Después de cuatro partidos sin ganar, entre Liga y Champions, el Athletic tiene ahora que visitar, aunque la estadística diga lo contrario, un campo complicado, como es La Cerámica, donde se va a encontrar con un Villarreal que también disputa la máxima competición continental de clubes y que está en plena forma, como lo atestigua su tercera plaza.

Se contrapone así el peor momento de la temporada de la escuadra vizcaina frente a la facilidad que ha tenido últimamente para sacar algún rédito positivo de sus visitas al submarino amarillo. En los últimos siete años, el club vasco solo en una ocasión se volvió a Bilbo de vacío.

Le hará falta al bloque dirigido por Ernesto Valverde –cumplirá su último encuentro de sanción– agarrarse a la más reciente historia para enmendar la negativa trayectoria y también mejorar sus prestaciones sobre el césped, especialmente en el apartado de la efectividad, donde no ha estado especialmente fino en sus últimos compromisos.

Tan nefasta racha –derrotas ante Alavés, Arsenal y Valencia, y empate frente a Girona– ha coincidido en el tiempo con el castigo de su técnico y la lesión de un Nico al que se le echa mucho de menos en ataque. Los números no engañan. Desde que el menor de los Williams está ausente, el equipo no ha ganado, a diferencia de los tres primeros triunfos contra Sevilla, Rayo y Betis, en los que sí participó.

Sí que recupera el Athletic a Dani Vivian, tras ver la roja en Mestalla y que probablemente entrará en el once en lugar de un saturado Aitor Paredes o de un Aymeric Laporte que todavía está lejos de su mejor momento de forma.

Un Villarreal monolítico

Y está por ver cómo arma Valverde el entramado ofensivo, ante su falta de rendimiento y la poca aportación que están realizando hasta el momento Iñaki Williams y Oihan Sancet, piezas que la pasada campaña eran fundamentales en el apartado creativo y resolutivo.

Quitando a Álex Berenguer, que sí que se está ganando a pulso saltar de inicio, Robert Navarro, Maroan Sannadi, Gorka Guruzeta y Nico Serrano, más irregulares en sus actuaciones, se disputarán los huecos que queden en ataque.

Enfrente se encontrará el Athletic con un Villarreal monolítico ante su público. Oviedo, Girona y Osasuna han sufrido en propias carnes la rocosidad casera de los pupilos de Marcelino García Toral, quien dispone de muchas variantes en su plantilla, así como futbolistas determinantes a la hora de agitar el marcador.

Sus tres victorias en otros tantos partidos como anfitriones ejemplifican esa positiva dinámica y una cuarta abriría un hueco de seis puntos entre los dos contendientes. Además, el conjunto castellonense ha conseguido sobreponerse a sus numerosas bajas, si bien sigue teniendo cinco seguras: Costa, Kambwala, Gerard Moreno, Ayoze y Foyth.