Israel continúa con los ataques contra Irán y amenazó este sábado con «quemar» Teherán, asegurando haber anulado las defensas aéreas iraníes y tener el control de los cielos del oeste del país, incluida la capital, hasta donde amenazó con llegar en próximos ataques.

La escalada iniciada a primera hora del viernes se mantiene en la mañana de este domingo, con constantes bombardeos de Israel sobre Irán y lanzamientos puntuales de misiles desde el país persa hacia su atacante.

Los ataques de Israel sobre Irán han provocado al menos 215 muertos y 648 heridos, la mayoría civiles, informó este domingo la oenegé Human Rights Activists in Iran (Activistas de Derechos Humanos en Irán).

Esta organización, con sede en Estados Unidos, detalló que al menos 51 de los muertos y 31 de los heridos son militares, aunque precisó que buena parte de las víctimas se desconoce por ahora si son civiles o personal militar.

Al menos diez de las víctimas mortales son científicos y personal de instalaciones de energía nuclear y tres son altos mandos del Ejército iraní, destacó.

Mientras, en Israel se cuentan al menos trece víctimas mortales: tres en la primera jornada de enfrentamiento abierto y diez más en la segunda.

«Atacaremos todos los sitios y objetivos del régimen de los ayatolás. Hemos allanado el camino hacia Teherán. En un futuro muy próximo, verán aviones israelíes, la Fuerza Aérea Israelí, nuestros pilotos sobrevolando los cielos de Teherán», amenazó este sábado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

«Lo que han sentido hasta ahora es cero comparado con lo que sentirán en los próximos días», recalcó, después de asegurar que habían golpeado al principal centro de investigación de Irán y «al equipo principal de científicos que lidera estos proyectos».

«Teherán ya no es inmune, la capital está expuesta a ataques israelíes», insistió el portavoz de las Fuerzas Armadas, Effie Defrin.

Después de que el viernes lanzara una operación masiva con el ataque a instalaciones militares y nucleares y la muerte de altos oficiales militares iraníes, la aviación israelí apuntó ayer a los sistemas de defensa aérea en la región de Teherán y aseguró que 70 aviones atacaron 40 lanzadores de misiles con el objetivo desmantelar las capacidades militares del país persa y abrir el camino a una guerra con mínimos riesgos para el régimen sionista.

Israel también fijó sus objetivos ayer en el aeropuerto de Mehrabad, en Teherán, y la ciudad de Tabriz, que acoge una refinería, en el noroeste. Además, un dron golpeó otra refinería en el yacimiento de gas natural South Pars, en el golfo Pérsico, lo que provocó una fuerte explosión.

31 MUERTOS EN AZERBAIYÁN ORIENTAL

También mató a 30 militares y a un miembro de la Media Luna Roja en ataques de en la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental. Igualmente, mató a dos rescatistas al atacar una ambulancia en Ourmia, en el noroeste.

Las autoridades iraníes confirmaron la muerte de otros dos miembros de la Guardia Revolucionaria en un ataque en Zarandie, en la provincia iraní de Markazie, mientras el Ejército israelí aseguró haber matado al menos a 20 comandantes de distintos sectores del aparato de seguridad de Irán, entre ellos el jefe de la Dirección de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.

Además, Irán anunció la muerte de otros tres científicos nucleares -Ali Bakaei Karimi, Mansour Asgari, Saeed Borji- lo que eleva a nueve el número de expertos del programa atómico que Israel ha matado en dos días.

Irán ya había reconocido la muerte del máximo responsable de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salami, que habría sido sustituido por Mohamad Pakpur, hasta ahora comandante de las Fuerzas de Tierra.

Entre las víctimas -ayer se calculaban 78 muertos además de 320 heridos- también hay decenas de civiles.

Al menos 60 personas murieron, 20 de ellas niños, en el bombardeo del edificio residencial Shahid Chamrande, en Teherán. En el edificio de 14 plantas vivían empleados del Ministerio de Defensa.

El viernes atacó también instalaciones nucleares como las plantas de enriquecimiento de uranio de Fordo y Natanz -subterránea, pero destruida en su superficie- y varias bases militares.

Irán respondió con ataques contra Tel Aviv con 200 misiles y más de 200 drones, que causaron tres muertos y unos 168 heridos, entre ellos al menos siete militares, según las autoridades israelíes. Varios proyectiles superaron el sistema de defensa Cúpula de Hierro, y alcanzaron el centro de Tel Aviv, donde se encuentran el Ministerio de Defensa y el cuartel general del Ejército, aunque el régimen sionista intentó frenar la divulgación de los daños.

El líder supremo iraní, Ali Jamenei, consideró que la guerra Israel conducirá a «su ruina», y el presidente, Massoud Pezeshkian, prometió una respuesta «más fuerte» si sigue sus ataques.

«Si Jamenei continúa disparando misiles, Teherán arderá», advirtió, a su vez, el ministro de Defensa, Israel Katz, avanzando la continuidad de la guerra, sin que ninguna potencia u organismo internacional intente frenar a Israel.

LOS ALIADOS DE ISRAEL CIERRAN FILAS

Más allá de los misiles o del programa nuclear que Netanyahu dice querer anular, el israelí ha visto una oportunidad para golpear a su enemigo en un momento de impunidad absoluta, y de debilidad de socios de Irán como Hizbulah, sin ocultar su objetivo final de hacer caer el régimen.

Aprovecha además para anular la mínima presión que empezaban a ejercer algunos de sus aliados por el genocidio en Gaza, y que ahora cierran filas en su «derecho a defenderse» por encima del derecho internacional. De paso, también provoca un cierre de filas en el interior del país, donde acaba de salvar la caída del Gobierno que busca la oposición.

Netanyahu confirmó que actuó con «el apoyo manifesto del presidente de EEUU, Donald Trump, del pueblo americano y de muchos otros países». Trump, por su parte, advirtió que los futuros ataques israelíes serían «aún más brutales». «Lo sabíamos todo e intenté evitarle a Irán toda esta humillación y muerte. Me esforcé por evitarlo, porque me hubiera encantado ver un acuerdo. Sabíamos lo suficiente como para darle a Irán 60 días para llegar a un acuerdo y hoy son ya 61 días».

EEUU, junto a Jordania, ayudó a derribar los proyectiles iraníes.

También la representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, se posicionó del lado de Israel: «La UE siempre ha sido clara: nunca debe permitirse que Irán adquiera un arma nuclear».

Irán advirtió a EEUU, Gran Bretaña, el Estado francés, y cualquier Estado que ayude a Israel que atacará sus bases. Londres negó haber brindado su apoyo militar, pero su primer ministro, Keir Starmer, también transmitió a Netanyahu que «Israel tiene derecho a defenderse» y envió aviones militares a Oriente Medio como «apoyo de contingencia».

Irán no ve sentido a negociar ahora

El ministro de Exteriores omaní, Badr Albusaidi, confirmó que las conversaciones nucleares previstas para hoy en Mascate entre Irán y EEUU no se celebrarán. El ministro iraní de Exteriores, Abas Araqchi, insistió en que «no tiene sentido» continuar con la sexta ronda de las negociaciones mientras sigan los ataques de Israel precisamente contra sus instalaciones nucleares y con el apoyo expreso de EEUU. Araqchi consideró que las acciones de Israel son el «resultado del directo apoyo de Washington».

Ignorando este hecho, Washington aún esperaba que Irán se sentara a la mesa -«Esperamos todavía tener conversaciones», señaló a la agencia AFP un responsable estadounidense bajo anonimato-. También pareció ignorarlo el presidente francés, Emmanuel Macron, que pidió a su homólogo iraní, Massoud Pezeshkian, «volver rápidamente a la mesa de negociaciones», y que los ciudadanos franceses en Irán y la región «no sean atacados en ningún caso».

La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) confirmó que cuatro edificios de la planta nuclear iraní de Isfahan sufrieron daños en los bombardeos israelíes y que una de las infraestructuras afectadas es la de procesamiento de uranio.

Los bombardeos de Israel también dañaron una planta de fabricación de combustible del complejo. La AIEA no esperaba un aumento de la radiactividad en el exterior, aunque en la planta de Natanz sí constató contaminación química y radiológica.