Un solitario gol de chilena de Rafa Rodríguez en el minuto 86 ha dejado sin premio al Sanse en su visita al Málaga, tras un ejercicio de esfuerzo y saber estar impropio de un equipo tan joven.   

Tal y como sucedió siete días antes frente al Zaragoza, el Sanse, que ha repetido equipo titular, ha comenzado defendiendo ante un rival que buscaba abrir rápido el marcador. Ha podido anotar Joaquín Muñoz, pero su disparo se ha estrellado en el larguero de Aitor Fraga.

Los de Ansotegi han capeado el temporal, y una vez asentados han sido capaces de meter mierod el miedo al conjunto boquerón con sus contras fulgurantes. Las dos mejores las ha protegonizado Ochieng, pero le ha faltado el acierto que tuvo en la primera jornada. 

El keniano viene de una tierra de atletas y se ha pegado una pechada percutiendo por la banda derecha. Sin goles se llegaba al descanso, un resultado que ofrecía mejor sabor de boca para los visitantes.

Oxígeno para el ataque

Pese a los cambios del técnico local –entre ellos un viejo conocido como el lezotarra Julen Lobete–, el decorado se mantenía inalterable. Al Sanse le costaba más salir, y Ansotegi ha refrescado su ataque con Dani Díaz y Carrera por Mariezkurrena y Ochieng, generosos en el esfuerzo (m.62).

Gorosabel ha puesto a prueba al meta Herrero con un duro disparo que ha terminado en córner. Los 25.000 espectadores que se han dado cita en La Rosaleda no las tenían todas consigo.

El Málaga ha subido una marcha ante las apreturas del reloj. El balón duraba poco en las piernas de los potrillos y tocaba defender la trinchera. Los minutos caían con lentitud, y al final la resistencia blanquiazul se he venido abajo.

A la salida del un córner, Lebarbier no ha acertado a despejar con contundencia y el canterano Rafa Rodríguez, que llevaba cuatro minutos sobre el verde, ha enganchado una chilena desde el punto de penalti que ha decidido el partido (1-0, m.86). Una lástima, porque al Sanse ya no le quedaban fuerzas para responder.