Ion Salgado
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Periodistas vetados y perseguidos, convertidos en objetivo en la era de la posverdad

Los periodistas se han convertido en testigos incómodos. Algunos Estados les impiden el acceso y otros directamente atacan y matan a los reporteros. Cinco profesionales y una diplomática han hablado de ello en Artaxoa, donde el sábado se entregará el Premio Internacional de Periodismo David Beriain.

Participantes en la mesa redonda organizada con motivo del Premio Internacional de Periodismo David Beriain.
Participantes en la mesa redonda organizada con motivo del Premio Internacional de Periodismo David Beriain. (Iñigo URIZ | FOKU)

«Ya no se respeta la palabra ‘Press’ en un chaleco antibalas o en un casco, y vemos como eso nos convierte en un objetivo a atacar». Con estas palabras, pronunciadas por el periodista Alberto Rojas en un vídeo enviado desde Ucrania, ha comenzado la mesa redonda titulada ‘Cobertura de conflictos en la actualidad’. Un coloquio celebrado en Artaxoa y enmarcado en la primera edición del Premio Internacional de Periodismo David Beriain, galardón que ha recaído e la reportara Catalina Gómez Ángel

Ella misma ha participado en la mesa, formada por los periodistas Marc Marginedas, Mayte Carrasco, Natalia Sancha y Xabier Madariaga, curtidos en diferentes conflictos, así como por la exministra de Exteriores Arantxa González Laya. Todos han elogiado el legado de Beriain, fallecido en Burkina Faso en abril de 2021 junto a Roberto Fraile y Robert Young; y han incidido en la importancia del periodismo en la «época de la posverdad».

Sancha ha advertido de que «hemos concebido la desinformación como aquellas noticias que viene de enemigos, Rusia, China, Irán... pero no concebimos que pueda venir de Hungría, de Israel o Estados Unidos». Y ha puesto como ejemplo el trabajo de la Hasbará, la diplomacia israelí, que ha multiplicado por veinte su presupuesto anual, hasta los 150 millones de euros, con el único objetivo de ampliar el eco de la versión oficial del Gobierno de Netanyahu. «La consecuencia es un daño irreparable y hasta cierto punto irremediable de los intereses de la ciudadanía europea», ha manifestado, haciendo hincapié en el papel que deben jugar los medios de comunicación para atajar las mentiras vertidas por gobiernos y dirigentes. 

Así, ha aseverado que los medios «no podemos actuar como redes sociales, porque no lo somos. No podemos hacer titulares a golpes de tweet porque eso es copar agenda. Si el señor Trump quiere que hablemos del elefante oso azul y nos pasamos el día diciendo que no existe al final estaremos hablando del oso azul; si Netanyahu quiere que digamos si esto es genocidio o no es genocidio, estaremos hablando de galgos o podencos, y no del hecho de que privar de comida a niños es absolutamente ilegal en el derecho internacional». «Si nos doblegamos a eso acabaremos trabajando como las redes sociales», ha añadido entre aplausos del público. 

Carrasco ha compartido el diagnóstico, pero ha alertado de muchos jóvenes, y no tan jóvenes, sienten una «fascinación por la violencia y los populismos». «¿Qué está pasando para que ese discurso sí penetre?», ha preguntado antes de remarcar que se trata de un grave problema para el periodismo actual, llegando a señalar que «el periodismo tradicional ha muerto y tiene que revivir», no sin antes realizar una «autocrítica». «El mundo no es el que era y los periodistas no somos solo los que estamos aquí», ha señalado, apostando por llegar a personas que buscan otras fuentes de información. 

En este sentido, Gómez ha explicado que Irán «no quiere que vayan periodistas e invita a yotubers que se adaptan a su ideología, no tanto en la defensa de Irán pero sí de Palestina y del pueblo de Gaza. Y utilizando esa defensa de Palestina les muestran lo que pasó en la ‘Guerra de los doce días’, cuando Israel atacó y asesinó casi a mil civiles en doce días, que es una locura. Y en Ucrania hay muchísimos youtubers que van al frente y cuentan una historia sin que nadie controle qué están diciendo y cómo lo están diciendo».

Lo cierto es que los periodistas se han convertido en testigos incómodos, y hay países que han cerrado sus puertas a los medios internacionales, como Myanmar. Otros, como Israel impiden el acceso a la Franja de Gaza, donde han matado a más de 200 periodistas palestinos en dos años. Madariaga conoce bien los vetos impuestos por Tel Aviv, ya que no ha podido acceder a la franja. «Vemos Gaza desde la barrera», ha censurado, y ha advertido de los peligros que supone emplear los canales que utilizan los denominados influencers para llegar a los más jóvenes. «Es de locos», ha censurado, ya que en muchas ocasiones se corre el riesgo de ofrecer una imagen que puede estar descontextualizada. «Es una foto, un clip, treinta segundos».

Marginedas, que estuvo secuestrado por el Estado Islámico, ha recordado que «cuando aparecieron la redes todo el mundo se pensaba que estábamos acabados, pero ahora somos más necesarios que nunca para exponer los intentos de manipulación».