No solo por su figura longilínea, sino por no dejar de avanzar en su vida, Tiago Splitter se ganó el apelativo de 'El Caminante', en homenaje a una de las estatuas sitas en la calle Dato de Gasteiz. El gigante de Joinville se hizo hombre en tierras alavesas y después de convertirse en uno de los nombres propios más relevantes de la historia de Saski Baskonia, el brasileño emprendió su camino a la NBA, donde también dejó huella. Un anillo en el año 2014 y un subcampeonato en 2013 antes de que las lesiones de cadera lo obligasen a dejar la práctica activa del basket.

Pero su prematuro adiós a las canchas le sirvió a Tiago para adentrarse a fondo en los banquillos. Inteligente y receptivo siempre fue, y esas cualidades le han servido para ir escalando en los banquillos de la NBA, primero en los Brooklyn Nets y más tarde en los Houston Rockets, pasando de entrenador específico para el trabajo con los pívots o a la especialización del scouting rival, al cargo de entrenador ayudante en la franquicia texana, antes de dar el salto al otro lado del Atlántico, como entrenador jefe de Paris Basketball, para afrontar el debut de la escuadra parisina en la Euroliga.

El reto era complicado, ya que la escuadra gala venía por un sello indeleble de Tuomas Iísalo, actual entrenador jefe de los Memphis Grizzlies, pero el gigante de Joinville cayó de pie. Con un juego parecido al que promulgaba el técnico finés de baloncesto rápido y mucho triple, pero basado en la capacidad de dividir y doblar de los Hifi y TJ Shorts, logró que Paris Basketball alcanzase los cuartos de final de la Euroliga 2024/25.

No obstante, Splitter decidía volver a la NBA, aunque ello supusiera regresar a la condición de entrenador ayudante, en este caso a las órdenes de Chauncey Billups, en los Portland Trailblazers. Pero hete acá que Billups está ahora fuera de circulación, detenido junto al jugador de los Miami Heat Terry Rozier en un escándalo de apuestas ilegales. Se comenta que Billups no está teniendo empacho en cantar 'La Parrala' en la labor investigatoria, pero los Trailblazers han de seguir adelante con este o con aquel como entrenador jefe.

Pocas expectativas

Y es ahí donde entra de nuevo Tiago Splitter, quien ha caído de pie al frente del banquillo de la franquicia de Oregon. La muestra todavía es muy escasa, a la espera, además, de que los Blazers decidan si quedarse con Splitter, readmitir a Billups si en algún momento volviera a estar disponible o contratar a algún otro. No obstante, Portland ocupa una sólida séptima plaza de la Conferencia Oeste con un balance de 2-2 y entre sus víctimas ya están equipos de la talla de los Golden State Warriors o Los Angeles Lakers.

Obvio que unos Lakers sin LeBron James, cuya baja por ciática se extenderá por tres semanas más, ni Luka Doncic son menos Lakers, que el 108-122 ahí queda para los Blazers –con 41 puntos de Austin Reaves–, en una nueva muesca para Splitter en su accidentado aterrizaje forzoso al mando de una franquicia de la NBA.

Tampoco hay que engañarse. Las proyecciones previas al arranque de la NBA no daban demasiadas esperanzas a la franquicia de Oregon. En una «Wild Wild West» salvaje como nunca donde se concentran no menos del 80% de los candidatos reales a ganar en anillo, empezando por los vigentes campeones, los Oklahoma City Thunder, los Trailblazers parecen condenados a pelear por una plaza de play-in en el mejor de los casos.

La llegada de Jrue Holiday, quien ya sabe lo que es ganar el anillo con Milwaukee y con Boston, les da poso y talento, y tienen piernas frescas como el israelí Deni Avdija o un Scoot Henderson que ha de empezar a demostrar de una vez que su apuesta fue acertada. Tiago Splitter, como el año pasado en París, intentará hacer toda la magia que pueda o que le dejen y aunque la temporada 2025/26 todavía esté recién nacida, el arranque de Portland es como para pensar que al menos animará la Conferencia Oeste y a su parroquia, que no ve a su equipo en unos play-offs desde la temporada 2020/21.

Sea como fuere, Tiago Splitter sigue dando pasos firmes en su carrera, porque eso es exactamente lo que se espera de 'El Caminante'.