
Horror, gritos, llamas y olor a carne quemada inundaron la escuela Fahmi al-Jarjawi, en ciudad de Gaza, que acogía a decenas de personas desplazadas, cuando fue bombardeada de madrugada por la aviación israelí. Mató al menos a 32 personas e hirió a más de medio centenar. La mayor parte de las víctimas son niños y niñas.
Entre los escombros y paredes destruidas aparecieron cuerpos carbonizados; otros aplastados y desfigurados.
Por la mañana, supervivientes buscaban con dificultad sobre las ruinas los cuerpos de familiares o lo poco que pudieran recuperar de lo que era su refugio.
«Había cuerpos calcinados por el fuego, entre ellos niños. Huí de la muerte y me encontré con una aún peor», relataba Mustafa Hassan Mahmoud Radwan, un palestino que huyó de Beit Lahia, en el norte, hacia la capital gazatí junto a sus dos hijos y sus nueras, refugiándose en un garaje cerca de la escuela bombardeada.
El misil cayó a la una de la madrugada cuando todos dormían. «Había niños corriendo, gritos por todas partes, algunos estaban quemados, el aire era irrespirable, lleno de polvo... No sabías a quién mirar, a quién ayudar, quién era quién. La gente gritaba desesperada, y las mujeres suplicaban: ‘¡Ábrenos la puerta, nos estamos quemando, nos estamos muriendo!’», narraba una superviviente.
Un vídeo recogió la imagen de la silueta de Ward Al-Sheij Jalil, una niña de siete años que buscaba a sus padres y seis hermanos entre las llamas de la escuela bombardeada. Solo ella y su padre –en estado crítico– sobrevivieron.
Israel sigue expandiendo estas matanzas por toda la Franja y aún anunció un aumento de la ofensiva. Ayer al menos mató a 60 personas antes de que anocheciera. Además de las víctimas de la escuela, diez miembros de una familia murieron aplastados cuando los escombros de un edificio cercano cayeron sobre la tienda de campaña en la que vivían, también en ciudad de Gaza. En otro ataque, un misil alcanzó una vivienda en Yabalia y dejó 19 muertos más.
Aun no había acabado esta jornada sangrienta cuando el Ejército israelí emitió una nueva orden de evacuación para todo el sur de Gaza amenazando con «un ataque sin precedentes». Adjuntó un mapa que cubría en rojo toda la gobernación de Jan Yunis y Rafah, y ordenaba a los palestinos salir «inmediatamente hacia el oeste, al área de Al Mawasi». El pasado marzo ya ordenó a la población que abandonara toda Rafah y el 19 de mayo incluyó a toda la ciudad de Jan Yunis.
El objetivo es ocupar el 75% de Gaza y recluir a dos millones de personas en campos de concentración en la ciudad de Gaza, el centro del enclave y Al Mawasi.
Israel apuntó que tres ataques con cohetes partieron desde esta zona. Las Brigadas Al Quds, brazo armado de la Yihad Islámica, revindicaron el lanzamiento de proyectiles de mortero contra soldados y vehículos israelíes que hirieron a varios militares.
Confusión sobre las negociaciones
En medio de esta escalada, fuentes de EEUU, Israel y Palestina difundieron informaciones contradictorias sobre las negociaciones para un alto el fuego.
Una fuente de Hamas señaló que el movimiento había aceptado una nueva propuesta del enviado estadounidense, Steve Witkoff.
El borrador incluiría una tregua de 60 días, la liberación de 10 cautivos vivos y la devolución de los cuerpos de otros a cambio de prisioneros palestinos en dos etapas. Cinco prisioneros serían liberados al inicio del acuerdo –a la vez que comenzaría la entrada de mil camiones de ayuda diarios en la Franja– y los otros cinco al cumplirse los 60 días. La oferta recogería, a su vez, el compromiso israelí de negociar el fin de la guerra, así como «una promesa» de las facciones palestinas de no amenazar «la seguridad de Israel».
Un funcionario israelí rechazó esta oferta, asegurando que no se trataba de la propuesta de Witkoff. Igualmente, un funcionario de EEUU declaró que Hamas no ha aceptado la propuesta estadounidense.
Para añadir más confusión, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, adelantó un anuncio sobre los prisioneros «hoy o mañana», lo que aumentó las expectativas de una tregua. Pero su oficina se retractó luego asegurando que «ha querido decir que no renunciaremos a liberar a nuestros rehenes, y si no lo logramos, esperemos que en los próximos días, lo lograremos más adelante», para irritación de los familiares de los prisioneros, que le exigieron «una mínima sensibilidad y que elija sus palabras con cuidado».
Berlín critica...
«Francamente, no entiendo qué hace el Ejército israelí en Gaza. Hacer sufrir de esta manera a la población civil no se puede justificar con la lucha contra el terrorismo de Hamas», afirmó el canciller alemán, Friedrich Merz, en una rara crítica, aunque dijo que «la UE está con Israel».
...pero venderá armas
Pese a las «críticas» de Merz, Berlín seguirá vendiendo armas a Israel, aseguró el ministro alemán de Exteriores, Johann Wadephul, que admitió el «dilema moral» al que se enfrenta Alemania con Israel, que forma parte de la «razón de ser» del Estado alemán.
Dimite el responsable de la «ayuda» de EEUU
Jake Wood, el director de la nueva fundación humanitaria creada por Estados Unidos para distribuir ayuda en la Franja de Gaza según el plan militarizado de Israel dimitió «con efecto inmediato». La Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) fue creada hace unos meses y la ONU y las ONG le acusan de trabajar con Israel y de no respetar los principios de «imparcialidad, neutralidad e independencia», dejando claro que no participarían en sus operaciones.
Su creación es parte del plan de Israel de controlar la ayuda para obligar a los palestinos a marcharse o morir. Y ni siquiera el que fue nombrado su director se ha querido implicar. Woods explicó que no está claro que sea posible implementar el plan de la organización para ayudar a Gaza «y, a la vez, respetar estrictamente los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia». «Como muchos otros en todo el mundo, me sentí horrorizado y conmocionado por la crisis del hambre en Gaza», añadió, diciendo que se sentía «obligado» a ayudar. «Estoy orgulloso del trabajo que supervisé», señaló Jake Wood, un exmilitar estadounidense y fundador del Team Rubicon, una empresa privada especializada en respuesta a desastres, que ha estado al frente de esta fundación durante dos meses.
La GHF, fundación formada por estadounidenses, empresas privadas de seguridad y operadores privados de ayuda humanitaria, manifestó que estaba decepcionada por su renuncia, pero indicó que continuaría con su plan y empezaría ayer, pero no se confirmó ninguna operación ni el modo de distribución de ayuda.
La ONG Trial International ha pedido a las autoridades suizas que investiguen si la Fundación Humanitaria de Gaza cumple con la ley, en particular con respecto a su uso previsto de empresas de seguridad para transportar ayuda hasta los lugares de distribución.

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