verdad siempre es revolucionaria».

Ferrán Lucas, uno de los heridos aquel 9 de mayo en Montejurra. (jurramendimontejurra.wordpress.com)