Mariona Borrull
Periodista, especialista en crítica de cine / Kazetaria, zinema kritikan berezitua
PERFIL: ESTHER GARCÍA

Una carrera excepcional

Esther García.
Esther García. (Pablo GÓMEZ | ZINEMALDIA)

No hay Premio Donostia que por bien no venga a una productora que recibió ya el Premio Nacional de la Cinematografía y el Premio Elías Querejeta. Celebrar a Esther García, en realidad, podría consistir en enumerar las más de cien producciones que ha llevado a espaldas, sus seis Goyas a Mejor Película o las cuatro décadas desde el nacimiento de El Deseo. Un año después, aquella joven ayudante de producción firmaría su primer proyecto junto a Pedro Almodóvar, ‘Matador’ (1986). Hoy, cincuenta y cinco películas después, la factoría Almodóvar ya no puede entenderse sin el nombre de Esther García.

Fue meritoria, secretaria y ayudante, jefa y directora de producción antes del cambio de milenio. Dirigió la producción de ‘Acción mutante’ de Álex de la Iglesia (1993), o de ‘El espinazo del diablo’ (2001) de Guillermo del Toro. Desde entonces, se ha volcado completamente en su faceta de productora. Productora es el oficio de quien arranca las películas cuando aún son meras ideas. Por sus manos, pasaron las semillas de ‘La niña santa’ (Lucrecia Martel, 2004), ‘La vida secreta de las palabras’ (Isabel Coixet, 2005), ‘El patio de mi cárcel’ (Belén Macías, 2008) y ‘Relatos salvajes’ (Damián Szifron, 2014), entre tantas otras.

Su último gran éxito fue ‘Sirat’ de Óliver Laxe, Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes y un éxito de público y crítica unánime que fácilmente podría haberse convertido en abucheo por lo explosivo de la propuesta. Pero si vale la pena hablar de Esther García no es por un trabajo que brilla por méritos propios: sirva el homenaje para visibilizar el trabajo de las mujeres productoras de cine en el Estado Español.

Han producido o coproducido las siete últimas películas ganadoras del Goya, aunque representan solo el 30% de miembros de su oficio. En los ochenta eran naturalmente muchas menos que hoy, aunque a diferencia de cargos como la dirección de fotografía o de arte, que los proyectos tengan a mujeres liderando la producción aún no computa para las ayudas públicas. Además, la última palabra sobre el audiovisual del mañana sigue siendo masculina, porque los directivos de las televisiones –un participante clave en tantas producciones– son en su mayoría hombres. Por desgracia, la carrera de Esther García es excepcional, como todas las de las mujeres productoras.