
El arranque del año en El Sadar trajo consigo un partido que combinó emoción, tensión y un gol del de siempre: del cisne de Zenica. Osasuna se ha impuesto al Valencia por 1-0 gracias a un tanto de Budimir en la primera mitad, en un encuentro que ha servido también para que Alessio Lisci, el joven técnico italiano, se estrenara en el estadio rojillo ante la pasión de su afición. La victoria, pese al marcador corto, ha estado cargada de matices: un primer acto brillante y ofensivo de los locales, y unos últimos minutos de incertidumbre que han mantendio en vilo a los más de 21.000 espectadores.
Lisci ha apostado por un esquema con cinco defensas, una decisión que ha sorprendido especialmente tras la baja por sanción de Bretones. La sorpresa ha llegado en la colocación de Moncayola en el carril izquierdo, encargado de contener a un jugador tan peligroso como Luis Rioja. La presión adelantada ha sido constante en los primeros minutos, con Boyomo y Juan Cruz merodeando el medio campo rival, intentando cortar la salida del balón y aprovechar cualquier despiste valencianista.
La primera gran acción del encuentro ha llegado en el minuto 10. Rosier –que ha recibido un buen balón de Moi Gómez, la brújula con balón de Osasuna– ha botado un centro desde la derecha y Budimir, siempre atento, se ha anticipado a Tárrega y Copete para rematar de cabeza al primer palo, inaugurando el marcador y recordando su olfato de gol del pasado campeonato. El tanto ha calmado en parte a El Sadar, aunque el partido prometía ser intenso.
El Valencia ha buscado reaccionar pero fue Agirrezabala quien ha tenido que intervenir a un zurdazo de Moi Gómez, mientras que Víctor Muñoz se ha convertido en uno de los focos de atención del público. El joven centrocampista ha combinado velocidad, recorte hacia dentro y disparos con precisión, desafiando a la defensa che y provocando aplausos cada vez que tocaba el balón.
La balanza se ha inclinado aún más a favor de Osasuna en el minuto 21, cuando Gayá ha sido expulsado tras una falta fruto de un error en un pase atrás. La roja dejaba al Valencia en inferioridad y Osasuna ha tomado el control absoluto, moviendo el balón con criterio y buscando ampliar la ventaja.
El primer acto ha terminado con varias ocasiones claras. Danjuma, tras un pase de Diego López, tuvo la más clara, pero su remate no ha encontrado puerta, provocando un suspiro de alivio en El Sadar.
En la segunda mitad, el guion ha cambiado ligeramente. A los siete minutos, Budimir ha tenido otra oportunidad tras un pase de Moi Gómez, aunque su disparo desde lejos se ha marchado cerca del palo. La entrada de Rubén García y la pausa táctica de Lisci para hidratar al equipo buscaban controlar el ritmo y evitar riesgos innecesarios. La presión no ha sido tan intensa como en la primera mitad y el juego se ha igualado en ocasiones, pese a contar con un jugador más.
El Valencia ha intentado aprovechar la inferioridad numérica para acercarse al área local, pero sin claridad. Hasta que Danjuma ha silenciado El Sadar con un gol que finalmente no subió al marcador por fuera de juego en el minuto 90, manteniendo la tensión hasta el pitido final.
Osasuna ha sufrido más de lo esperado en los últimos compases ante un equipo que jugó con diez durante 70 minutos, pero la victoria ha dejado sensaciones positivas: un equipo valiente, capaz de dominar a un rival de entidad y con jugadores como Víctor Muñoz emergiendo con luz propia.

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