Gran Bretaña se lanza al rescate de sus pubs para que sigan abiertos
De los 45.000 pubs existentes en Gran Bretaña, se prevé que unos 378 cierren sus puertas este año, prácticamente uno al día. Esto ha provocado que en muchas localidades sus habitantes se hayan lanzado a la tarea de mantenerlos abiertos, aunque el apoyo que daba el Gobierno se ha congelado.

Con el objetivo de mantenerlos abiertos, los británicos se han lanzado al rescate de sus pubs, ya que se prevé que este año cierren sus puertas unos 378, es decir, más de uno al día, de los cerca de 45.000 que todavía estaban en funcionamiento a finales del año pasado.
Uno de esos icónicos lugares es el Radnor Arms, un pub de casi 200 años situado en un pueblo de Gales, que hace unos años estaba en ruinas: el agua se filtraba por las paredes, la hiedra cubría las ventanas rotas y los esqueletos de ratas yacían esparcidos por el suelo.
En la actualidad, el establecimiento ha renacido y se vuelven a escuchar risas entre sus paredes, gracias a la determinación de algunos vecinos y vecinas que consiguieron recaudar los fondos necesarios para salvarlo.
Este pub inaugurado en los años 1930 en New Radnor, un pintoresco pueblo del sur de Gales, cerró sus puertas en 2016 por problemas de rentabilidad. Un destino que compartió con decenas de miles de pubs en Gran Bretaña, debido al aumento de los costes operativos y al descenso del consumo de alcohol.
Más de un cuarto de los 60.800 locales censados en el año 2000 han echado el cierre en los últimos 25 años.
Y la tendencia continúa: se prevé que 378 pubs, más de uno al día, cierren sus puertas este año, de los 45.000 que seguían en activo a finales de 2024, según la British Beer and Pub Association (BBPA), su principal sindicato.
EL CORAZÓN DEL PUEBLO
Hubo un tiempo en que los 438 habitantes de New Radnor podían escoger entre seis establecimientos para juntarse y tomar una cerveza. El cierre del Radnor Arms en 2016 les privó del último lugar para reunirse.
«Era el corazón del pueblo», recuerda David Pyle, psiquiatra jubilado que vive desde hace 18 años justo al lado del pub.
«A veces había un poco de ruido, a veces gritos cuando Gales marcaba un gol, o incluso un coro de hombres cantando… Era genial. Y luego cerró», agrega.
«Era un lugar en el que cualquiera podía entrar. Aquí vivimos nacimientos, fallecimientos y bodas», cuenta Sue Norton, una jubilada convertida en presidenta del colectivo para salvar el pub.
Para darle una segunda vida, ella y su colectivo recurrieron al «fondo para la propiedad comunitaria», un programa gubernamental de ayuda para la compra de pubs o comercios en peligro.
Una campaña de colecta de fondos organizada el año pasado permitió recaudar 200.000 libras, una suma que se duplicó gracias al programa de ayuda del Gobierno y completada con otra subvención de 40.000 libras.
Con 440.000 libras, los vecinos pudieron comprar, renovar y reabrir el pub, y echaron mano de voluntarios para trabajar detrás de la barra.
Entre ellos se encuentra Eugene Marchenko, un refugiado ucraniano de 44 años alojado por un vecino junto a su mujer y su hijo.
Este abogado oriundo de Dnipro, en el este de Ucrania, cuenta que su nueva labor le permitió conocer a casi todos los habitantes del pueblo.
LUGAR DONDE SE COMPARTE
«Había leído en algunos libros que el pub es una tradición británica muy conocida, pero ahora lo estoy viviendo. No es simplemente beber alcohol, es un lugar donde se comparte, donde todo el mundo se conoce», explica Marchenko.
El fondo para la propiedad comunitaria, creado en 2021 bajo el mandato de Boris Johnson, ha permitido salvar 55 pubs, según Plunkett UK, una asociación que apoya los proyectos de empresas en zonas rurales.
Sin embargo, el Gobierno laborista de Keir Starmer, que llegó al poder en 2024, cerró el programa en diciembre, alegando las dificultades financieras «heredadas» de los conservadores.
Aunque los habitantes de New Radnor se sienten aliviados de haber podido presentar su solicitud a tiempo, lamentan que otros no hayan tenido esa suerte.
Por ahora, los vecinos disfrutan de su victoria. Porque, lejos de ser un simple pub, el Radnor Arms tiene como objetivo acoger una gran variedad de actividades, desde mañanas para madres y bebés hasta sesiones de ayuda a personas con Alzheimer y a quienes las acompañan.

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