Agustin Goikoetxea
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

La contrata de jardinería deja pudrir los restos de siega para no pagar el canon en Konpostegia

La contrata de jardinería del Consistorio bilbaino está dejando pudrir restos de siega en los parques para no abonar el canon de vertido en la planta de compostaje de Artigas. Durante meses lo hicieron en una explanada en el alto de Kastrexana provocando riesgos para la salud de los trabajadores.

Montones de hierba podrida y charcos de lixiviados en la explanada de Kastrexana.
Montones de hierba podrida y charcos de lixiviados en la explanada de Kastrexana. (NAIZ)

Toneladas de hierba se dejaron pudrir durante meses en una explanada del alto de Kastrexana para evitar que la contrata de jardinería del Ayuntamiento de Bilbo, en manos de la Unión Temporal de Empresas BIO Lorategiak, abonase el canon de vertido en la planta de compostaje de Artigas. Tras los problemas que esta decisión provocó, ahora han optado por dejar los restos de la siega en las zonas verdes con el mismo objetivo, no pagar en Konpostegia.

Mientras se suceden las iniciativas de la administración municipal y foral para avanzar en la gestión de los residuos urbanos, especialmente por lo que respecta a la materia orgánica que se deposita en el contenedor marrón, las prácticas de servicios a su cargo dejan mucho que desear. 

Es el caso de la contrata que se encarga de la conservación y mantenimiento de parques y jardines en Bilbo, adjudicada en 2021 por el Consistorio a la UTE integrada por FCC Medio Ambiente SAU y Valorización y Tratamiento de Residuos SA por algo más de 21 millones de euros. La vigencia del contrato es de 2022 a 2025, prorrogable otros dos años.

Durante meses –NAIZ no ha podido concretar el tiempo con más exactitud–, toneladas de hierba cortada fueron depositadas al aire libre en una explanada del alto de Kastrexana para evitar pagar el canon de vertido en la planta de compostaje de Artigas.

Se trata de un espacio en la zona de la antigua fábrica de Beyena que durante años ha utilizado la contrata de limpieza viaria del Ayuntamiento, otra de las ramas del negocio de FCC.

Precisamente, el compost y mantillo que se produce en Konpostegia, una instalación de titularidad foral, es la que luego debería emplearse en las labores de jardinería.

Riesgo para la salud

Los imponentes montones de materia orgánica descomponiéndose generaron «charcos» de lixiviados que, al llover, originaron «ríos» que fueron a parar sin control a las conducciones de pluviales cercanas, según explican fuentes de la plantilla. No fue el único problema, ya que «auténticas plagas de mosquitos» se adueñaron del lugar con el riesgo añadido para los propios trabajadores de la contrata de jardinería.

La dimensión del asunto llevó a que el comité de prevención interviniera y la empresa ordenó que se dejaran de descargar toneladas de hierba en Kastrexana. Eso sucedió la última semana de junio.

«¿Cuántos miles de euros ha dejado de pagar la contrata de jardinería incumpliendo sus compromisos con el Ayuntamiento al no llevar la hierba segada para compostar?», se preguntan.

Destacan que «ello es más significativo cuando atendemos a que esta contrata incidió desde el principio de adjudicarle el servicio en su mensaje con el tema de la limpieza», que lamentan se ha convertido «en esa contaminación tan seria por no pagar lo que debía».

«Mulching»

Tras la paralización de la descarga en Kastrexana después de la intervención del comité de prevención, la empresa lejos de llevar las toneladas de hierba cortada a compostar a Artigas y abonar el canon, ha ordenado que se deje en parques y jardines, lo que fuentes consultadas sostienen que «responde a la dejación y el incumplimiento de sus responsabilidades».

Aducen desde la UTE que con esta práctica se hace ‘mulching’, una técnica de jardinería que consiste en dejar una capa de materia vegetal sobre el suelo para protegerlo devolviendo nutrientes a medida que se descompone por las altas temperaturas y el sol.

Quienes denuncian las prácticas de la empresa aseguran que «todo ello también redunda en un empeoramiento de la situación de las zonas verdes de Bilbao, ya que el ‘mulching’ no se realiza en base a una planificación técnica y con la maquinaria y temporalidad adecuadas, sino simplemente con el objetivo de no pagar en Artigas los costes de depositar la hierba que, en especial en primavera y verano, debería depositarse. Todo un despropósito».

Además, se afirma que esta situación es conocida por los responsables políticos municipales, «ya que los inspectores del Ayuntamiento sí realizan su labor eficazmente e informan de las circunstancias del trabajo de la contrata de jardinería periódicamente».