D. L.

Xi reivindica la paz junto a Putin y Kim en un desfile del poderío militar chino

Flanqueado por los líderes norcoerano y ruso, el presidente de China presidió el desfile militar por el 80 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, en el que reivindicó el papel del PCCh en el relato sobre la derrota de Japón y del fascismo, y apostó por la paz en plena exhibición militar. 

El ruso Putin y el norcoreano Kim, con el chino Xi en medio, de camino al desfile.
El ruso Putin y el norcoreano Kim, con el chino Xi en medio, de camino al desfile. (A. KAZAKOV | POOL)

La parada, que duró hora y media con una coreografía cuidada al detalle y en la que el Ejército chino hizo un alarde de exhibición de su armamento más moderno, conmemoró la derrota del Imperio japonés que Pekín reivindica en clave nacional y en la que asigna, en una batalla por el relato, un papel relevante a la «subestimada por Occidente» lucha del PCCh contra el fascismo.

Se mostraron misiles hipersónicos, drones de última generación, aviones de alerta temprana, sistemas de defensa antimisiles, tanques y lanzacohetes como el llamado «Himars chino», capaz de alcanzar Taiwán, y el colosal misil balístico intercontinental DF-5 y DF-5C, capaz de portar varias cabezas nucleares a cualquier punto de la tierra.

Por primera vez, desfilaron las nuevas ramas de la Fuerza Armada dedicadas a operaciones en el ciberespacio, el espacio y la guerra de la información, reflejo de la ampliación de los ámbitos estratégicos del Ejército Popular chino.

Helicópteros dibujaron el número 80 en el cielo sobre la plaza de Tiannamen y 14 bandas musicales simbolizaron la cifra de años de guerra, que según la historia oficial del PCCh arrancó en 1931 con la ocupación japonesa.

Músculo militar y paz

En ese marco de exhibición de músculo militar, Xi Jinping proclamó que el pueblo chino realizó una «gran contribución para salvar la civilización y defender la paz mundial», y advirtió de que la humanidad vuelve a enfrentarse a la disyuntiva entre «la paz o la guerra, el diálogo o la confrontación». Avisó de que «solo cuando los países se tratan como iguales y viven en armonía se puede salvaguardar la seguridad común, eliminar las causas de la guerra y evitar que se repitan las tragedias de la historia».

«El gran rejuvenecimiento de la nación china es imparable, y la noble causa de la paz y el desarrollo de la humanidad triunfará sin duda», señaló Xi, quien no hizo mención alguna ni a Taiwán ni a EEUU.

Trump ve una conspiración

Donald Trump acusó a Xi de «conspirar» contra EEUU junto a Rusia y Corea del Norte. «Transmitan mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y Kim Jong-un, mientras conspiran contra EEUU, señaló, para acusar a China de «no reconocer el sacrificio» de los soldados estadounidenses contra Japón.

El presidente de Taiwán, William Lai, se dirigió a los tres asegurando que «el fascismo abarca el nacionalismo extremo, un férreo control interno del discurso, la represión de la diversidad social, la creación de redes de policía secreta y el culto abierto a los caudillos».

 

Las relaciones Moscú-Pyongyang, «especiales»

Vladimir Putin constató ante Kim Jong-un que las relaciones entre Moscú y Pyongyang han alcanzado un «carácter especial, de aliados», y le agradeció el envío de soldados norcoreanos para repeler la incursión ucraniana en la región rusa de Kursk.

«Nunca olvidaremos los sacrificios de sus Fuerzas Armadas y de las familias de sus militares», aseguró el inquilino del Kremlin al sátrapa de la dinastía norcoreana, frente a los que tildó de «neonazis modernos», en referencia al Gobierno de Kiev.

Kim se mostró «muy satisfecho» por el acuerdo bilateral de asociación estratégica, firmado en 2024.

«Camarada Putin, si hay algo que pueda hacerse para ayudar a Rusia, es algo que se hará (...) Lo consideraremos un deber de hermanos», reiteró.

El líder norcoreano asistió al desfile colocado justo a la izquierda de Xi, con Putin a la derecha de este, en una potente imagen de respaldo de dos potencias al hermético régimen dotado de armas nucleares. El gesto de China podría indicar que está dispuesta a aceptar la nueva alianza entre Pyongyang y Moscú, que incluye cooperación armamentística y un acuerdo de apoyo militar en caso de agresión.

La proximidad al líder chino de Kim supone un espaldarazo para este, que visitó a Xi antes de sus encuentros con Donald Trump, en 2018 y 2019.

En el desfile del décimo aniversario de la fundación de la República Popular de China en 1959, Kim Il-sung, fundador de Corea del Norte y abuelo del actual mandatario, estuvo situado lejos del líder chino, Mao Zedong.