
Eusko Ganberak, la alianza formada entre las cámaras de comercio de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, ha estimado un crecimiento del 2% del Producto Interior Bruto (PIB) de la CAV el año que viene, y ha aseverado que las empresas afrontan el próximo curso con «moderado optimismo».
En un comunicado, Eusko Ganberak, cuya presidencia estará en manos del presidente de la Cámara de Bilbo, José Ignacio Zudaire, durante los próximos dos años, ha explicado que 730 empresas han respondido al estudio de Perspectivas Empresariales 2025, elaborado este otoño.
Según el estudio, las empresas manifiestan que la evolución de su actividad a lo largo de 2025 ha ido por debajo de lo inicialmente previsto el año precedente en ventas interiores, exportaciones y empleo, aunque manteniendo un saldo positivo salvo en las exportaciones.
«En cuanto a la evolución prevista para 2026, el saldo de todas las categorías es inferior al de las previsiones para el año 2025 aunque, del mismo modo, mantienen un saldo positivo, con la excepción de las inversiones», ha apuntado Eusko Ganberak.
Ventas y exportaciones
Las empresas consultadas esperan que las ventas estatales mantengan una tendencia positiva en 2026. De hecho, el 27,2% afirma que incrementarán sus ventas en el Estado español, mientras que el 17,4% prevé una disminución. El resto, un 55,4% apuesta por un mantenimiento de ventas estatales.
«La moderación gradual de la inflación y una moderada disminución de los precios al consumo son factores clave que respaldan las decisiones de gasto de los hogares y permiten que las ventas nacionales repunten en los próximos doce meses», ha señalado la alianza vasca, que ha incidido en que «el crecimiento de los salarios reales está contribuyendo a restaurar el poder adquisitivo de los hogares, fortaleciendo así la demanda interna».
«Si bien los hogares europeos siguen mostrando una preferencia por el ahorro frente al consumo, la reducción observada en la tasa de ahorro de los hogares sugiere una transición gradual hacia un mayor consumo, lo que se espera que impulse aún más la demanda interna y las ventas nacionales», ha añadido.
Y ha señalado que las expectativas para las exportaciones «son más positivas en comparación con los resultados esperados para 2025, lo que indica una recuperación tentativa del comercio internacional». De hecho, el 31,6% pronostica un ascenso en las ventas exteriores, siendo del 18,9% la proporción de empresas que prevén un descenso. El resto, un 49,5%, apunta a un mantenimiento de sus exportaciones.
«Se espera que la relajación de los precios de la energía, la reducción de los costos de las importaciones industriales y la fortaleza del euro impulsen parcialmente los términos de intercambio. Además, la profundización del mercado único de la UE y el fortalecimiento de los lazos comerciales también pueden ayudar a compensar la reducción del acceso al mercado e impulsar la productividad», ha aseverado.
«Estabilización» en el empleo
En cuanto al empleo, se espera que mantenga la tenencia de 2026. «La respuesta mayoritaria ha sido la de una estabilización de sus plantillas en 2026, el 82,4%, seguida de las empresas que impulsarían la creación de empleo, mientras que la Construcción y el Comercio prevén una pérdida neta de empleo».
No obstante, Eusko Ganberak ha alertado de que «la baja tasa de desempleo podría enfrentarse a dificultades a medio plazo debido a la persistente brecha de competencias y a los cambios estructurales en el mercado laboral asociados a las transiciones ecológica y digital».
Asimismo, «como las tendencias demográficas limitan la oferta laboral, las empresas pueden enfrentar mayores dificultades para ampliar la entrada de mano de obra durante los períodos de auge económico, lo que refuerza el incentivo para retener al personal».
Inversión e «incertidumbres»
De todos modos, las expectativas de inversión para 2026 apuestan por una estabilización. Un 72,1% de las empresas mantendrán sus inversiones para el próximo año, el 13,1 espera un ascenso de ellas mientras que el 14,8% prevé reducirlas.
«Si bien se espera que la actividad inversora continúe, persiste la cautela debido a la incertidumbre geopolítica y las perspectivas negativas sobre las condiciones económicas, políticas y regulatorias. Los costes energéticos siguen limitando la inversión de capital, lo que lleva a las empresas a priorizar la sustitución de equipos y las mejoras de eficiencia sobre las nuevas inversiones», han señalado las tres cámaras.
«Las previsiones económicas más generales sugieren que el crecimiento de la inversión se beneficiará de la reducción de la incertidumbre, el estímulo fiscal relacionado con la defensa y las infraestructuras, y el apoyo de los fondos Next Generation EU», han subrayado, y han reconocido que hay un 28,6% de empresas que espera «un peor contexto económico».
Entre los «condicionantes» de la actividad empresarial, el 66,2% advierte de los costes laborales, el 47,6% de la escasez de personal cualificado, el 26,4% de las cargas reguladoras, y el 24,4% de las barreras comerciales. Un 22,7% teme que haya problemas relacionados con el acceso «asequible» a energía y materias primas, y un 16,1% a las condiciones de financiación.

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