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Muere Dick Cheney, exvicepresidente de EEUU y arquitecto de las guerras de Irak y Afganistán

El exvicepresidente de EEUU Dick Cheney ha fallecido debido a una neumonía y a una enfermedad cardiovascular. Arquitecto de las guerras de Afganistán e Irak, del poder ejecutivo «unitario» y de los recortes de derechos, su dilatada carrera incluye ocho años de vicepresidencia con George W. Bush. 

Dick Cheney, en una imagen tomada durante su etapa de vicepresidente.
Dick Cheney, en una imagen tomada durante su etapa de vicepresidente. (MCT | ZUMA PRESS | EUROPA PRESS)

El exvicepresidente de Estados Unidos Richard B. Cheney, más conocido como Dick Cheney, ha fallecido a los 84 años de edad, debido a «complicaciones» derivadas de una neumonía y de una enfermedad cardiovascular, según un comunicado difundido este martes por su familia.

Cheney, número dos de la Administración de George W. Bush durante dos mandatos, falleció el lunes por la noche. Su familia ha querido recordarlo como «un hombre grande y bueno, que enseñó a sus hijos y nietos a querer a su país y a vivir vidas de valentía, honor, amor, amabilidad y pesca».

Cheney tiene una dilatada carrera política que abarca varias décadas y sucesos clave en la historia de Estados Unidos.

Comenzó como pasante del Congreso en 1968, pero en siete años se había convertido ya en asesor de la Casa Blanca. Allí coincidió con Henry Kissinger, entonces jefe de gabinete de Richard Nixon. Daba pues sus  primeros pasos en una de las administraciones más siniestras del país.

Controlando los resortes del poder

Su carrera política avanzó de la mano de Donald Rumsfield, con quien fue tejiendo su asalto al poder. Primero como auxiliar en la jefatura del gabinete de la Casa Blanca, bajo la presidencia de Gerald Ford, y luego sustituyéndolo cuando Rumsfield fue nombrado secretario de Defensa.

A su vez, Cheney fue designado secretario de Defensa con George H.W. Bush y vicepresidente con el hijo de este último. Entre ambos cargos, fue presidente ejecutivo de Halliburton, la multinacional que obtuvo importantes contratos de proyectos petroleros en Irak tras la invasión estadounidense que el propio Cheney organizó.

En cada puesto, el político republicano se aseguraba de controlar todos los resortes del poder, práctica que llevó al máximo en la vicepresidencia, donde aplicó la teoría del 'poder ejecutivo unitario', que sostiene que la presidencia no debe ser controlada por los tribunales ni el poder legislativo.

Con George W. Bush en la Casa Blanca, encontró el mejor instrumento para aplicarla y acaparar grandes cuotas de poder más allá de lo habitual para un vicepresidente, mientras el jefe del Estado prefería pasar el tiempo en su rancho de Texas.

Las «guerras contra el terrorismo»

Con él organizó también la «guerra contra el terrorismo» que reforzó las intervenciones militares de EEUU en todo el mundo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. 

Fue clave en atacar en Afganistán a los talibanes a los que había apoyado en su etapa de congresista bajo Ronald Reagan, y  en elaborar los montajes de las inexistentes «armas de destrucción masiva», que sirvieron como pretexto para invadir Irak en 2003. También llevó la intervención militar de EEUU a Yemen y Somalia.

La «guerra contra el terror» le sirvió también para fuertes recortes de derechos en el interior del país, sobre todo dando alas al espionaje de ciudadanos estadounidenses bajo la 'Patriot Act' o validando métodos de tortura en los interrogatorios

La construcción de la prisión de la Base Naval de Guantánamo o la red de centros de interrogatorios de la CIA en el extranjero fueron otras de las contribuciones de la vicepresdencia de Cheney.

Contra Trump, que aprovechó su legado

En el Partido Republicano representaba al ala 'neocon' más dura y a los votantes hombres blancos conservador resdel interior estadounidense.

Durante varias décadas, el ex vicepresidente ha sido también uno de los grandes pilares del pertido si bien en su última etapa no ha escatimado críticas contra Donald Trump, hasta el punto de asegurar que votaría por su rival demócrata, Kamala Harris, en las elecciones presidenciales de noviembre de 2024 y de calificar al actual mandatario como «la mayor amenaza para Estados Unidos en su historia».

Su hija, Liz Cheney, ha sido una de las líderes republicanas más críticas a la polítca de Trump y llegó a votar a favor de la destitución del magnate.

De hecho, Trump llegó al poder atacando el aparato de poder de Washington que representaba Cheney y las intervenciones de EEUU en el extranjero.

Y sin embargo, el trumpismo que ha arrinconado a los antiguos conservadores del Partido Republicano ha aprovechado el legado de Cheney pero para completar su propia agenda.

De esta forma, ha llevado al extremo el reforzamiento del poder Ejecutivo que eclipsa o controla al Legislativo o al Judicial y prefiere gobernar por decreto y ha extendido los recortes de derechos civiles, que Trump aplica sobre todo en su política contra los inmigrantes.

Condolencias de Bush

«Estamos agradecidos por todo lo que Dick Cheney hizo por nuestro país», reza el comunicado recogido por los medios estadounidenses, que dedica unos mensajes de reconocimiento a quien fue su esposa durante más de seis décadas, Lynne, y también a sus dos hijas.

Bush ha lamentado la muerte de su aliado como «una pérdida para la nación y una pena para sus amigos». De él ha dicho que era «un hombre decente y honorable», «uno de los mejores servidores públicos de su generación» y un «patriota» que ostentó «con integridad, gran inteligencia y seriedad» todos los cargos por los que fue pasando.

«Aún le doy las gracias por estar a mi lado durante ocho años», ha recordado, al echar la vista atrás hacia tiempos que ha descrito como de «grandes desafíos nacionales», en los que Cheney «antepuso la libertad y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses».

Su vida también ha estado marcada por varios problemas de salud, en particular cardíacos. Su primer infarto lo sufrió antes incluso de cumplir los 40 años y en 2012 se sometió a un trasplante de corazón que le llevó a pasar a un segundo plano político.