
Buenas sensaciones y un sabroso punto, es el balance de la ‘revolución tranquila’ de Sergio Francisco en su debut oficial como técnico realista. El de Irun ha optado por un once muy reconocible y que hubiera firmado su antecesor en la segunda mitad de la pasada campaña, con dos matices obligados.
El primero, la entrada de Caleta-Car como central zurdo, en lugar de Nayef Aguerd. Y el segundo la titularidad de Turrientes como mediocentro, tras la marcha de Zubimendi y la baja por lesión de un Gorrotxategi que parece ser el elegido para llevar la manija.
Por lo demás, Remiro bajo palos, con Aramburu, Zubeldia y Aihen completando la defensa, Brais y Marín en la sala de máquinas y el tridente Kubo, Barrene y Oyarzabal arriba.
Enfrente, un Valencia con tres incorporaciones que se estrenaban como titulares: el ex del Athletic Agirrezabala en portería, Copete en el centro de la zaga y Dani Raba en ataque.
Con los equipos en fase de rodaje y 30 grados de temperatura en Mestalla, el partido se les podía hacer muy largo a ambos contendientes, y la aportación de los reservas podría ser clave. La Real ha arrancado bien, presionando alto y jugando con mayor verticalidad que en tiempos cercanos, sin miedo a buscar los balones largos a la espalda de la zaga ché.
Primeras ocasiones visitantes
La primera ocasión ha llevado la firma de Brais, cuyo zurdazo desde el borde del área lo ha detenido en dos tiempos el meta de Errenteria. Ha vuelto a tenerla el gallego poco después tras una genial asistencia de Oyarzabal, pero Gayá ha llegado al cruce cuando se plantaba solo ante la portería.
La réplica del Valencia ha venido en un centro raso al corazón del área de Remiro que Marín ha despejado a córner ante la llegada de Raba. Ha probado fortuna asimismo Barrene, pero su derechazo se ha marchado ligeramente desviado.
Empujado por un público que no destaca precisamente por su paciencia, el Valencia ha tratado de subir una marcha en la recta final de la primera mitad, pero se ha llegado al descanso sin mayores sobresaltos que una amarilla para Turrientes –aunque ha parecido que tocaba balón– y con sensaciones positivas entre quienes vestían de naranja.
La segunda parte ha arrancado con menos intensidad, y el Valencia se lo ha cobrado caro. Remiro ha errado en la salida del balón, Raba ha recibido con tiempo para pensar y ha servido para la llegada de Diego López, que la ha mandado a la red ante la salida del meta de Cascante (1-0, m.57).
Reacción fulgurante
Afortunadamente, la Real ha reaccionado de forma inmejorable con un lejano disparo de Kubo pegado el palo al que no ha llegado Agirrezabala (1-1, m.60).
Poco después, ambos técnicos han comenzado a mover sus fichas. Corberán ha modificado su ataque, metiendo a Danjuma y Almeida por Hugo Duro y Raba, mientras que Sergio ha sorprendido con Aritz Elustondo por Caleta-Car y Oskarsson por Brais, lo que retrasaba la posición de Oyarzabal. El islandés la ha tenido en el primer balón que ha tocado, pero su disparo mordido ha salido demasiado cruzado.
Las piernas pesaban, y a falta de algo menos de un cuarto de hora el técnico de Irun agotaba sus cambios con la entrada de Sergio Gómez, Urko y Guedes –que debutaba en la que fue su casa durante cinco años– por los sancionados Aihen y Turrientes, además del goleador Kubo.
A pesar del evidente agotamiento de algunos, ambas escuadras se mostraban incorformistas y han buscado la victoria, pero el duelo ha finalizado con un empate que puede considerarse justo.
«Ha sido un partido parejo, típico de jornada uno, con muchísimo calor que hacía que costase llegar al final. El esfuerzo ha sido increíble y me voy satisfecho», apuntaba Sergio al término del encuentro.

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