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Un desafiante Netanyahu niega el genocidio en la ONU y se empecina en continuarlo

Ante una sala semivacía por la protesta de numerosas delegaciones en la Asamblea General de la ONU, un desafiante Benjamin Netanyahu ha negado las acusaciones de genocidio y ha insistido en que continuará la sangría de Gaza, en un discurso plagado de mentiras sobre el hambre y las víctimas civiles.

Benjamin Netanyahu muestra un mapa con los países que sitúa en el «eje de Irán».
Benjamin Netanyahu muestra un mapa con los países que sitúa en el «eje de Irán». (Niyi FOTE | ZUMA | EUROPA PRESS)

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha rechazado las acusaciones de genocidio en Gaza, en contra de las valoraciones de organismos internacionales, organizaciones de derechos humanos y las evidencias divulgadas desde Gaza.

Para sustentarlo, ha argumentado que Israel ordena a la población que se desplace de los lugares de combate y que está alimentándola, en referencia a las trampas mortales que suponen los centros de distribución de ayuda de la organización GHF, donde el Ejército israelí ha matado a más de 2.000 personas. 

Niega así también la hambruna provocada por el bloqueo de ayuda, que ha causado ya al menos 162 muertos por inanición, aunque la cifra real es mayor, dado que el cierre de hospitales y centros sanitarios bombardeados obstaculiza el registro de los últimos casos.

La ONU ha constatado que la situación alimentaria en la Franja de Gaza ha alcanzado la fase 5 (catastrófica), el nivel más alto de la escala, que indica el riesgo de hambruna, según la Clasifcación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF).

«Acabar el trabajo»

Además de negar el genocidio, Netanyahu ha insistido en que Israel va a continuar con sus prácticas, afirmando que «debe acabar el trabajo lo antes posible».

«Los últimos elementos, los últimos remanentes de Hamas, se atrincheran en la ciudad de Gaza. Juran repetir las atrocidades del 7 de octubre una y otra vez», ha afirmado para justificar su ofensiva sobre la capital gazatí, que está agudizando la catástrofe.

Con más de 65.500 muertos –que podrían ser en realidad diez veces más, hasta el 30% de la población de Gaza– ha calificado las matanzas de civiles como «propaganda» y ha lanzado la habitual acusación a Hamas de utilizar a los civiles como escudos humanos.

También ha aprovechado para reprochar a los medios europeos que divulguen la carnicería entre la población civil y los países que han reconocido el Estado de Palestina por «doblegarse» ante Hamas.

El primer ministro israelí ha insistido ante la Asamblea de la ONU en que Israel no reconocerá un Estado palestino. «Es una locura y no lo haremos», ha zanjado, a la vez que ha afirmado que sería un «suicidio nacional» hacerlo. En este punto, ha querido dejar claro que no se trata solo de la posición de su Gobierno, sino que «es la política del Estado y de la población del Estado de Israel».

Netanyahu ha pronunciado su discurso en una sala semivacía, ya que muchas de las delegaciones de los países miembros de la ONU han abandonado el foro.

Este boicot expreso ha sido contestado con aplausos por sus partidarios desde la tribuna de invitados, pero no han evitado la imagen del creciente aislamiento del líder israelí.

Otra mentira más

Netanyahu ha asegurado en su discurso que la Inteligencia israelí había tomado el control de los teléfonos de los residentes de Gaza y de los miembros de Hamas para difundir su intervención.
 
Palestinos residentes en la ciudad de Gaza contactados por Efe han negado haber escuchado el discurso del primer ministro israelí ante la ONU

La ONU, enemigo para Israel

Netanyahu, triplicando el tiempo habitual que se concede a los intervinientes en la Asamblea, ha podido participar a pesar de la orden de detención dictada en su contra por el Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra y contra la humanidad.

Y lo ha hecho en un organismo, la ONU, al que ha atacado directamente en su ofensiva militar. En casi dos años, ha matado a más de 360 trabajadores de Naciones Unidas y ha destruido decenas de escuelas y hospitales de este organismo. También ha acusado a su secretario general, António Guterres, de colaborar con los «terroristas» y le declaró «persona non grata».

En Nueva York, unas 2.000 personas han marchado contra la presencia del primer ministro israelí en la Asamblea General de la ONU y contra la ofensiva contra Gaza.

La protesta ha comenzado en Times Square y tiene como objetivo acercarse lo máximo posible a la ONU, cuyos alrededores permanecen cerrados a no ser que se disponga de una acreditación.