
Deberes hechos. Sin alardes, ni mucho menos. A la Real le ha bastado con generar tres ocasiones para anotar dos y dejar en la cuneta a un Reus de 2ª RFEF que cae con la cabeza muy alta. Se trataba de repartir minutos y pasar a la tercera ronda de la Copa sin sufrir, y eso se ha conseguido, aunque lo corto del resultado –el 0-2 ha llegado en el alargue– ponía ese punto de incertidumbre. Lo del espectáculo queda para otros escenarios.
Con Caleta Car fuera de la convocatoria esta mañana «por un virus intestinal», Sergio Francisco se ha decantado por una mezcolanza de jugadores más habituales –Aihen, Sergio Gómez, Jon Martín, Marín y últimamente Zakharyan–; otros con pocos minutos como Turrientes, Odriozola, Goti o el meta Marrero; y dos potrillos como Luken Beitia y Gorka Carrera. Nueve de los once nombres han pasado por el Sanse.
El de Irun ha optado por una defensa con tres centrales, incrustándose Aihen junto a Beitia y Martín, con Sergio Gómez y Odriozola como carrileros. Como cabía esperar, el conjunto catalán ha salido como un tiro, provocando un córner nada más sacar de centro que se ha saldado con un remate alto. Ya se sabe que en este tipo de eliminatorias, los equipos de categoría inferior tratan de equilibrar la balanza a base de entusiasmo e impulsados por su público. Al menos mientras les dure la energía.
Equilibrio sin ocasiones
Los donostiarras no han tenido excesivos problemas en poner la brida al ímpetu local, y el choque discurría en un equilibrio sin ocasiones ante las porterías de Marrero y Parra. La Real trataba de poner balones largos a la espalda de la línea defensiva del Reus, pero faltaba precisión en un terreno de juego que parecía irregular.
Han tenido que pasar 35 minutos para vivir la primera ocasión, con una internada de Marín por la derecha hasta la línea de fondo. Su centro raso atrás lo ha rematado a bocajarro Carrera, pero se ha topado con un Parra muy bien colocado. El Reus ha replicado en otro córner, pero Andy, obstaculizado por Marín, no ha podido precisar. Parecía que el partido se quitaba las legañas, con el público local coreando el tradicional «sí se puede».
Ha sido un espejismo. La Real no pasaba apuros, pero necesitaba subir alguna marcha más en la segunda mitad si quería hacer daño. Sergio tenía en el banquillo materia prima para ello. Dicho y hecho, a la vuelta de los vestuarios Aritz Elustondo, Barrenetxea y Sadiq han entrado por Beitia, Sergio Gómez y Zakharyan. Con ello los blanquiazules pasaba a jugar con dos puntas.
Como ante el Negreira
Poco han tardado en hacerse notar los cambios. Barrene ha desbordado a su par para centrar con la zurda al segundo palo, donde Sadiq ha hecho valer su estatura para poner el balón en el área pequeña, y ahí ha aparecido Goti para estrenar el marcador (0-1, m.49). Un tanto similar, en la forma y en los protagonistas –pase de la muerte del nigeriano para que fusilara el vizcaino–, al primero de la eliminatoria contra el Negreira gallego.
Con ventaja en el marcador, Sergio ha retirado a Carrera para dar entrada a Gorrotxategi, con los consiguientes ajustes en el dibujo. El Reus quería, pero lo cierto es que no lograba asustar a una Real conformista. A falta de 15 minutos para el final se ha marchado Odriozola para ceder su lugar a Guedes como carrilero derecho.
Ya se sabe que los 1-0 los carga el diablo, y solo el poste ha impedido que el Reus empatara con un durísimo disparo lejano de Pol Fernández (m.80). Con el tiempo cumplido ha llegado la sentencia. Sadiq ha forzado una pena máxima y él mismo se ha encargado de transformarlo (0-2, m.93). El nigeriano lo necesitaba como el comer.

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