Super Amara Bera Bera roza con los dedos volver a ser campeón liguero. Necesita un triunfo en la pista del Elche, a quien doblegó con rotundidad en el primer duelo de la final (28-19), para acumular su décimo título en los últimos 13 años, algo que le consolida como gran dominador de la competición.

No será tarea fácil, pues su rival ha acabado consolidándose como un equipo muy fuerte en propia cancha. En el único precedente del presente curso en territorio ilicitano, la escuadra guipuzcoana cayó por un apretado 33-31, si bien fue en la tercera jornada de la fase regular.

A favor del bloque dirigido por Imanol Álvarez está la historia más reciente. Bera Bera logró su último entorchado liguero precisamente a domicilio en la ciudad ilicitana hace ahora un año y quiere volver a reeditar esa victoria finiquitando por la vía rápida esta final sin esperar al desempate en un hipotético tercer encuentro que se disputaría en Donostia.

También ayuda su extraordinaria trayectoria de resultados en el torneo doméstico. Super Amara no pierde un enfrentamiento liguero desde el pasado 1 de marzo, fecha en la que cayó contra el Elda (32-26) y suma desde entonces 15 triunfos y un empate en Liga y Copa, de la que también es vigente campeón.

Así, el técnico ermuarra ha destacado que «estamos manteniendo una línea regular. Con el trabajo defensivo y la aportación desde portería, al final vas teniendo opciones y, poco a poco, vas aumentando la ventaja. Ojalá se repitiera ese tipo de partido allí».

Si el cuadro vasco gana este sábado, conseguirá el segundo triplete consecutivo –Liga, Copa y Supercopa– de su historia, para lo que deberá superar la oposición de un Elche que tiene en Carmen Figueiredo y Kelly Rosa a sus jugadoras más resolutivas.

«Un equipo muy joven», como lo ha definido Imanol Álvarez, que «tiene mucho por ganar y muy poco por perder». «Lógicamente juegan en su campo, quieren hacer un buen partido y las cosas bien, aunque también saben que enfrente van a tener un rival difícil».

También Anne Erauskin ha analizado el choque, del que ha augurado que va a ser «bastante igualado» y en el que habrá que estar «bastante concentradas», especialmente en lo que se refiere a cuidar «hasta el más mínimo detalle» para acabar consiguiendo la victoria.

Desde la ciudad alicantina se muestran convencidos de que el segundo envite de esta final será mucho más equilibrado y que las opciones de igualar la eliminatoria pasan por reducir las pérdidas de balón y mejorar la efectividad en ataque.

Sin presión por haber encarado este curso como un año de transición, el Elche está ilusionado al soñar con la que podría ser su primera liga, alimentada dicha esperanza en su progresión, ya que las dirigidas por Joaquín Rocamora han ido creciendo con el paso de los meses.

«Sabemos los fallos que hemos cometido, pero tenemos confianza en nosotras. Vamos a preparar el partido bastante bien y tenemos muchas ganas de jugar en casa», ha asegurado Zaida Benítez, uno de los pilares del equipo ilicitano, quien ha confiado en que, a la tercera final consecutiva, el Elche pueda levantar el título.