Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby

Tres bloques en Zurriola y una decena de piedritas en el zapato inmobiliario

Donostia es un campo de trincheras en el que a diario se libran pequeñas batallas contra la gentrificación. Vecinos que llevan décadas de alquiler frente a promotoras con proyectos de lujo y precios desorbitados. Tres edificios de Gros son el escenario de uno de estos ejercicios de resistencia.

La fachada norte de los tres edificios mira hacia la playa y el mar.
La fachada norte de los tres edificios mira hacia la playa y el mar. (Maialen ANDRÉS | FOKU)

Los portales ubicados en Bermingham 1, Zabaleta 55 y Segundo Izpizua 2, en el barrio donostiarra de Gros, conforman una manzana de tres bloques cuyo lado norte ofrece unas vistas espectaculares del mar y de la playa de Zurriola. No siempre fue un espacio así de privilegiado. Hace unas cuantas décadas el Cantábrico sí que estaba, obviamente, pero el entorno era muy diferente, no tan ‘chic’ como hoy en día.

Esos tres portales, que agrupan 72 viviendas, eran propiedad de Inmobiliaria Vascongada, que durante décadas las destinó a alquiler habitacional. Hace unos años traspasó sus bienes al fondo Azora, y este a su vez vendió los edificios a la promotora Naiz Homes, compañía nacida en 2024 con un pie en Donostia y otro en Madrid. «Nuestro modelo se centra en desarrollar proyectos en ubicaciones con alta demanda y escasa oferta, cuidando cada detalle del producto y del proceso», explicaba uno de los socios, Enaut Saiz, en declaraciones a ‘El Confidencial’.

Esta firma también posee en la capital guipuzcoana un edificio rehabilitado en la plaza Bilbao –entre la estación de Renfe y la catedral–, que era la sede de la Cámara de Propiedad. Son 27 viviendas de alto standing de entre 40 y 98 metros cuadrados, y según se ha publicado su precio oscila entre los 500.000 y los 2.000.000 de euros.    
 
Naiz Homes fue fundada por tres socios –el mencionado Saiz, Salvador Urbistondo y Domingo Arotzarena–, con una amplia trayectoria en el sector inmobiliario. El pasado mayo la empresa celebró su puesta de largo en el SIMA, la mayor feria inmobiliaria de Madrid, con el ambicioso objetivo de alcanzar una facturación de más de 600 millones de euros en 2027. 

Trescientas viviendas en Berango

En estos momentos Naiz Homes presenta en su web nueve promociones, tres de ellas en Euskal Herria. La ya mencionada de la Plaza Bilbao –bautizada como Heritage–, otra en la localidad vizcaina de Berango –300 viviendas frente a una de las playas de Sopela– y la de Gros, bajo el nombre de Zurriola. Sin embargo, en este último caso se ha encontrado con una piedra en el zapato que está entorpeciendo sus planes. O mejor dicho, con una decena de piedritas.

Porque los contratos temporales de alquiler no se fueron renovando a su vencimiento, dejando esos pisos vacíos y disponibles para su reforma, pero existe un pequeño grupo de inquilinos e inquilinas, pensionistas de edad avanzada, que tienen un contrato indefinido y que no se quieren marchar de la que ha sido su vivienda y del que ha sido su barrio desde hace décadas, por lo que han rechazado las indemnizaciones ofrecidas.  

Jagoba Albillos, hijo de una de estas inquilinas, una mujer de 86 años, explica a NAIZ que «habían logrado echar a la mayoría de la gente, pero se han encontrado con los vecinos que tenían contrato blindado, y a esos no les pueden echar. A través de un despacho de abogados han ido ofreciendo dinero pero…».

Vaciar el interior y hacerlo nuevo

En este tipo de proyectos, el plan de las inmobiliarias suele consistir en mantener solo la fachada y vaciar el interior para rehacerlo completamente –hay ejemplos a patadas en Donostia–, pero en este caso en particular la presencia de inquilinos no lo hace viable, aunque no ha sido obstáculo para que hayan puesto en marcha las obras.

«Hemos enviado un escrito al Ayuntamiento para informar de que estaremos vigilantes ante cualquier tema que hagan en las obras, porque tienen que mantener la accesibilidad al edificio, y con el proyecto que tienen no lo van a poder hacer», apunta Albillos. 

«El abogado que vino nos insinuó que las obras iban a suponer una molestia muy grande. Después de darnos el susto, citó uno a uno a los vecinos para ofrecerles una cantidad de dinero, que era distinta en función del vecino, no sé qué criterios utilizan. Pero ninguno les contestó. Ahora han empezado una segunda ronda, les oímos pero no contestamos, lo que creo que les preocupa más», expone. 

«¿De quién es esta ciudad?»

«Para mí hay un debate de principios, y es ¿de quién es esta ciudad? Ha habido mucha gente que se ha tenido que ir, al igual que de otros municipios. ¿Por qué? Por la especulación. No se debe permitir, aunque no se puede contar mucho con las autoridades», lamenta.

Y añade que «no es solo un tema de vivienda, es un tema de barrio. La gente dice ‘pues os cambiáis de casa’. Pero hay un tema de vivencias, estas personas salen a la calle y conocen a la gente, tienen sus tiendas», circunstancias que son aún más importantes para la gente mayor.   

El caso puede guardar ciertas similitudes con lo ocurrido en Ijentea 2, junto al Boulevard y que también era de Inmobiliaria Vascongada, donde pudieron ‘vaciar’ los pisos y casi todos los locales, pero la pastelería Oiartzun ha aguantado aferrándose a su contrato, al menos hasta la fecha. Otros, como por ejemplo el bar Dionis, terminaron arrojando la toalla.

En los bajos de estos tres edificios también hay un importante número de negocios en régimen de alquiler «que suponen un montón de puestos de trabajo. Calculo que estarán trabajando cerca de cien personas, Y no sabemos qué van a hacer porque no explican nada. Pero obviamente la obra les va a afectar», advierte Albillos.