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Ambulancias de Osakidetza, un servicio de camino a urgencias

Un año después de la salida de La Pau de Osakidetza, el servicio de ambulancias sigue en manos privadas y con ciertas carencias. Los trabajadores advierten que la alta tasa de ocupación está generando «una situación insostenible» y los sindicatos exigen «una transformación del modelo actual».

Ambulancia estacionada en el Hospital de Basurto, frente a una protesta realizada en el año 2024.
Ambulancia estacionada en el Hospital de Basurto, frente a una protesta realizada en el año 2024. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

En los últimos tiempos, en localidades de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, sus vecinos y vecinas han presenciado un incremento en el número de ambulancias que recorren sus carreteras y socorren en sus calles. Se ven más que nunca, pero no por un aumento de unidades, sino «por la alta ocupación del servicio de ambulancias y la saturación de sus trabajadores», sostiene Asier Muñoz en conversación para NAIZ.

Enfermero de profesión, Muñoz es todo un especialista en la red de transporte sanitario urgente en Bizkaia. Ha trabajado en coordinación, en ambulancias UVI y enfermerizadas, en Markina, Gernika, Igorre y Karrantza.

Al mismo tiempo, es delegado sindical de ESK en Bizkanb, empresa que ha sustituido al grupo catalán La Pau como contratista del servicio de ambulancias urgentes y programadas en la provincia vizcaina. Precisamente, tras más de 16 años en el sector, asumió el cargo en ESK por dos motivos: Frenar las negligencias de La Pau y sumarse a la lucha contra la privatización.

El servicio de emergencias, al igual que muchos otros, es un servicio esencial que debe funcionar las 24 horas del día y los 365 días del año. Así lo decreta la OMS. Muñoz rememora los orígenes del servicio: «A finales del siglo pasado este servicio era asumido por Cruz Roja o DYA, pero se fue profesionalizando a principios de siglo, a medida que fueron entrando empresas, Osakidetza fue subcontratado el servicio y se limita a imponer unos protocolos de actuación a las empresas privadas».

Sin embargo, tal y como relata Muñoz, «las empresas intentan esquivar cualquier tipo de gasto, básicamente, vienen a sacar dinero y se marchan». 

La Pau y una gestión negligente

Desde 2019, la empresa Grup La Pau, una cooperativa catalana, fue adjudicada como parte del servicio de transporte sanitario urgente y no urgente para Osakidetza en los territorios de Araba y Bizkaia. No obstante, en octubre de 2024, después de meses de presión y huelgas por parte de los sindicatos, Osakidetza prescindió de sus servicios tras numerosas sanciones administrativas y problemas en la gestión.

Al preguntarle sobre el paso de La Pau por Osakidetza, se le cambia la cara a Muñoz. Confiesa que fue «un despropósito, una gestión nefasta». Explica que su plan económico no era viable: «Tuvieron en cuenta la inversión, pero asumieron que no iban a tener apenas gastos, como por ejemplo en mantenimiento». 

Protestas durante el 2024 por la gestión de La Pau (Marisol RAMIREZ | FOKU)

Según detalla, los trabajadores de las ambulancias se percataron de que había vehículos sin pasar la ITV, ruedas desgastadas o equipos sin calibrar. Además, critica que «cuando asumían un gasto, lo hacían de ‘low-cost’, por lo tanto, el problema no se arreglaba».

Por si fuera poco, Muñoz asegura que lo más grave fue la falta de personal y el trato a los trabajadores: «Tuvimos problemas de abastecimiento de medicación imprescindible para los enfermeros, fraudes en las contrataciones, salarios no pagados, faltas de EPIs o amenazas a los trabajadores. Incluso había compañeras que habían trabajado hasta 1.000 horas más de lo que tenían por convenio».

Otra de las polémicas que salpicó a La Pau, y por ende, a Osakidetza, llegó con el nombramiento como nuevo gerente: Ibon Etxeberria, ex director de Régimen Jurídico, Económico y Servicios Generales del Departamento de Salud. Precisamente, Etxeberria, miembro del LABI en aquel momento, fue cesado durante la pandemia por saltarse el confinamiento para ir al campo de golf de Laukariz, en Mungia.

Tras dejar su mancha en el servicio vasco de salud, La Pau ganó un concurso en Catalunya, y según explica Muñoz, la empresa ha comunicado a sus trabajadores que no va a poder pagarles la paga extra.

Prevalece el modelo privado

Con la marcha de La Pau, Bizkaianb se hizo cargo de las ambulancias privadas en el territorio vizcaino. En Gipuzkoa se mantuvo la firma de Ambulancias Gipuzkoa y esta cooperativa empezó a operar también en Araba. 

Por su parte, la mayoría sindical vasca exigió al Departamento de Salud de Lakua de no seguir con «el gran error de privatizar» la gestión de las ambulancias. Al mismo tiempo, Alberto Martínez, consejero de Salud, presumía de un crecimiento de la actividad y aseguraba que «la publificación ya estaba en marcha de las ambulancias en Gipuzkoa, integradas en el sistema público».

Sin embargo, según afirma Muñoz, el 90% de las ambulancias en Osakidetza están subcontratadas. La situación actual es la siguiente: En Araba existen tres ambulancias UVI públicas (destinadas a la atención de pacientes de alto riesgo, riesgo vital y patologías graves) en Laudio, Gasteiz y Nanclares. Ambulancias enfermerizadas en manos privadas (para suplir las carencias de las UVI) en Amurrio y Gasteiz. Por su parte, las básicas también están privatizadas.

En Bizkaia solo hay cuatro UVI públicas en Bilbo, márgen izquierda, margen derecha y Gernika. Enfermerizadas hay siete en manos privadas, en localidades como Markina, Durango o Igorre. Las 35 básicas son privadas también.

En Gipuzkoa hay tres UVI publicas en (Donostialdea y Arrasate e Irun) y dos privadas (Tolosa y Elgoibar). Enfermerizadas hay públicas como la de Donostia y privadas como la de Zarautz. Las básicas son todas privadas también.

Servicio de ambulancias de Donostia (Jon URBE | FOKU)

Muñoz afirma que «era difícil que la situación empeorase con la salida de La Pau», aunque, señala que hay mucho margen de mejora: «Tenemos ahora un conflicto abierto en el Comité de Empresa por fallos en la programación, que derivan a forzar horas extras a los trabajadores. Se ahorran las contrataciones, estamos metiendo horas extras y ahora tenemos un índice de bajas muy alto debido a ello».

Bizkaia, al borde del colapso

Desde la voz de la experiencia y del día a día, Muñoz advierte que el aumento de demanda asistencial y la alta tasa de ocupación están generando una situación insostenible. «Si tuviéramos un indicador, estaríamos en rojo», detalla.

De hecho, hace referencia al «síntoma de quemado» que padecen los compañeros: «En una guardia de 12 o 24 horas, los profesionales necesitan media hora para descansar, comer y salir del bucle laboral. Las ambulancias, especialmente de Bizkaia, están en permanente actividad. Es por ello que hemos tenido lipotimias, bajadas de azúcar y mareos tras empalmar un aviso tras otro. Todas las ambulancias básicas de Bilbo, margen izquierda y derecha están activamente trabajando desde las 09.30 horas y las 19.00 horas sin parar, sin descanso».

Al mismo tiempo, Muñoz puntualiza el déficit de vehículos de transporte sanitario urgente que hay en la capital vizcaina. Explica que en Vigo (300.000 habitantes) hay 4 unidades UVI y en Bilbo solo una. De hecho, en toda Bizkaia (más de un millón de habitantes) hay cuatro, es decir, las mismas que en Vigo.

En Vigo (300.000 habitantes) hay 4 unidades UVI y en Bilbo solo una. De hecho, en toda Bizkaia (más de un millón de habitantes) hay cuatro, es decir, las mismas que en Vigo

También expone otros problemas que se repiten en el resto del territorio: «En Durangaldea carecen de UVI y cuentan con una enfermerizada, pero Durango es muy grande, por lo tanto, frecuentemente está ocupada. De hecho, en localidades como Ermua y Abadiño tienen que echar un cable ambulancias desde Tolosaldea».

«En Karrantza si una ambulancia tiene que ir al hospital de Cruces hay casi tres horas en ida y vuelta, en ese momento, la localidad y los vecinos se quedan sin servicio de ambulancias. En Lekeitio, por ejemplo, se triplica el número de habitantes en verano y solo tienen una básica», añade.

Por si fuera poco, también expone otras asignaturas que tienen pendiente y que están lastrando el sector de las ambulancias: «Desde la entrada de Bizkaianb, sigue sin hacerse el plan de prevención de riesgo laboral, cuando la ley dicta que tiene que estar operativo desde la actividad laboral». De mismo modo, Muñoz manifiesta que el plan de igualdad está sin completarse: «Tenemos un problema con la vestimenta de las trabajadoras, muchas no tienen ropa ajustada a su fisionomía, les quedan gigantes y se quedan enganchadas con todo. Hemos avisado que puede suceder un accidente laboral».

Es por todo ello que resume que «están al borde del colapso» y advierte que «el día que pase una catástrofe como en Valencia provocada por la DANA, o de mayor calibre que en el vertedero de Zaldibar, el servicio actual no va a dar a basto». Además, señala que «sí emergencias se termina de caer, lo siguiente que caerá es la urgencia del hospital y detrás de eso no hay nada».

Nuevos nombramientos

En el último mes, en Bizkaianb se han formalizado nuevos cambios. Ha dimitido Asier López, jefe máximo de Bizkaianb, y han designado a Fernando Benavides como director gerente y de Gerardo Azpiazu como director de operaciones.

Por otra parte, en Emergencias de Osakidetza el derioztarra Eleder Ríos (con experiencia en el sector y trabajador en ambulancias enfermerizadas) ha sido adjudicado como gerente. Ríos coge el testigo de Pablo Busca, quien ha dejado el puesto por razones de salud. Busca estuvo encausado en las tramas de las residencias de Madrid.

Según Muñoz, el problema es que la estructura de mando intermedio de La Pau se mantiene vigente, y solo han cambiado los altos directivos. «No sabemos cual va a ser el modelo de la nueva dirección. Lo único que sabemos es que en el proyecto de presupuestos de Lakua para 2026 no aparece la publificación prometida», critica.

«No sabemos cuál va a ser el modelo de la nueva dirección. Lo único que sabemos es que en el proyecto de presupuestos de Lakua para 2026 no aparece la publificación prometida»

Es por ello que el pasado 9 de diciembre, se manifestaron enfrente del Parlamento de Gasteiz. «Es imprescindible que Lakua dé un paso al frente y asuma con altura de miras la transformación del modelo actual, apostando por un sistema público, de calidad y orientado al beneficio de las trabajadoras y trabajadores y, de manera especial, al servicio del conjunto de la ciudadanía vasca», señalaron desde ESK.

Muñoz comenta que en otras comunidades, la gestión del transporte sanitario se lleva a cabo de «una manera muy diferente». Según indica, en otras localidades, existen las ambulancias interhospitalarias, «una figura específica que se echa de menos aquí».

Por ejemplo, desde el pasado verano, las ambulancias de Nafarroa dejaron de estar en manos privadas y se gestionan a través de una empresa pública, Bidean.

«Cuando un paciente necesita un traslado, aquí quitamos una ambulancia a la gente para hacer un transporte entre dos hospitales. Por lo tanto, estás restando la capacidad del sistema para responder. Estás asumiendo un riesgo totalmente contraproducente contra la población», explica. Es más, Muñoz confiesa que para algún tipo de aviso específico como un traslado a otro hospital, la manera que tiene Osakidetza de captar personal «es a través de un grupo de Telegram, en el que la gente se va apuntando».