En la celebración de un año desde su constitución, el lehendakari Imanol Pradales ha reunido a su Gobierno en Ajuria Enea y, como entonces, ha reclamado a los y las consejeras «perseverancia» y «autoexigencia» en su trabajo diario, Y también les ha repetido el mensaje de que «quiero que arriesguéis». Entiende que, «con sus aciertos y sus errores», después de estos doce meses «podemos decir que vamos por buen camino».

Ante los medios de comunicación y también con todo el Ejecutivo (menos el consejero Javier Hurtado) sentado frente a él, el lehendakari ha dicho que «somos un Gobierno de acción que arriesga en un entorno plagado de incertidumbres. Creemos en lo que hacemos. Y creemos en la forma en que lo hacemos. Porque tan importante es llegar a la meta como el camino que utilizamos para alcanzarla».

Como afirmó también hace un año, ha asegurado que practican la «política con sensibilidad emocional», para «escuchar a las personas, ser capaces de ponerse en su lugar e intentar ayudar a mejorar su vida asumiendo las propias limitaciones».

Imanol Pradales ha recordado que la hoja de ruta del Gobierno tiene «los objetivos marcados y que pasan por fortalecer y mejorar los servicios públicos vascos; preparar el futuro de Euskadi, invirtiendo en las grandes transformaciones; y reforzar el sentido de comunidad para crecer como país y crecer en bienestar».

Ha subrayado que es «un camino que debe hacerse junto a la sociedad, compañera constante de este viaje y cuya colaboración se hace imprescindible para poder acertar en las medidas a adoptar. Y siempre con una disposición permanente al diálogo y al acuerdo».

Durante toda su rueda de prensa, Imanol Pradales ha mostrado su preocupación por la situación internacional de incertidumbre, «como rasgo de nuestro tiempo». Como ejemplo se ha referido a la orden de Trump de bombardear Irán. «Desde Euskadi hacemos un llamamiento para que cesen las hostilidades. Para que la diplomacia sustituya a las armas. Para que el diálogo sustituya a tanta violencia», ha concluido.

El suspenso del Deustobarómetro

El pasado viernes se conoció que, según el Deustobarómetro, la ciudadanía suspendía al Gobierno de Pradales, con un 4,7 sobre 10, y que el 66,8% lo veía continuista con las políticas de Iñigo Urkullu. Preguntado por ello, el lehendakari ha aludido a su condición de «sociólogo de formación» para decir que «hay que analizar los estudios en su contexto y nunca de manera aislada». Ha recordado que en dos semanas se han conocido dos sondeos, el de EiTB Focus y el mencionado, y ha añadido que próximamente se dará a conocer el Sociómetro, «porque toca». Por eso ha abogado por analizarlo todo en su conjunto.

Según ha explicado «no hay que hacer de ningún estudio sociológico un tótem, por bien o mal que a uno le venga. Son herramientas de análisis que permiten en todo caso mejorar. Y para el Gobierno Vasco la herramienta fundamental es la que realiza el Gabinete de Prospecciones Sociológicas, el Sociómetro y todavía no tenemos conocimiento de lo que vaya a decir», aunque estará preparado en unas semanas.

Sobre las coincidencias o diferencias con la legislatura anterior, Imanol Pradales ha respondido que «cada legislatura tiene su afán, sus equipos, sus desafíos y sus retos. Nosotros entramos con el foco puesta en la salud y en cualquier encuesta se ve que esta preocupación va bajando, mientas la vivienda escala posiciones. Las sociedades son dinámicas».

Comisión Bilateral el 15 de julio

Por otra parte, el lehendakari ha anunciado que el 15 de julio volverá a reunirse la Comisión Bilateral, que presiden Pradales y Pedro Sánchez conjuntamente, con el objetivo de cerrar algún punto pendiente de la celebrada en noviembre, como la transferencia de salvamento marítimo, y abordar otros como el primer bloque de la Seguridad Social, el incremento de la red eléctrica y el acuerdo con el presidente canario sobre inmigración.

El lehendakari ha dicho que en la preparación de la reunión no ha hablado con el presidente del Gobierno español, aunque sí que ha mostrado su preocupación por el clima político que se vive en el Estado español y concretamente en Madrid, esperando que la política vasca no se contagie.

«Que Aznar nos llame catetos a su abuelo y a mi»

Y un ejemplo de este clima pueden ser las declaraciones de José María Aznar, que en una reciente entrevista afirmó que la conferencia de presidentes no debería existir. Sobre la cuestión lingüística añadió lo siguiente: «¿Los pinganillos? Pradales e Illa, ¿cuando hablan entre ellos, en qué hablan? ¿En inglés y en italiano? No, hablan español. Entonces ¿por qué cuando habla Illa con Mañueco tiene que ponerse pinganillo? Si eso ocurriera en otros países, pensaría que han perdido el juicio».

El lehendakari, en la respuesta que tenía preparada, ha asegurado que está orgulloso de ser descendiente de personas que llegaron en busca de una vida mejor y que abrazaron «el nacionalismo democrático e incluyente» y el euskara. Por el contrario, ha asegurado que José María Aznar representa «lo peor del nacionalismo español excluyente».
 
Ha contado que cuando nació, «en plena dictadura franquista», en junio de 1975, sus padres quisieron inscribirlo como Imanol, pero la dictadura lo impedía y lo inscribieron como Manuel. Y ha añadido que José María Aznar, como él, tenía un abuelo que se llamaba Manuel, pero que en determinados momentos de su vida firmó sus escritos como Imanol porque simpatizó con el PNV. «Que nos llame catetos a su abuelo y a mí», ha concluido.