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Teresa sigue presa y enterrada

La excarcelación de Teresa Toda nos recuerda a todos que sigue habiendo periodistas presos y miembros del consejo de administración de «Egin» entre rejas, por el mero hecho de hacer un diario libre e incómodo.

Iñaki Iriondo.

Kaixo Teresa maitia. Me alegro de que puedas volver a abrazar a los que quieres y regresar a nuestro pueblo. Preferiría no tener que alegrarme, porque nunca debiste ser encerrada. Tu único delito fue ser subdirectora de «Egin», ese diario apuñalado al amanecer al que la Audiencia Nacional dejó luego morir mientras lo mordían las ratas de la carroña. ¿Qué habíamos hecho? Contar lo que veíamos y opinar lo que nos parecía. Abrir las ventanas a vientos de libertad. Nos acusaron de ser ETA y luego de colaborar con ETA. También en eso había trampa. Y algunos lo habéis pagado más caro que los demás.

Ahora estás en la calle con toda la condena cumplida a pulso. De hecho, más que ponerte en libertad te echaron al asfalto la víspera de cuando te esperábamos. Hasta para eso son ruínes. Pero, Teresa, sé que un cacho de ti sigue preso con Salu y con Pablo, Patxo, Isidro, Xabier, Jexusmari, Karlos, Manu. Y también con Jose Luis.

Ahora respiras de nuevo aire limpio. Y tu salida nos recuerda la injusticia que cometieron con vosotros y con el periódico que enterraron.

Perdóname el mal gusto del título de estas líneas; un recurso para incitar a su lectura; una metáfora con tu nombre para recordar que en este país, en los que algunos se llenan la boca hablando de suelo ético y pidiendo autocríticas y arrepentimientos por doquier, todavía hay periodistas y miembros del consejo de administración de un diario encarcelados por hacer su trabajo. Y vamos a mirar al futuro, pero no olvidamos quién dijo «todas las mañanas explota una pequeñísima bomba de amosal, de unos 50 gramos, en Euskadi: el diario Egin»; ni quién dirigía a los ertzainas que ocuparon nuestra redacción. No son nadie para darnos lecciones, ni para prohibirnos expresar lo que sentimos.

Lo dicho, Teresa: ongi etorri. Maite zaituztegu. Musu haundi bat.