Kazetaria / Periodista

El exjugador del Arsenal que trabaja para mejorar el medio ambiente

Mathieu Flamini, siete temporadas jugador del primer rival del Athletic en esta Champions, lidera ahora una empresa que se ocupa de desarrollar la producción de energías sostenibles.

Flamini, en una protesta en Londres por la sostenibilidad de los océanos.
Flamini, en una protesta en Londres por la sostenibilidad de los océanos. (Alberto Pezzali | AFP)

Mathieu Flamini come una vez al día. Cuando era adolescente odiaba estudiar Química. Y, lo más conocido, es exfutbolista del Arsenal; tuvo también una breve experiencia en la Liga con el Getafe pero el club de su vida fueron sin duda los gunners, donde militó durante siete temporadas, ganándose además el premio al mejor jugador del equipo en 2008.

Flamini, en pugna con Messi en un Arsenal-Barcelona en Champions en 2016. (Javier García | DPPI via AFP)

Si muchos futbolistas después del final de sus carreras acaban quedándose en el mundo del balón (comentaristas, analistas, entrenadores), o en el peor de los casos echándose a perder, hay también algunas rara avis que desarrollan un recorrido bastante contracorriente.

No es cuestión de ser graduado universitario o tener una inteligencia especial, sino de elección propia. Y la decisión de Mathieu Flamini ha sido tan curiosa como responsable: contribuir a mantener sostenible el medio ambiente desde la empresa.

GFBiochemicals

Mediocentro peleón y dinámico, Flamini nació en Marsella en 1984. Las siete temporadas en el Arsenal marcaron su cumbre, pero fue durante la experiencia con el Milán, donde ganó la liga en 2011, cuando tuvo la oportunidad de dar un giro a su vida.

En varias entrevistas Mathieu ha matizado cómo ya durante su carrera en el césped se interesaba por el medio ambiente, intentando buscar soluciones para mejorar la vida de todos. Solamente le hacía falta encontrar una persona a la que trasladar sus ideas y sus proyectos, y en Milán se topó con ese emprendedor; Pasquale Granata.

Juntos decidieron crear, en 2008, la startup GFBiochemicals; la G viene Granata, la F de Flamini, y se les suma la bioquímica. El objetivo de esta joven empresa es dedicarse a la producción a través de la biomasa del ácido levulínico, un compuesto utilizado para fabricar nylon, gomas sintéticas, plásticos y hasta productos farmacéuticos.

Varios análisis han situado a la empresa de Flamini en un valor de 30.000 millones de euros, aunque insiste en que no entró en ese mundo para ganar dinero sino para mejorar el planeta

 

Mathieu jugaba, Pasquale se movía en el ambiente de los expertos de los productos químicos de base biológica, con el objetivo de encontrar alternativas sostenibles. A nivel italiano encontraron la ayuda del Politécnico de Milán y de la Universidad de Pisa, ambas excelencias a nivel europeo.

Palabra mágica; ácido levulínico. La empresa busca mejorar la volatilidad y la biodegradabilidad, logrando una alternativa real a los solubles basados en materias prima fósiles.

Flamini, multimillonario ‘malgré lui’

Prácticamente nadie se dio cuenta de la actividad paralela de Flamini mientras jugaba en Milán o en Londres, cuando volvió al Arsenal. Mathieu había invertido ya una consistente parte de sus ahorros en la GFBiochemicals y poco a poco esta startup se convirtió en un peso pesado del sector. Hasta que en 2016 la empresa de Flamini y Granata adquirió a uno de los líderes de la producción de los derivados de ácido levulínico, la Segetis.

Sin profundizar mucho en las actividades de la GFB, puede destacarse que la empresa tiene unas 50 patentes de propiedad intelectual. Flamini ahora mismo es el director ejecutivo. Varios análisis han valorado a GFB en torno a los 30.000 millones de euros, lo que hace del exmediocentro del Arsenal «el futbolista más rico» del mundo, según una (superficial) definición.

«Los futbolistas deberían ser modelo en otras cosas que ganar dinero; por ejemplo, evitando la utilización masiva de aviones», propone

 

«Yo no entré en este mundo para ganar dinero», ha afirmado en más de una ocasión Mathieu. «Mi mayor motivación fue tener un impacto positivo con mi entorno. Creo que esta es un área donde todos tenemos un papel que jugar». Retos que siguen en esta época de cambio climático: «En países cómo India o China ya no se puede ir a correr fuera por la contaminación extrema del aire. ¿Queremos llegar hasta allí? No es solamente eso: ¿Cuántos residuos de plástico se encuentran en cada playa? ¿Cuánta agua hay que consumir para hacer una simple hamburguesa? 2.000 litros, una cantidad espantosa»; son palabras de Flamini en una entrevista para el inglés ‘Daily Mail’ en 2024.

Mathieu, que ha ganado también premios por su compromiso con el medio ambiente, sigue en su lucha, como cuando peleaba en el centro del campo con los colores del Arsenal. Esta vez no yendo por detrás de un balón, sino por la supervivencia del planeta. Y haciendo pedagogía: «Los futbolistas deberían ser un modelo, no de acumular dinero, sino por ejemplo a través de los viajes, evitando la utilización masiva de aviones», sugiere.