Desde su creación en 1991, cuando la presencia de grupos historicistas no eran aún habitual en los festivales del Estado español, el Ciclo de Música Antigua de la Quincena Musical ha ido cultivando con dedicación un espacio dedicado al repertorio musical más remoto.

Durante casi tres décadas se celebró en el Convento de Santa Teresa, por el que pasaron muchos de los ensembles internacionales pioneros del movimiento de la interpretación históricamente informada, que defiende que las músicas de épocas pasadas no debe tocarse con instrumentos modernos sino con réplicas de los que se usaban en aquel momento y siguiendo los criterios interpretativos y estilísticos que estaban en boga.

La revolución historicista ha hecho de la música antigua uno de los circuitos más dinámicos y creativos de la música clásica, y el ciclo que le dedica la Quincena se ha convertido asimismo en uno de los más emblemáticos del festival, reuniendo cada año a un público fiel y apasionado.

Este verano, el protagonismo del ciclo recaerá por completo en agrupaciones catalanas, gallegas y vascas, tanto consolidadas como emergentes. Los cuatro conciertos se celebrarán este jueves y los días 17, 19 y 23 de agosto en el claustro del Museo San Telmo, un espacio al aire libre que imprime una atmósfera singular a espectáculos de estas características, y el repertorio que han preparado traza un recorrido por el legado musical ibérico desde la Edad Media hasta el Barroco, aunque comience con propuesta completamente diferente: un homenaje a Johann Sebastian Bach en el 275º aniversario de su fallecimiento.

Dicho homenaje tendrá lugar esta misma tarde, de manos del conjunto catalán Bachcelona Consort, fundado en 1988 por músicos de distintas nacionalidades afincados en Barcelona. El grupo regresa a Donostia tan solo un año después de su exitoso debut en el festival del pasado verano, con una propuesta que fusionaba la música de Bach con las artes visuales. Esta vez, y acompañados por dos solistas de la Salvat Beca Bach (la soprano Maëlys Robinne y la mezzosoprano Lara Morger), volverán a centrar su actuación en la obra de Johann Sebastian Bach con un programa que investiga cómo el compositor de Eisenach transformaba las sencillas melodías de sus corales en elaboradas piezas polifónicas, tanto vocales como instrumentales. Además de corales, arias y dúos extraídos de sus cantatas, e incluso obras para órgano solo que interpretará Alberto Martínez, el conjunto presentará composiciones de Christoph Graupner y Johann Christoph Bach, contemporáneos de Bach y que hicieron uso de las mismas melodías y textos que el maestro alemán, aunque trabajándolos de manera muy diferente.

Diez días después, el 17 de agosto, será el turno del ensemble vasco La Ritirata, fundado hace 17 años por el violonchelista bilbaíno Josetxu Obregón con el propósito de recuperar y difundir los repertorios del Barroco, el Clasicismo y el primer Romanticismo.

Su última participación en el Ciclo de Música Antigua fue 2022, con un programa centrado en la música italiana, y ahora regresan con una propuesta en torno a la mística española. Durante los siglos XVII y XVIII, la mística cautivó a pensadores y artistas de toda Europa, y la música religiosa española –con compositores como Durón, Torres o Hidalgo– recurrió a los recursos del ilusionismo musical para seducir los sentidos de los creyentes. Para recrear ese encantamiento, La Ritirata ha invitado la mezzosoprano Beatriz Oleaga y a la actriz Manuela Velasco, ya que durante la velada la interpretación musical se entrelazará con la lectura de textos poéticos de figuras como Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y María de Zayas.

El 19 de agosto, el ciclo seguirá su curso con la actuación de Ars Atlántica, el grupo que fundó y dirige el arpista gallego Manuel Vilas, una de las grandes autoridades del mundo en el ámbito del arpa histórica. El grupo nació en 2007 para dedicarse a la investigación y difusión de repertorios comprendidos entre los siglos XII y XVIII, con especial atención al ámbito latino –portugués, español, italiano y latinoamericano–, pero su presentación en la Quincena Musical estará centrada en la influencia que la música y músicos franceses ejercieron sobre las danzas españolas de los siglos XVII y XVIII. Para ello, han reunido una selección de danzas extraídas de fuentes manuscritas y publicaciones de los siglos XVII y XVIII que reflejan claramente la huella del país vecino. Entre ellas figuran composiciones de Jean Baptiste Lully, así como minuetos, marchas, gavotas, chaconas, musetas y otras danzas de autores como Boismortier, Hotteterre, José de Torres y Antonio Martín y Coll.

Finalmente, el 23 de agosto, el ciclo se cerrará con la actuación de Entrebescant, otro grupo debutante en el festival. Está formado por cuatro jóvenes intérpretes e investigadores (entre ellos, la arpista vasca Alaia Belaunzaran) que comparten una profunda vocación por el patrimonio medieval y tradicional de la península ibérica. Entrebescant mezcla en sus conciertos música sacra y cortesana, danzas populares, cantares, romances, crónicas y biografías para dar forma a un espacio sonoro que conecta pasado y presente a través de instrumentos históricos y tradicionales, sus voces y las lenguas medievales ibéricas.

En Donostia van a presentar ‘El cantar del destierro’, un espectáculo que se enmarca en la conmemoración del 975 aniversario del Cid Campeador, trazando su legendaria ruta entre Vivar y Atienza. Para ello, el programa reúne piezas extraídas de manuscritos como el de Las Huelgas, el Llibre Vermell de Montserrat y el Manuscrit du Roi, junto con cantos gregorianos, melodías andalusíes, canciones de siega, bailes de rueda y jotas tradicionales de Castilla y Aragón. Entre las interpretaciones musicales, se recitarán también fragmentos del Cantar de Mio Cid, guiando al público por el itinerario épico de este héroe castellano.