Después de cumplir de manera satisfactoria en las eliminatorias de Copa, Osasuna y Alavés afrontan este sábado a las 18.30 en El Sadar el último derbi vasco de 2025. Un duelo, por ende, que s epuede presumir lleno de duelos, de segundas jugadas, quizá no brillante en lo que al juego se refiere y en el que, en resumen, se cruzan no solo los caminos, sino las necesidades de rojillos y albiazules.

Osasuna, con 15 puntos en su haber, ocupa la decimosexta plaza, empatado a puntos con un Girona que ocupa el escalón más alto de los equipos que a día de hot caerían a Segunda. Ese acicate, amén de contar con la grada a favor, espolea a Alessio Lisci y los suyos a ir a por un Deportivo Alavés que, sin tantas apreturas, pero también retuerce el cuello para ver a los iruindarras, a quienes aventajan en tres puntos, por lo que su «templado» duodécimo lugar tiene algo de provisional y precario, siempre y cuando los de Eduardo ‘Chacho’ Coudet no sean capaces de dar un zarpazo y abrir una señora brecha que serían seis puntos sobre un rival en principio directo en pos de asegurar la permanencia.

Así las cosas, aunque se prevé un buen ambiente en el Casco Viejo iruindarra y también en las gradas del Sadar, cuando el balón eche a rodar se va a jugar a cara de perro.

Los antecedentes recientes juegan a favor de los rojillos. El Alavés no vence a Osasuna desde noviembre de 2016 (0-1) y, desde entonces, el balance es claramente favorable para los navarros, con ocho victorias y tres empates. Un dato que refuerza la confianza del equipo de cara a un choque de alta tensión.

«Ganar mañana –por el sábado– suma muchas cosas», ha asegurado el técnico Alessio Lisci a cuenta del derbi ante el Glorioso, subrayando que una victoria permitiría «acortar muchísimo la clasificación» antes del parón de Navidad.

En coherencia, el preparador romano no ha dudado en definir este derbi como «el partido más importante del año», nada menos. «La diferencia entre ganar y perder es enorme. Un resultado u otro te mete en una liga o en otra liga, y este partido podría ser uno de ellos», ha resumido.

Siguiendo con el cúmulo de obviedades que supone analizar situaciones de las cuales todo el mundo es consciente, Lisci ha indicado que las victorias frente al Levante y ante el Huesca en la Copa ubican a Osasuna en «un buen momento», sobre todo anímico, algo esencial para enfrentarse a un Alavés de quien ha destacado que «imprime una intensidad tremenda».

«Tenemos que ser capaces de igualar esa intensidad. De lo contrario el equipo sufrirá a nivel físico», ha advertido, destacando que el cuadro gasteiztarra es de los equipos que «mayor tiempo de posesión consume jugando en el campo contrario», amén de destacar al exjugador rojillo Pablo Ibáñez, actualmente en el Alavés, de quien ha resaltado su capacidad para abarcar campo y su llegada.

Reñidos con el gol

No parece un derbi en el que rebose el contador de goles, pero no solo por los tópicos de fuerza, lucha y garra que suelen jalonar las previas a estos partidos, como si de las trincheras de Verdún se tratasen. Con 14 goles por cabeza después de haber disputado 16 partidos, rojillos y albiazules están en la cola de equipos realizadores en Primera División, con únicamente Getafe (13), Rayo (13) y Oviedo (7) con la pólvora todavía más mojada.

Por tanto, aplicar el adagio de los recreos escolares de «el primer que mete, gana», puede ser uno de los mayores aciertos a la horas de definir qué se puede esperar de este derbi.

«El equipo recibe más felicitaciones que puntos», se quejaba ‘Chacho’ Coudet, ya que es quizá esa falta de puntería en la suerte suprema la que impide en estos momentos al Glorioso poder dar un paso más en la clasificación, más allá de ubicarse eventualmente en una zona lejos de las tensiones clasificatorias, tensiones que el preparador argentino ya vivió de sobra en su primera experiencia albiazul, salvando la permanencia en la penúltima jornada.

«Es un placer merecer ganar y lograrlo», insistía el técnico argentino tras superar al Sevilla en su reciente eliminatoria de Copa e incidía en la confianza que eso le da a un grupo «solidario y muy esforzado», tal y como los definió.

Sin embargo, el peaje de los albiazules al duelo contra el Sevilla será importante, ya que se retiraron lesionados Jonny Otto y Lucas Boyé, que no podrán estar ante los navarros. Esto obligará al técnico argentino a modificar su once.

Es probable que Carlos Protesoni, que ya ha actuado como central en la Copa, forme pareja con Jon Pacheco y envíe a Nahuel Tenaglia al lateral derecho. Víctor Parada será el comodín para la banda izquierda o el eje de una zaga cogida con alfileres en esta primera fase de la temporada y que se reforzará en el mercado de invierno.

A pesar de las buenas sensaciones, a los gasteiztarras les queda conseguir resultados lejos de Mendizorrotza. El Alavés solo ha ganado en San Mamés como visitante y los demás encuentros los cuenta por derrotas excepto un empate en Getafe en la sexta jornada.

Osasuna: Sergio Herrera; Rosier, Catena, Herrando, Bretones; Moncayola, Torró, Aimar; Rubén García, Budimir y Víctor Muñoz.

Alavés: Sivera; Tenaglia, Pacheco, Parada, Protesoni o Yusi; Blanco, Ibáñez, Denis, Calebe, Rebbach; y Toni Martínez.

Árbitro: César Soto Grado (Comité castellanoleonés).

Estadio: El Sadar

Hora: 18.30.