El fontón Galarreta de Hernani acoge este lunes, a partir de las 18.00, la gran final del Sagardoaren Txapelketa dentro del Erremontari saioa, que se emitirá por la noche en diferido en ETB1. Buscarán la txapela las dos mejores parejas de esta edición: Urriza y Larrañaga por un lado, que representan a Petritegi, y Aldabe y Barrenetxea IV, por otro, representando a Oialume Zar.

Será un partido muy especial, ya que Javier Urriza, el gran campeón de los tres último lustros, disputará su último duelo como profesional. No podía ser de mejor forma, ya que será en una final y contra Barrenetxea IV, que ha sido su gran rival deportivo en los últimos tiempos.

Además, a Javier Urriza en los últimos años le ha ido especialmente bien este campeonato. Ganó en 2018 con Garcés, en 2021 con Zaldua, ganó en 2022 con Zubiri, llegó a la final en 2023 con Martirena, volvió a ganar la txapela el año pasado con Martirena y este año vuelve a la final. Además, podría ser campeón con un quinto zaguero diferente. Todo un logro.

Eso sí, enfrente tendrán a dos remontistas con muchas ganas de ganar esta txapela. Especialmente Endika Barrenetxea. El zaguero hernaniarra defiende a la sidrería familiar de Oialume Zar, como lo ha hecho siempre, pero nunca ha podido ganar este título. Es el único campeonato que le falta en el palmarés y eso todavía lo hace más especial, si cabe, para Barrenetxea IV.

Se espera un partido muy disputado. En la liguilla Aldabe y Barrenetxea se impusieron con suma facilidad, 0-2, con parciales de 6-15 y 12-15 el pasado 5 de mayo. Desde entonces Urriza y Larrañaga fueron a más y su mejoría ha sido notable, liderando la liguilla. Se clasificaron a la final de forma directa. Aldabe y Barrenetxea perdieron algunos partidos en la mitad de la liguilla, pero los últimos dos partidos que han jugado juntos lo han hecho de maravilla. Están con mucho juego.

Contentos con la elección del material

El pasado jueves ambas parejas separaron las pelotas de la final. Primero lo hicieron Urriza y Larrañaga, que jugarán de colorados. Eligieron pelotas muy diferentes de peso y de tipología. Pesaron 124, 126, 127 y 129 gramos. En cambio, las pelotas de los azules, de Aldabe y Barrenetxea, son muy homogéneas en peso y en tipo. Son del mismo lote y tres pesaron 125 gramos y uno pesó 126 gramos. Buscaban un material más vivo para hacer daño con el saque, como afirmaron al finalizar la elección.

Las pelotas de Urriza y Larrañaga son más toscas para tratar de que el partido no sea tan rápido. Solo una pelota puede considerarse algo viva. Como el mismo Urriza afirmaba, quieren que la pelota ande por abajo y los azules que salte mucho. Había pelotas para todos según el delantero iruindarra. «Para nosotros las pelotas de ellos son demasiado y para ellos las nuestras no andan nada».

Barrenetxea tiene claro que la final será muy diferente a la de la liguilla. «Creo que será un partido muy peloteado por las características de los cuatro. Esperemos que yo con el saque y Urriza con su golpe podamos terminar antes los tantos», explicó.

Larrañaga aseguraba que llegan en el mejor momento: «No hay excusas, semana a semana hemos ido a más y llegamos bien de juego y físicamente».