PNV y EH Bildu han aprobado este jueves en el pleno de Donostia una moción de control en la que instan al Departamento de Transportes del Gobierno de Lakua a cubrir el tramo de las vías del Topo en el paseo de Errondo –entre la rotonda de Morlans y la estación de Anoeta–, y el de Zorroaga –desde Anoeta hasta el futuro intercambiador de Riberas– a fin de «dar una solución integral al problema del impacto del transporte ferroviario».

La propuesta había partido de la coalición soberanista, a la que se ha sumado el partido de Eneko Goia con una enmienda transaccionada que aboga por «mejorar la integración urbana para garantizar un entorno saludable y habitable para los vecinos y vecinas». Elkarrekin y PP también han votado a favor.

En los últimos meses se han llevado a cabo en este barrio diversas movilizaciones para reclamar que se cubra este trayecto por el que, según sus cálculos, circulan cada año 89.000 unidades de Euskotren, que irán a más cuando se estrene la nueva pasante por La Concha. La demanda ha llegado incluso al Parlamento de Gasteiz.

La Asociación de Vecinos estima que son unas 3.500 las personas más directamente afectadas, al dar sus viviendas hacia las vías. También hay centros escolares y un ambulatorio. A pesar de ello, el pasado marzo Euskal Trenbide Sarea ya desestimó la cubrición de las vías, y se ofreció a colocar pantallas acústicas contra el ruido.

EH Bildu presentó hace dos días una proposición no de ley en la comisión autonómica de Movilidad Sostenible, y allí los jeltzales votaron en contra, al igual que el PSE, que dirige dicho Departamento y que ha mantenido su postura en el Ayuntamiento donostiarra.  

La coalición ha destacado que su propuesta «ha sido trabajada con los y las vecinas de Amara Berri», y ha remarcado que «no quieren ni desean medidas provisionales, sino definitivas, que mitiguen el ruido y garanticen la integración urbanística de las vías, devolviendo al barrio un espacio que abrirá en el futuro interesantes oportunidades».

No menos de 55,6 millones al 50%

Por su parte, el PSE ha cargado las tintas contra la «demagogia» del PNV, cuando «sabe que es una obra que debería liderar y asumir el Ayuntamiento y no el Gobierno Vasco». El concejal Juantxo Marrero, quien ha aludido al alto coste económico de la propuesta, ha insistido en que «se debería explicar a los vecinas y vecinos cómo vamos a hacer frente desde el Ayuntamiento a tamaña inversión, y no crear expectativas a fecha de hoy inasumibles».

Marrero ha hecho referencia a un estudio sobre el impacto acústico y las alternativas para amortiguarlo, redactado en 2022 por encargo del Ejecutivo autonómico, en el que se indica que «el coste del soterramiento va desde los 66 a los 106 millones de euros, mientras que el de la cubrición sería de 55,6 millones. El 50% que le correspondería al Ayuntamiento se movería entre los 33 y los 53 millones en el caso de soterramiento, y sería de 27,8 millones en el caso de la cubrición».

«Por supuesto que se puede hacer, pero eso requiere un liderazgo y una actuación proactiva del Ayuntamiento, más allá de declaraciones para superar el trámite. ¿O es que se pretende que ETS abone en su totalidad las obras de regeneración urbana de la zona cuando no es de su competencia?», ha preguntado el edil del PSE, quien se ha mostrado partidario de «estudiar las distintas posibilidades».