
Abdullah Öcalan, líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), ha pedido de nuevo el fin de la violencia y que la organización entregue las armas y se disuelva, en un mensaje difundido este miércoles desde la prisión donde cumple cadena perpetua desde 1999.
«No creo en el poder de las armas, sino en el poder de la política y de la paz social. Y os pido que pongáis en práctica este principio», ha dicho el dirigente del PKK, en un mensaje en vídeo emitido por la agencia Firat, cercana a la organización kurda, fechado el 19 de junio pero hecho público este miércoles.
En el vídeo, Öcalan, que aparece rodeado de otros seis presos del PKK, asegura que «ha terminado la estrategia de guerra de liberación nacional» y afirma que se ha logrado el objetivo de que el Estado turco reconozca la existencia del pueblo kurdo.
Öcalan pidió el pasado 27 de febrero en una carta abierta al Partido de los Trabajadores del Kurdistán que abandonara las armas, en un llamamiento histórico. A mediados de mayo, la organización anunció su disolución y el fin de su «lucha armada». Desde entonces, se está a la espera de que comience el proceso de entrega de armas de la guerrilla, que tiene sus principales bases en Kurdistán Sur.
Aunque el Gobierno no se ha pronunciado, fuentes del PKK y círculos del partido progresista DEM, que representa en el Parlamento los intereses kurdos, han asegurado que este viernes comenzará la entrega de armas en una ceremonia en Suleimaniya, donde la guerrilla tiene sus principales bases.
«El desarme debe llevarse a cabo de un modo que tenga sentido para la Gran Asamblea Nacional de Turquía (Parlamento) y su comisión, que aborde las preocupaciones públicas y que cumpla el peso de nuestras palabras. Esto debe garantizarse de forma abierta y transparente a los círculos pertinentes y al público», dice Öcalan en su vídeo, grabado en la prisión de Imrali.
Según el líder kurdo, los avances conseguidos hasta ahora son resultado de las reuniones que ha mantenido en Imrali. «Se ha tenido mucho cuidado para garantizar que estas reuniones se celebren con plena libertad», ha asegurado. En cuanto a «las etapas futuras», Öcalan ha instado a que se comprometan a poner en práctica las resoluciones del XII Congreso, y a «asegurar un progreso exitoso».
Mientras que los servicios de inteligencia turcos supervisarán el proceso de disolución y desarme del PKK, una comisión compuesta por representantes de los partidos políticos parlamentarios sentará las bases jurídicas del proceso. No se sabe aún nada de cómo se procederá con la reintegración de los miembros de la guerrilla en la vida civil o su reasentamiento en el exilio.
El PKK comenzó su lucha armada contra el Estado turco en 1984, con el objetivo de lograr la independencia de los kurdos de Turquía. Sin embargo, hace ya años que abandonó ese objetivo y se limita a pedir más derechos políticos y culturales para esta minoría. Se estima que 45.000 personas han muerto en el conflicto entre el PKK y el Estado turco.

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