Uno de los apartados en los que tradicionalmente se divide el discurso de un lehendakari en un pleno de política general es el del chaparrón de datos con el que se pretende hacer ver lo bien que el Gobierno está haciendo las cosas y, evidentemente, normalmente se hace imposible verificar cada una de esas cifras. Pero, en ocasiones, se producen casualidades esclarecedoras.

En su discurso del jueves, el lehendakari, Imanol Pradales, aseguró que «hemos avanzado en la estabilización de la plantilla, con 7 OPE que han permitido reducir la eventualidad del 37 al 11%». Exageró, y exageró mucho.

Este lunes entró en el Parlamento una información documentada del Departamento de Salud precisamente sobre la interinidad en la plantilla de Osakidetza. Y según los números que aporta el consejero Alberto Martínez, a fecha del 17 de julio de 2025 la proporción de interinos es del 26,50%. El número del pasado año, 37,49%, sí que coincide con el ofrecido por Pradales en el pleno.

La información remitida por el Departamento de Salud concreta que la plantilla estructural de Osakidetza tanto en 2024 como en 2025 es de 32.442 personas. A 17 de julio de este año, la «temporalidad estructural» la cifra el consejero en 8.598, mientras que a 31 de diciembre de 2024 era de 12.167 trabajadores.

Cabe señalar que la interinidad se ha ido reduciendo, desde el 55,41% de 2021, el 50,17% de 2022 y del 44,56% de 2023. Según señala el Departamento, «la tasa de temporalidad va bajando en los últimos cinco años a medida que se van resolviendo los procesos de selección convocados desde la OPE 2018-2019 y la actual de Estabilización y 20- 21-22».

Y añade que «la previsión de Osakidetza es la reducción de esa tasa de temporalidad a final de año en la medida en la que se resuelven las OPE citadas (se adjudicarán 2.500 de las 8.598 plazas temporales actuales); el resto, y las vacantes que se produzcan por jubilaciones, se incluirán en la convocatoria de la próxima OPE».

Reducir por imperativo legal estatal y europeo

La reducción de la interinidad en la función pública viene obligada por el Plan de Recuperación, Trasnsformación y Resilencia y es el resultado de un compromiso con la Comisión Europea para reducir la temporalidad del empleo público. Su objetivo es situar la temporalidad por debajo del 8% de lo que todavía Osakidetza está muy lejos.

El uso prolongado y generalizado de figuras contractuales temporales ha sido objeto de crítica tanto de los sindicatos como de la institución del Ararteko, que ha subrayado en diversos informes anuales la necesidad urgente de reducir la temporalidad en la sanidad pública vasca, en línea con los principios establecidos por la normativa europea.

Junto a estas líneas se puede encontrar el documento en el que el Departamento de Salud hace una radiografía de la interinidad en distintos estamentos de Osakidetza.