Dos puntos sobre nueve posibles frente a Valencia, Espanyol y Oviedo son caldo de cultivo propicio para los más agoreros –que se lo pregunten a Ten Hag, destituido como técnico del Leverkusen tras dos jornadas de Bundesliga–, aunque ya se sabe que con una victoria sobre el Madrid en la siguiente jornada cambiaría radicalmente la visión. Del negro al blanco y viceversa, es parte del espectáculo.

Tampoco ayuda que buena parte de las operaciones se cierren casi sobre la bocina – o sin casi–, algo que ya le sucedió a la Real hace doce meses. No es lo ideal, aunque este bazar persa está diseñado así y todas las partes –vendedores, compradores y jugadores– apuran hasta el último momento para rascar las condiciones más ventajosas posibles.

De hecho, Aperribay aseguró el martes que habían tenido «muy poquito estrés» porque las incorporaciones estaban ya apalabradas de antemano.    

Cuatro han sido los fichajes acometidos por la nueva dirección deportiva de Erik Bretos. Todos con un perfil muy definido, unos 27-28 años y amplia experiencia. Una búsqueda de rendimiento deportivo desde el corto plazo, asumiendo que económicamente no habrá gran retorno. Se entiende que el perfil de joven prometedor al que vender en el futuro obteniendo pingües ganancias –menudo pelotazo el de Isak, la Real cobrará 8 millones extras por su venta al Liverpool– está más que cubierto con los Zakharyan, Sucic, Oskarsson o Kubo.

Un cedido y tres traspasos

Llegó el croata Caleta Car como central para el perfil zurdo, en calidad de cedido, para que Jon Martín crezca a su vera. Pacheco optó por sumar minutos en el Alavés, posiblemente una solución mejor y que le planteó el propio Sergio Francisco. Nayef Aguerd, que estuvo el año pasado y del que no pocos reclamaron su fichaje, ha sido traspasado del West Ham al Olympique de Marsella por 23 millones. Casi nada.

Las otras tres incorporaciones foráneas vienen en propiedad. Yangel Herrera, que llega lesionado de Girona y estará ausente varias semanas, responde a una petición expresa de Sergio Francisco, la de un centrocampista que aporte músculo y energía. «Para frenar los contrataques», resumió gráficamente el veenzolano. Los goles en transición encajados ante el Espanyol o el Oviedo han ratificado esa necesidad. Firma por cinco años, hasta 2030, y se comenta que el coste ha sido de 11 millones fijos y otros 4 en variables.

Gonçalo Guedes ofrece versatilidad en el frente de ataque. Ha firmado hasta 2028, previo pago de 4 millones, más dos en variables, al Wolverhampton inglés. La apuesta es que el portugúes recupere su mejor versión, la que ofreció durante su estancia en el Valencia. De ello dependerá la valoración de su fichaje.

Lo mismo cabe señalar del centrocampista Carlos Soler, objeto de deseo de la directiva blanquiazul desde hace varios años y que llega para las posiciones con más competencia dentro de la plantilla. Como Herrera, firma hasta 2030, y la Real habría pagado entre 6 y 8 millones al PSG por el 50% de sus derechos.

Canteranos que suben

De las otras cuatro caras nuevas, dos corresponden a canteranos que han regresado de sus cesiones. Jon Gorrotxategi se estrena con la difícil tarea de suplir a Zubimendi como mediocentro, tras las altas expectativas generadas durante su estancia en Miranda. Otro Jon, Karrikaburu, tuvo una buena campaña en el Racing y en principio parte como tercer delantero, aunque ya tuvo minutos en el Tartiere.

Finalmente, quedan los dos que suben directamente del Sanse. Bretos añadió a Jon Martín en este capítulo, pero el de Lasarte-Oria ya estaba el año pasado en la dinámica del primer equipo y disputó bastantes partidos en la recta final.

Con la marcha de Traoré y con Odriozola descartado, Sergio Francisco y el propio Bretos ya ha ratificado que el navarro Iñaki Rupérez –que está convalenciente de una lesión– es el elegido para disputarle el lateral derecho a Aramburu, con Aritz Elustondo como comodín. En cuanto al centrocampista vizcaino Mikel Goti, que llegó al Sanse procedente de Lezama, cuenta con dorsal de la primera plantilla, pero aún no se ha estrenado.

Con billete de vuelta

Ocho altas suponen una buena dosis de bajas. En el capítulo de cedidos están el mencionado Pacheco, Javi López (Oviedo) y Carlos Fernández (Mirandés). En el caso del central de Elizondo, el director deportivo del Alavés ya comentó en su momento que la Real no contemplaba ninguna otra fórmula. Dentro de doce meses estará en Zubieta.

Respecto al lateral izquierdo, tiene 23 años y contrato hasta 2030, por lo que podría ganarse un hueco en el futuro. Bretos valoró el martes su potencial.

En cuanto al atacante andaluz, simplemente la Real no ha encontrado una oferta satisfactoria para su venta. En su día se pagaron 10 millones por él y tiene contrato hasta 2027. Lo mismo cabría decir de Odriozola y Sadiq, quienes se quedan en Donostia.

El canterano firmó hasta 2029, cuenta con una nómina alta y no parece tener ningún pretendiente serio. Parte de la afición le critica que haga valer el contrato que tiene, pero el director deportivo alabó su profesionalidad y su actitud. Otra cosa es que el físico no le haya ayudado o que la competencia (Aramburu) le haya quitado hasta las pegatinas.

Respecto al nigeriano, ha estado en la órbita del Valencia y a última hora pudo recalar en el Girona, pero finalmente no fructificó. Tuvo más novias, pero se emperró en ir al club de Mestalla, que solo quería una cesión, y la Real quería un traspaso. El mercado árabe permanece abierto hasta el 11 de septiembre y podría ser el último tren hasta el próximo invierno. Tal y como la de Isak figurará en el haber de Roberto Olabe, las de Fernández, Odriozola y Sadiq son tres de operaciones que pasarán a los libros en el debe.   

Seis salidas por traspaso

Se han marchado traspasados cuatro canteranos y dos foráneos. De los de casa, la salida más relevante ha sido la de Martín Zubimendi al Arsenal, no deseada pero que deja 70 millones en las arcas blanquiazules.

Jon Ander Olasagasti y Urko González de Zarate han hecho las maletas respectivamente hacia el Levante y el Espanyol, al entender que en estos equipos van a tener más protagonismo que en la Real, mientras que Jon Magunazelaia no tenía hueco en Zubieta y ha regresado a Eibar.

El último día de mercado la Real vendió a Hamari Traoré y Sheraldo Becker. El de Malí se marcha al recién ascendido París FC. A sus 33 años, su contrato fue renovado después de que se rompiera el ligamento cruzado, pero era consciente de que el futuro pasa por la dupla Aramburu-Rupérez y regresa a la Liga francesa, donde le han ofrecido dos años.

Por su parte, el internacional con Surinam se queda cerquita, ya que se ha incorporado a la disciplina de Osasuna. No parece haber despertado excesivo entusiasmo en la parroquia rojilla, pero con su velocidad y sus centros desde la banda derecha puede ser un buen socio para Budimir, sobre todo si cuenta con espacios para correr.