La sombra narco oscurece la campaña de Milei en la antesala electoral
El principal candidato del presidente Milei en las legislativas de este domingo, José Luis Espert, ha tenido que renunciar por sus vínculos con un narcotraficante. El escándalo retrata el descontrol en la gestión de la Casa Rosada. La relación con Trump, el amuleto al que apela el Gobierno ultra.

Si algo le faltaba a los escándalos de corrupción que vienen circundando desde hace meses al Gobierno de Javier Milei era la relación con el narcotráfico. Su principal candidato a las elecciones parlamentarias de medio término de este domingo, 26 de octubre, ha tenido que dimitir por sus vínculos con un líder narco en vías de ser extraditado. Para más inri: el nombre del dimitido aparecerá en las papeletas.
Se trata de José Luis Espert, un economista neoliberal que participa en las tertulias de TV desde los tiempos de la gran crisis del «corralito» y que se hizo famoso por sus prédicas apocalípticas y pedidos de ajuste ortodoxo. En 2019 fue candidato a presidente por una coalición neoliberal y desde 2021 es diputado nacional.
Su relación con Milei fue zigzagueante: de amigos a rivales, se distanciaron en 2021 y acabaron haciendo campaña en 2021 enfrentados. Cuando el líder ultra despegó en las encuestas, volvieron a unirse.
En la composición de las diferentes listas electorales, el presidente no se inmiscuye y delega todo en su hermana Karina Milei y en su asesor principal, Santiago Caputo. Pero hubo un solo nombre que pidió que encabece: el de Espert y nada menos que en el mayor distrito electoral del país, la provincia de Buenos Aires.
Poco importaba que había abierta una investigación desde 2021 por presunta financiación ilegal de la campaña de 2019. Espert siempre respondió con evasivas, hasta que la realidad lo aplastó de la mano de Juan Grabois, uno de los líderes del kirchnerismo, cercano a la expresidenta Cristina Kirchner y amigo personal del fallecido papa Francisco.
Grabois, candidato a diputado también por Buenos Aires, presentó una denuncia a fines de septiembre contra Espert por presunto lavado de dinero del narcotráfico, tras haber conseguido probar la transferencia directa de 200.000 dólares a Espert por parte del narco Federico “Fred” Machado.
Además, denunciaron el incremento patrimonial del 800% en pocos años por parte de Espert y pudieron demostrar los registros de aviación oficiales en los que se demuestra que el economista realizó nada menos que 35 vuelos en aviones propiedad de Machado.
El knock-out mediático fue contundente pero desnudó una vez mas la mala gestión política de los escándalos de corrupción por parte de la Casa Rosada.
No solo Espert tardó en dar explicaciones sino que desde el oficialismo se han quejado que mintió a Milei y sus asesores cuando discutían el argumentario de defensa.
Dos días antes de verse cercado, publicó un video de seis minutos en sus redes en el que juraba haber sido contratado como consultor y que esos 200.000 dólares eran un pago de ello.
Fuentes del Gobierno filtraron hasta último minuto que Espert contaba con el respaldo total de Milei, aunque el escándalo lo obligó a dimitir ante una campaña electoral que se auguraba pesadillesca.
A dos días de la dimisión, el Supremo argentino avaló la extradición de Machado, aprobada en 2022 por un juez de primera instancia y requerida por un tribunal de Texas por el delito de narcotráfico.
En un gesto para intentar subsanar la seguidilla de errores, el Gobierno concedió la extradición (por ley, es el Ejecutivo argentino quien tiene la última palabra en extradiciones).
Paradoja
La paradoja es que, a pesar de la dimisión el nombre y foto de Espert estarán en todas las papeletas que verán los 14 millones de votantes bonaerenses porque se demoró tanto en su dimisión que ya no hay tiempo para reimprimirlas todas y que no se ponga en riesgo el ejercicio de votación.
La Justicia electoral ha dado al menos una buena noticia a Milei: ha permitido que el sustituto de Espert como cabeza de lista sea Diego Santilli, del sector más cercano a Macri (con quien pactaron allí una coalición), y no la inmediatamente próxima en la papeleta, Karen Reichardt, quien en los 90 fuera «conejita» de revista Playboy y que ha escalado en el partido de Gobierno por su amistad con el presidente, aunque tiene poca experiencia política y unas redes sociales incendiarias plagadas de insultos clasistas y racistas.
En este marco, la Casa Rosada encara unos días clave para su futuro económico y apela al auxilio de Donald Trump en materia financiera y como respaldo político en horas bajas.
De hecho, el 14 de octubre hubo un encuentro bilateral entre ambos presidentes en Washington, después de que el Tesoro estadounidense aceptara tramitar un salvavidas de 20.000 millones de dólares para el Gobierno de Milei para aliviar la anorexia de divisas que padece.
Sin embargo, las alarmas de la comitiva argentina se dispararon cuando Trump, ante los medios, aseguró que la ayuda será enviada «si los argentinos apoyan» a Milei en las elecciones de este domingo, expresando un chantaje colonial al electorado que podría volverse un bumerán.
«Espero que los argentinos entiendan el buen trabajo que hace (el presidente) y lo apoyen en las midterms, así podemos seguir ayudándole», dijo Trump, para que no queden dudas, por escrito en sus redes sociales.
Algunos analistas de encuestas y dirigentes del peronismo creen que las palabras de Trump, y el acercamiento extremo a la potencia estadounidense (con promesas de permitirle instalar bases militares en suelo argentino) podrían ser contraproducentes para Milei. Este 26 de octubre los argentinos lo sacarán de dudas.

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