El ciclismo y el riesgo de futbolización
El ciclismo vive una transformación que recuerda cada vez más al fútbol: fichajes millonarios, indemnizaciones y disputas legales marcan un mercado en expansión. A ello se suma la entrada de grandes marcas como propietarias de equipos y un modelo económico frágil, dependiente de patrocinadores.

Aunque la UCI siempre ha querido evitar que en el ciclismo los fichajes se conviertan en un mercado similar al que existe en el fútbol, lo cierto es que cada vez son más corrientes y empiezan a ser frecuentes situaciones antes desconocidas.
Ya en 2019, el fichaje de Van Aert por el Jumbo-Visma generó un gran revuelo y tuvieron que ser los tribunales quienes impusieran al ciclista belga el pago de una indemnización a su antiguo equipo. La temporada pasada fue Cian Uijtdebroeks quien terminó siendo denunciado por el BORA-hansgrohe y Carlos Rodríguez debió de pagar una indemnización estimada en 4 millones al equipo Movistar para rescindir el contrato que había firmado con ellos y poder renovar con Ineos. Este año, Remco Evenepoel ha terminado poniendo fin a rumores que venían de años atrás y ha confirmado su paso desde Soudal-Quick Step a Red Bull-Bora, previo pago de una indemnización. También han confirmado el cambio de equipo Stuyven, Van Baarle o el campeón de Italia Filippo Conca y podrían cerrarse próximamente los fichajes de Vauquelin, Kooij, Juanpe López o Roger Adriá.
El crecimiento de este mercado de fichajes ocurre en un contexto en el que el ciclismo está cambiando muy rápidamente y los equipos buscan adaptarse a la nueva situación. Lidl ya ha confirmado que pasará de ser patrocinador del equipo a convertirse en copropietario del Lidl-Trek, consolidando una alianza que ya ha permitido al equipo situarse entre los más destacados del World Tour. Decathlon será también propietario del equipo Decathlon AG2R La Mondiale y se espera que esta apuesta permita al equipo dar el mismo salto que ya dio antes Lidl-Trek.
Al mismo tiempo, los equipos siguen funcionando bajo un modelo que apenas les ofrece fuentes de financiación y los hace completamente dependientes de los patrocinadores. Una vez confirmada la salida de su segundo patrocinador, el equipo Alpecin-Deceuninck, ganador este año de Milan-San Remo, París-Roubaix, además de tres etapas en el Tour, sigue buscando una nueva marca que se sume al proyecto y ayude a garantizar la presencia de Van der Poel o Philipsen los próximos años. De no lograrlo, podría repetirse lo ocurrido el año pasado con Lotto, que tras perder el patrocinio de Dstny, perdió también a Van Gils, Campenaerts y Vermeersch.
Es la consecuencia de un modelo de organización bastante particular dentro de los deportes profesionales. El ciclismo genera buenos resultados de audiencia en televisión, sin embargo son los organizadores de las carreras quienes cobran los derechos y los equipos no llegan a recibir nada de esos ingresos. Tampoco existen los ingresos por taquilla y los aficionados pueden seguir las carreras en directo a escasa distancia de los ciclistas.
La ausencia de reparto en los derechos de televisión es uno de los caballos de batalla históricos de los equipos, lo que lo convierte en un señuelo para quienes buscan entrar en el ciclismo. El proyecto One Cycling, ideado por Richard Plugge, manager del Visma-Lease a bike, y que cuenta con inversión saudí, garantiza ingresos anuales a los equipos World Tour masculinos y femeninos. Ese es uno de los puntos fundamentales para contar con el apoyo de muchos de los equipos, pero la UCI ya hizo público su rechazo y ASO, organizador del Tour y quien tiene una posición dominante en el ciclismo, no se muestra muy abierto a discutir la situación actual.
La UCI obliga a los equipos World Tour, tanto masculinos, como femeninos, a un compromiso de tres años. Al mismo tiempo, en 2010 estableció un salario mínimo para el World Tour masculino y desde 2020 para el femenino; establecido este año en 38.000 euros al año para los hombres y 32.000 euros para las mujeres. Medidas con las que busca dar una estabilidad a los proyectos deportivos.
Los problemas del ciclismo pasan ahora por las desigualdades en los presupuestos de los equipos y la incidencia que este fenómeno tiene en el desarrollo de las carreras. En categoría masculina, equipos como UAE, Ineos o Visma-Lease a bike cuentan con patrocinadores fuertes y que doblan el presupuesto de la mayoría de equipos, lo que les permite contar con plantillas estelares y acumular victorias a lo largo de la temporada. En categoría femenina, el propio crecimiento de este deporte contribuye a aumentar la volatilidad de los presupuestos de los equipos. SD-Worx, equipo dominador en los últimos años, ha visto cómo pasaba a ser el cuarto mayor presupuesto por el enorme crecimiento de sus rivales y si en 2024 lograron ganar la general en once pruebas diferentes, este año todavía no lo han conseguido en ninguna.
Mientras ASO se resiste a compartir los derechos de televisión con los equipos, hace tiempo que se vienen discutiendo medidas como los topes salariales o la posibilidad de cobrar una entrada para ver las carreras en directo. El ciclismo está viviendo cambios importantes y en un deporte en el que cada vez pesa más el aspecto mercantil, no sería extraño que terminaran cambiando algunas de los rasgos que siempre lo han caracterizado.
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