El Foro Zedarriak ha presentado este miércoles en rueda de prensa en Bilbo su ‘Observatorio Anual de Grandes Retos y Oportunidades de Transformación. Euskadi 2040’, una herramienta «estratégica» de seguimiento y movilización que recoge los doce desafíos más relevantes para el futuro de la CAV.

Partiendo de una visión «optimista» y ante un «horizonte que nos motiva», su diagnóstico constata «avances insuficientes» en desafíos de país como la captación de talento internacional en universidades, la natalidad, la atracción y acogida de personas migrantes o el fomento de vocaciones emprendedoras.

Tras los seis informes presentados en estos tres años de andadura, algunos de ellos polémicos por apostar por la industria militar como «una fantástica oportunidad», este foro empresarial ha dado a conocer esta nueva iniciativa, que aseguran «aspira a ser una brújula colectiva que permita orientar las prioridades estratégicas del territorio y alinear los esfuerzos de transformación con un enfoque coherente, riguroso y medible».

El director de Zedarriak, Guillermo Dorronsoro, ha dicho que, a pesar de los retos a los que se enfrenta la CAV y su grado de cumplimiento más o menos adecuado a la vista de su análisis, «estamos caminando hacia el país que deseamos». «No tenemos miedo, no estamos preocupados», ha apostillado, aunque lo cierto es que hay asignaturas pendientes que no acaban de abordarse como debieran, según lo recogido en el Observatorio.

«En tiempos de incertidumbre tan potentes como estos, el riesgo no es solamente paralizarnos, sino también perder de vista los retos críticos», ha añadido Pilar Kaltzada, integrante del consejo consultivo del foro.

A la docena de desafíos, ha avanzado Dorronsoro que junto a Kaltzada ha comparecido, se le va a sumar el de la vivienda, con un informe que están ultimando.

Respecto a asuntos de «importancia decisiva» que van por buen camino, han citado el de que la CAV se está convirtiendo en un nodo de ciencia, tecnología e innovación avanzadas en Europa, aunque abogan por identificar «tecnologías clave» e impulsar consorcios estables entre centros, universidades y empresas, sin olvidar que es necesario fomentar fondos de «coinversión privada» en proyectos de alto riesgo e impacto.

También se saluda el liderazgo en sostenibilidad económica, ambiental y social, con la necesidad de acelerar la transición energética «justa y territorialmente equilibrada».

Donde aún queda mucho margen de mejora, a pesar de su importancia, es en la competitividad y productividad del sector privado a través del fomento de la cooperación estratégica entre empresas, visibilizar casos de éxito como referentes, desarrollar vehículos financieros para el crecimiento, reforzar la profesionalización de la gestión, y reorientar el apoyo público hacia iniciativas con impacto estructural.

O en Inteligencia Artificial, con una propuesta para impulsar una estrategia propia que asegure la conexión con Europa, la creación de un comité de ética con participación académica, ciudadana y empresarial o su aplicación en «retos de país», como la sanidad personalizada, sostenibilidad energética, educación adaptativa o servicios sociales proactivos. También se apuesta por crear infraestructuras de datos y capacidades de computación compartidas.

Cuatro son los retos de «importancia muy alta», aunque en tres de ellos, según el Observatorio, se suspende. Por ejemplo, en la captación de talento internacional en universidades y centros de Formación Profesional, donde Zedarriak propone diseñar una estrategia unificada, reforzar la oferta educativa internacional con orientación profesional, crear infraestructuras de atracción y acompañamiento, facilitar la transición de estudiantes internacionales al mercado laboral vasco y constituir una «comunidad activa» de antiguos alumnos que actúen como «embajadores» por el mundo.

«Hace falta una estrategia integral de captación de talento que ahora está fuera, tanto de personas que han nacido en otros países como de personas de Euskadi que en algún momento han decidido irse», ha expuesto Dorronsoro.

Acceso a una vivienda digna

También es preocupante que no se adoptan las medidas pertinentes para afrontar la baja natalidad, el envejecimiento progresivo de la población y las crecientes dificultades de la juventud para emanciparse y desarrollar sus proyectos de vida. Para ello, el foro propone diseñar un Pacto Vasco por la Emancipación y la Equidad Intergeneracional, y da gran importancia a «universalizar» el acceso a vivienda digna y asequible para jóvenes, ampliando el parque de vivienda pública y cooperativa de alquiler asequible.

Además, se plantea reforzar las prestaciones por hijo y permisos parentales igualitarios, e impulsar una cultura laboral corresponsable. Dan gran importancia a rediseñar la fiscalidad para introducir elementos de solidaridad intergeneracional en el IRPF o Impuesto de Sucesiones. Sin olvidar, la necesidad de visibilizar la «urgencia demográfica» en el relato institucional e educativo.

Tampoco se avanza, a la vista del diagnóstico de Zedarriak, en la atracción y acogida de personas migrantes. Para dar un impulso a este desafío, se aboga por diseñar una estrategia que les retenga a través del empleo y los permisos de trabajo, que siguen siendo el freno principal. «Es preciso solucionar este cuello de botella», subrayan. Se inclinan por alinear las políticas de migración, vivienda, empleo, educación y sanidad con una lógica de proyecto demográfico y económico.

Demandan también una ventanilla única de homologación y acreditación de experiencia profesional, además de crear becas, visados y acompañamiento para atraer profesionales en sectores estratégicos. Otra propuesta es la de impulsar redes de mentoría entre personas migrantes y referentes locales en ámbitos educativos, culturales y empresariales. Todo ello bajo narrativas «positivas y realistas» que destaquen la aportación de los migrantes a la sociedad vasca.