
El entrenador de Helvetia Anaitasuna este curso, Quique Domínguez, deja el club «triste» por el descenso a División de Honor Plata, pero «orgulloso» del «hermoso» camino recorrido durante cinco años en Iruñea, en los que ha tratado de trasladar sus «valores» con «trabajo y más trabajo» cada semana.
«Dije que cuando llegase el último día me iría profundamente agradecido a este club y a esta ciudad por todo lo que he vivido en estos cinco años. Por lo que he mejorado… me siento orgulloso de haber cumplido y de haber dado lo mejor que tengo hasta el último día», ha manifestado el técnico en su intervención final antes de abandonar la entidad tras cinco años en el cargo.
El pontevedrés ha explicado el sentir general del equipo durante la cena celebrada el pasado lunes. «Todo estaba reciente y la herida sangraba mucho. Podíamos haberla anulado, pero no lo hicimos y nos juntamos para estar juntos, para compartir, animarnos y consolarnos».
«Llegó el turno de las intervenciones, y el primero fue Aitor García en su primer año como capitán. Ha estado brillante, a la altura de este club. Cuando se dirigió, sus palabras fueron de reconocimiento al esfuerzo, trabajo, implicación y entrega constante», ha trasladado Domínguez, asegurando que no hubo «ni un solo reproche», tan solo «despedidas desde el corazón», lo que refleja al equipo este año.
A su vez, ha otorgado el mérito correspondiente a su plantilla. «Hemos sido un equipo valiente que ha ido una y otra vez, y al final no ha tenido premio. Todos teníamos la sensación de que estamos internamente muy tranquilos por ese habernos vaciado y haber dado lo mejor. Pero también profundamente tristes, decepciones y disgustados».
«Cuando compites tienes que saber que la moneda tiene dos caras. Una, la de ganar, y la otra, la de perder. Si no lo entiendes, no puedes competir, no puedes vivir. Hay personas que solo les vale ganar, aquellas que cuando pierden necesitan un culpable, destruir, que es mucho más fácil que construir. Pero nosotros no», ha reflexionado el ya expreparador de Anaitasuna.
«No puedes perder tu dignidad, y este equipo, y aquí estoy yo para reconocérselo, no lo ha hecho en ningún momento. Dignidad e identidad intactas, y así me lo reconocen muchas personas que me quieren y de otros que no tendrían por qué hacerlo», ha comentado el técnico gallego.
Sobre si considera si el equipo ha fracasado, Domínguez ha sido claro y tajante. «No, rotundamente no. Estoy decepcionado, triste, dolido y sé que no lo hemos conseguido. Fracasar es bajar la cabeza, los brazos, no volver, no buscar soluciones, no perseverar... No hemos agachado la cabeza y no hemos dejado de insistir y de llamar a la puerta. No hemos fracasado».
«Ha sido una barbaridad esa igualdad y esa lucha hasta el final de tantos equipos, esos resultados en las últimas jornadas, que desafortunadamente fueron todos en contra. Como ya intuíamos, podía estar en el golaveraje o en menos de un punto…», ha lamentado sobre el único punto que les faltó para la salvación.
Elogios del presidente
Por su parte, el presidente de la entidad iruindarra José Manuel Narvaiz, ha elogiado «el compromiso, lucha y esfuerzo de nuestros jugadores, con los capitanes a la cabeza, además del cuerpo técnico, tras haber competido de tú a tú con equipo como Ademar o Bidasoa-Irun».
Pese al descenso, Narvaiz ha celebrado que Anaitasuna ha sido el equipo «con la media de edad más baja de toda la categoría», además de «el que más canteranos ha utilizado de las grandes ligas, con 15 jugadores en total, un motivo de orgullo. Nuestra filosofía no se va a negociar. Vamos a lucha por volver a Asobal», ha remachado.
«Estoy orgulloso de ti», le ha dirigido a Quique Domínguez. «Creo que hemos tenido al mejor entrenador posible en todo este tiempo. Ha sido un placer, muchas gracias», ha elogiado al preparador pontevedrés en su despedida.

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