Arnaitz Gorriti
Kirol-erredaktorea, saskibaloian espezializatua / redactor deportivo, especialista de Baloncesto

La muerte del ajedrecista Daniel Naroditsky abre una grieta en el corazón del «boxeo mental»

¿Cómo un hombre de 29 años muere de golpe y sin causa conocida? El mundo del ajedrez se conmocionaba la noche del lunes al saber del deceso del californiano Daniel Naroditsky, fuerte jugador y comentarista de éxito, señalado como tramposo desde hace más de un año por el excampeón Vladimir Kramnik.

Imagen del obituario del ajedrecista Daniel Naroditsky.
Imagen del obituario del ajedrecista Daniel Naroditsky. (CHARLOTTE CHESS CENTER | EUROPA PRESS)

La repentina e inesperada muerte el pasado lunes del Gran Maestro estadounidense Daniel Naroditsky ha puesto en alerta el mundo del ajedrez. ¿Cómo es que un hombre joven, sano en apariencia, más que admirado por los aficionados al ajedrez online, muere súbitamente tres semanas antes de cumplir los 30 años? Aunque no se conozca a ciencia cierta la causa del deceso, este hecho abre muchas interrogantes y supone una inesperada grieta en el seno del «deporte mental» por excelencia.

Hace más de 30 años el Gran Maestro británico Nigel Short definió el ajedrez como un «boxeo mental», al tiempo que definía el juego de las 64 casillas como «el más violento que existe», argumentando que las frustraciones, rabias, impotencias, iras y demás malos sentimientos deben quedar siempre para uno, a diferencia de otros deportes o actividades donde maldiciones, aspavientos y protestas airadas sirven como válvula de escape.

Toda esta entrada sirve para poner en contexto lo importante y difícil que es el control de las emociones en cualquier especialidad, sea deportiva o no, sobre todo cuando dar rienda suelta a ellas está mal visto o incluso vetado. En buena medida, aunque no deje de ser una cuestión especulativa, la muerte de Daniel Naroditsky tiene mucho que ver con ese quiebre en lo que al equilibrio psicológico se refiere.

Especialista en la divulgación

Daniel Naroditsky no era una estrella del ajedrez mundial, por más que lograra el título mundial en la categoría junior y el título de Gran Maestro a los 18 años. Su puntuación ELO más alta a ritmo clásico, alcanzada en ayo de 2017, fue de 2.647, por lo que distó de la primera fila del ajedrez. «Soy un jugador retirado de 2.600 puntos», declaraba hace meses, a cuenta del Mundial de partidas Rápidas y Relámpago, en el que le tocó ganar «para su desgracia» una partida al Gran Maestro ucraniano Vasili Ivanchuk, en el que lo que más se recuerda es el llanto de Ivanchuk al verse perdido luego de tener la partida ganada.

El californiano sí era, en cambio, un muy fuerte jugador en el ajedrez por Internet sobre todo a ritmo relámpago e incluso «bullet» –con partidas de un minuto sin incremento por movimiento–. En lo que al ritmo «bullet» se refiere, conocida es la anécdota durante el Torneo de Candidatos de Madrid en 2022, en el que el ajedrecista estadounidense estuvo jugando cientos de partidas (sic) a este ritmo con el franco-iraní Alireza Firouzja hasta más allá de las cinco de la madrugada, un Firouzja que llegó al Candidatos de Madrid como uno de los favoritos a ganarlo y desahogó así su fracaso.

El principal éxito de Naroditsky estribaba como comentarista de ajedrez. Con centenares de miles de seguidores en las redes sociales –casi medio millón en Youtube–. De padre ucraniano y madre de Azerbaiyán, ‘Danya’ era conocido por su estilo alegre y dicharachero en las retransmisiones en sus canales de Twich o Youtube, entre otras cosas por su talento a la hora de imitar el acento de ajedrecistas y comentaristas de todo el orbe. Políglota, hablaba inglés, ruso y español, y hasta se atrevió a imitar los alocados «¡Ratatata!» del Gran Maestro y comentarista español Pepe Cuenca.

Vladimir Kramnik, el nuevo villano

Pero en los últimos tiempos ‘Danya’ Naroditsky también cayó presa de la sospecha de las trampas en ajedrez. Sin llegar a la denuncia pública como la que, sin pruebas, planteó Magnus Carlsen sobre el Gran Maestro estadounidense Hans Niemman, Naroditsky padeció en sus carnes las iras del excampeón mundial Vladimir Kramnik. El ruso lleva enfrascado estos últimos años en desenmascarar a todo potencial tramposo, aunque sin llegar a denunciar públicamente a nadie, cultivando así una imagen de villano con cada vez más detractores.

Según indica Leontxo García en la «intrahistoria» sobre la muerte del ajedrecista californiano, «Kramnik ha estado más de un año insinuando machaconamente que Naroditsky hacía trampas, con fundamentos tan sofisticados como hacer un estudio estadístico sobre hacia dónde dirigía la mirada el estadounidense cuando jugaba partidas por internet, dando a entender que tenía conectado un módulo, de los que calculan millones de jugadas por segundo, para ver cuál era la mejor».

«Hay evidencias, sin embargo, de que las acusaciones de Kramnik habían roto el equilibrio psicológico de Naroditsky. La más clara es su último streaming (transmisión en directo en la que él comentaba y respondía preguntas mientras jugaba partidas rápidas) en la plataforma Twitch, el pasado sábado. En ese vídeo, ahora borrado, Naroditsky se duerme mientras juega, habla con frecuencia de las acusaciones de Krámnik y parece muy afectado», indicaba el periodista irundarra, con más de 40 años de experiencia y trato directo de primera mano con los ajedrecistas de primera fila mundial.

No es el primer ajedrecista a quien señala Kramnik. El antiguo alumno y verdugo en el Mundial de 2000 de Kasparov las ha tenido tiesas con otros cuantos jugadores por este mismo tema. El tema más escandaloso sucedió hace escasos meses, cuando el ajedrecista checo David Navara, un Gran Maestro muy respetado, cuya gran cruz ha sido tener que lidiar con el Síndrome de Asperger, confesó haber tenido «pensamientos suicidas» cuando se vio en el punto de mira de Kramnik.

De un modo más desenfadado pero también escandaloso fue el «Clash of Claims» jugado en 2024 en Madrid, donde el propio Vladimir Kramnik se enfrentó contra el Gran Maestro peruano –que hoy juega bajo la bandera mexicana– José Martínez Alcántara, «chaladura» de los streamers españoles Pepe Cuenca y David Martínez «Divis». Aquel fue un duelo dividido en 14 partidas a ritmo relámpago cara a cara y otras 14 online. Kramnik, cómo no, había insinuado que Martínez Alcántara hacía trampas y los muchos problemas técnicos que hubo para hacer las partidas online, con triunfo final del latinoamericano, ratificaron al ruso en sus sospechas. Poco faltó para que Kramnik denunciara a Martínez Alcántara y a los dos mencionados organizadores, aunque la sangre no llegó al río al final.

Volviendo a Naroditsky, tras la famosa retransmisión borrada del californiano en la que se quedó dormido, Kramnik no dudó en postear en sus redes sociales esta perla. «No soy médico, pero todo indica que hay algo más que píldoras para dormir. Confío en que, si tiene alguno, sus verdaderos amigos lo cuiden».

«Kramnik es lo peor que le ha pasado al ajedrez en mucho tiempo», afirmaba –recordaba Leontxo García– el Gran Maestro catalán Álvar Alonso. Hikaru Nakamura, número dos del ranking mundial y exitoso streamer, se despachaba contra el exacampeón ruso tras la muerte de Naroditsky. «¡Este tío es una vergüenza para el ajedrez! Lo diré una vez más: Kramnik puede irse al carajo y pudrirse en el infierno». 

«Al final de la partida, tanto el rey como el peón van a parar a la misma caja», declaró el propio Naroditsky en una entrevista al ‘New York Times’ en 2022. Así pues, el bueno de ‘Danya’ Naroditsky descansa en paz, probablemente antes de tiempo, una paz que alguna vez se quebró y que parece mostrar la importancia de la armonía y el equilibrio mental que tanta falta hace en todo orden de la vida, y que el ajedrez descuida, y a veces hasta castiga, en favor del «boxeo mental» en las 64 casillas.