
La ‘guerra de los vestuarios’ en Petronor ha llegado este viernes al Juzgado, donde se ha concentrado la plantilla a convocatoria del sindicato TU. En concreto, decenas de trabajadores se han congregado a las puertas del Juzgado de lo Social de Bilbo el día después de que la plantilla decidiera en asamblea no votar el preacuerdo alcanzado por UGT y CCOO con la empresa en relación al conflicto en torno a los nuevos vestuarios y que finamente se dilucidará en los tribunales.
Durante la concentración, con motivo del juicio previsto por este tema, han recordado que el conflicto tiene su origen en una denuncia presentada por la parte social por la modificación «sustancial» de las condiciones laborales, al haberse dado un «aumento encubierto de jornada» para el personal a turnos (unos 30 minutos más por día trabajado) como consecuencia del traslado del edificio del vestuario en la refinería de Muskiz.
Además, después de que la empresa anunciara este jueves que dejaba en manos de los tribunales la decisión de la denominada ‘guerra de los vestuarios’, la representación del sindicato ha querido aclarar que el proceso judicial comenzó con una denuncia en agosto de la parte social a la dirección. «Somos nosotros los que les traemos al Juzgado, y no la dirección a la plantilla», han reclamado.
«No responde al conflicto planteado»
Esta concentración ha tenido lugar después de que la asamblea de trabajadores decidiera no votar el preacuerdo alcanzado entre la empresa y la mayoría sindical formada por UGT y CCOO en torno a este tema.
Desde TU se ha defendido que la plantilla ha rechazado el planteamiento de la dirección, que «no responde ni con justicia ni con proporcionalidad al conflicto planteado».
Según han detallado desde el sindicato, en la asamblea celebrada este jueves, la mayoría del comité de empresa presentó un preacuerdo firmado con la dirección que «era abusivo y dejaba muchas cuestiones abiertas que veíamos claramente que iban en beneficio de la dirección y en nuestra contra». «Este preacuerdo no se podía votar», han sentenciado.
El punto central para el sindicato es el reconocimiento como jornada laboral efectiva del tiempo dedicado «a equiparse con los EPIs y a los desplazamientos internos» hasta el nuevo vestuario como «tiempo efectivo de trabajo». Ha argumentado que eso es «un punto importante que si no reconocen, a nosotros no nos vale». «Nuestra pretensión siempre será trabajar ocho horas», han zanjado.
Otro de los puntos clave para mostrarse en contra del preacuerdo era que la aceptación del acuerdo suponía «la renuncia de acciones judiciales, comprometiendo futuras reclamaciones legítimas sin ofrecer contraprestaciones reales».
Relaciones «deterioradas»
Por otra parte, han explicado que las relaciones laborales con la dirección están «deterioradas», el convenio «está denunciado desde el año pasado y no se han sentado en la mesa para negociar».
Además, han precisado que la dirección trasladó que para llegar a un acuerdo sobre los minutos de más por el cambio de vestuario, «tendríamos que modificar el convenio», a lo que han respondido que para ello, «hay que abrir la mesa negociadora y hablar de todo lo que conlleva». «No han querido y nos han traído hasta aquí», ha concluido.

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