Alessandro Ruta

Sergio Llamas y Ewan Urain, buscando la gloria en la Cuarta División del fútbol italiano

El ex del Alavés y el delantero con raíces escocesas se encuentran esta temporada en la misma liga, la Serie D, en dos clubes de la región de Puglia: el Gravina y el Manfredonia. Entre las dos ciudades solamente hay 120 kilómetros de distancia.

Llamas y Urain, con sus actuales camisetas.
Llamas y Urain, con sus actuales camisetas. (Gravina-Manfredonia)

Ojala nunca se decida quitar los céntimos de euro, porque en Italia por ejemplo significaría cortar virtualmente un trozo relevante de una de las regiones ya de por sí más afectadas por varias cuestiones: la Puglia. 

Si el tacón de la Bota, es decir de Italia con su tamaño tan peculiar, es la Calabria, esta es la ‘espuela’ del país transalpino, la parte al sureste que entra en diagonal en el Mar Adriático. Coinciden en ella huellas importantísimas de un pasado lejano como Castel del Monte, el castillo octagonal donde el emperador Federico II Hohenstaufen iba a cazar, lo que se encuentra precisamente representado en la moneda de un céntimo de euro.

De hecho, siempre encontraréis alguna provincia de Puglia entre las peores donde se pueda vivir en Italia. «Se agradece a la región de Puglia por habernos suministrado a los milaneses», es el titular de una peli de culto, donde se bromea sobre la cantidad alucinante de gente pugliese que en las décadas de los 50-60 se fue a trabajar al norte, despoblando su zona de origen, trasplantando nuevos hábitos a la metrópolis y creando una mezcla que se ha convertido en carne de chiste y meme.

¿Y el fútbol? Poca cosa, desafortunadamente. El Lecce está en la máxima categoría. El Bari tiene un estadio, el San Nicola, donde se jugó una final de Liga de Campeones (1991, Estrella Roja vs. Olympique de Marsella) pero ahora está en Segunda. El Foggia tuvo su época dorada en los 90 pero luego ha ido de quiebra en quiebra... Ahora el ‘calcio’ en Puglia es más que nada cuestión de barro, sobre todo entre tercera y cuarta serie, la D. 

Justo en esta categoría, considerada la frontera entre fútbol profesional y aficionado, se encuentran dos jugadores vascos: el gasteiztarra Sergio Llamas y el durangarra Ewan Urain. Casi diez años de diferencia a favor del primero, carreras totalmente distintas que esta temporada se desarrollan en dos clubes del mismo grupo de la Serie D, el H: el Gravina y el Manfredonia. Hemos podido hablar con ambos, sobre sus nuevas aventuras. Todavía no han jugado el uno contra el otro. 

Sergio Llamas, de India a «las Murge»

Empezamos por el ‘menos joven’ de estos dos jugadores: Sergio Llamas. Gasteiztarra de 32 años, en su día brillante producto de la cantera del Deportivo Alavés, centrocampista cerebral y completo... Y en las últimas temporadas, un verdadero globetrotter del balón, entre categorías inferiores estatales y luego Japón, Finlandia, Bolivia y, por último, India. «Un país donde te tienes que adaptar de forma rápida, entre comida y cultura –nos explica–. Estuve en Kerala, una ciudad enorme, en una liga donde el nivel no está ni cerca del fútbol europeo. Sin embargo es un campeonato lleno de españoles». 

Después de una buena temporada en el Gokulam Kerala, algo extradeportivo se interpuso: «Tenía ya un acuerdo verbal para seguir, otros clubes se habían acercado a mí, pero desafortunadamente empezaron las tensiones entre India y Pakistán: conflicto, amenazas de guerra, la liga se paró y todavía no se ha reanudado. De esta manera decidimos por consenso romper el acuerdo y yo volví al mercado como agente libre». 

Llamas: «Este fútbol es mucho mejor que la máxima serie india, se parece más a una Primera RFEF»

 

Así llegó la llamada desde la cuarta división italiana, del Gravina, una ciudad de 60.000 habitantes al oeste de Puglia entre colinas, en el interior, en las llamadas Murge, colindante con aquella maravilla de la naturaleza que es Matera. «Aquí no tenemos mar como en Kerala, es verdad, pero hay muchas cosas que ver y que hacer. Estoy con mi mujer y mi hijo de 2 años, cuando hay día libre salimos a tomar un café y vivo en el centro histórico. No me puedo quejar, de verdad», admite.

«El Gravina tiene un proyecto a medio plazo muy atractivo, me llamó la atención cuando tuve que elegir entre ellos y otro equipo italiano. También pedí informaciones a otros jugadores que ya conocía. Italia, con sus costumbres, se parece más a nosotros, incluso los míticos tifosi, muy exigentes pero siempre apoyando al equipo», destaca. 

La categoría es baja, pero el nivel es otra cosa respecto a las últimas experiencias del mediocampista gasteiztarra: «Es distinto, mucho mejor aquí que en la máxima serie india, por ejemplo. Se parece más a una Primera RFEF. Llegué en la última semana antes de empezar la temporada, había estado entrenando por mi cuenta con un preparador personal. El club es muy serio, el director deportivo viene cada día al campo... Espero continuar mi proceso de crecimiento futbolístico». 

Ewan Urain, el 9 del Manfredonia

Saltamos desde Gravina y las Murge hacia el noreste y la costa adriática, de la provincia de Bari a la de Foggia, y llegamos a Manfredonia, esta también con alrededor de 60.000 habitantes.  Son 120 kilómetros de distancia los que hay que recorrer, por carreteras no exactamente apacibles, secundarias y provinciales.

Manfredonia es la ciudad que lleva el nombre de uno de los hijos de Federico II, Manfredo Hohenstaufen, que fue solamente rey y nunca emperador.  Otro mundo respecto a Gravina: sol y playa, en una zona no afectada todavía por el turismo masificado como otras en la Puglia, tipo el sur con la provincia de Lecce o el promontorio Gargano,  cerca de Manfredonia pero ya desde hace tiempo presa de los especuladores. 

Aquí juega Ewan Urain, excanterano del Athletic Club, delantero centro de origen escocés. Es gracias a su madre: «Fue ella que me impulsó a hacer el cambio –nos cuenta–. Me envió unos cuantos videos de la zona y me parecieron enseguida maravillosos». 

Camiseta número 9, ya van dos goles en el bolsillo en esta temporada, en esta primera experiencia fuera de la Península ibérica después de las temporadas con Bilbao Athletic, Amorebieta, Unionistas de Salamanca, Badajoz y Navalcarnero.

 

 

«A pesar de haber estado varias veces en Italia de turista, incluso en Puglia, llegar aquí fue casi un shock. Me ha ayudado bastante Luis Hernaiz [Conquense, Atlético de Madrid..], que ya había jugado en Italia y que es mi compañero ahora. Al principio intentaba hablar en inglés pero me he dado cuenta enseguida de que hubiera sido mejor empezar a aprender italiano».

Ewan Urain: «Aconsejo a los futbolistas que salgan fuera, para mí no debería ser obligatorio pero casi, es una manera también de conocerse a sí mismo»

 

 

Para un delantero, llegar a jugar a Italia equivale a tomar contacto con los durísimos defensas transalpinos: «Hay que ser pillo, eso sí. Te agarran, te tiran la camiseta, pero el cambio mayor que he notado ha sido en los entrenamientos. Hay dobles sesiones sin balón, esto en España no ocurriría nunca. Es un fútbol mucho más físico, una diferencia cultural evidente».

Primer salto fuera para Urain, al que tras el shock inicial adaptarse se le va haciendo más fácil. «Vivo en el centro de Manfredonia, la gente se acerca porque me reconoce pero es muy educada, cuando me saluda no es nada agobiante. Los días de mercado en la plaza central son también de mucho cariño. Mejor que Navalcarnero, con el máximo respeto. Luego, claro, aquí en el sur de Italia se come mucho hidrato de carbono, pero está todo controlado».

Ewan Urain se puede considerar todavía un joven a sus 25 años. Valora ya de manera positiva esta experiencia en un país extranjero: «El equipo es muy joven, estamos trabajando duro, sumando cosas. Un consejo que me gustaría dar a los futbolistas que igual tienen miedo de salir de casa; que salgan fuera, se puede hacer, para mí debería ser no obligatorio pero casi, porque es una manera también de conocerse a sí mismo».  

El 16 de noviembre llegará el primer encuentro posible entre Sergio Llamas y Ewan Urain, en el Gravina-Manfredonia. De momento, a ganarse la vida y a disfrutar de la Puglia.